Silencio en Matanzas: POR NUESTRO HÉROES

Nadie sabe cómo se escribe el dolor. Nadie sabe si, en verdad, las palabras pueden reflejar el dolor cuando es tan hondo e hinca en el alma de los vivos, de la gente noble y buena. Es el silencio la manera de sentirlo, de dejarlo que hiera; el silencio profundo, como el dolor mismo.
Hace catorce días, Matanzas no ha dejado de sentir cómo la tristeza se le escurre por entre las calles. Pero este viernes, el silencio de toda la ciudad se hace denso. Hay duelo en Cuba.
Matanzas despide a bomberos y civiles que murieron en el incendio más devastador en la historia del país, ocurrido en la Base de Supertanqueros de Matanzas. En el Museo de Bomberos de la ciudad, donde se rinde honor a los caídos, comienza el homenaje a las diez de la mañana. Silencio.

Han transcurrido días dolorosos en la historia patria. Tras una semana tratando de controlar el fuego más intenso del que se tenga registro en estas tierras, comenzó la tarea de encontrar rastros de los 14 desaparecidos en la base de supertanqueros de Matanzas.
Solo pequeños fragmentos óseos pudieron ser hallados. Las altas temperaturas y el tiempo de exposición a ellas imposibilitaron la identificación absoluta de los restos.
Dieciséis hombres perdieron la vida intentando calmar la ferocidad de las llamas. Los primeros de los que el pueblo de Cuba tuvo noticias fueron el primer operador de tanque de agua Juan Carlos Santana Garrido, del Cuerpo de Bomberos de la Refinería de Petróleo Camilo Cienfuegos, y el joven oficial Elier Manuel Correa Aguilar, jefe de carro de bomberos profesional del Comando Aeropuerto de Matanzas. Este jueves se informó la identidad de los 14 que se encontraban desaparecidos. Lleguen nuestras condolencias a familiares y amigos.

Convocados por el toque de las campanas de la catedral de San Carlos de Borromeo, el único sonido que rompió el mutismo de la urbe desde hace varios días, los matanceros acudieron por miles a las honras fúnebres de los 14 desaparecidos en el desastre de los supertanqueros de la zona industrial de la ciudad, sin precedentes en Cuba por su magnitud.
La sede de la ceremonia es el museo Estación de los Bomberos Enrique Estrada, institución única de su tipo en la isla porque en ella coinciden los espacios de exhibición con la sede del comando 1 del Cuerpo de Bomberos de Matanzas.
Hay quien dice que no podía ser otro lugar porque aquí nace la vocación de muchos jóvenes, entre ellos varios de los caídos en la misión, por esta profesión, venerada en la ciudad desde hace más de dos siglos.
Y mientras algunos exteriorizan el dolor otros se llevan en silencio el recuerdo de los compañeros caídos y las experiencias de estas jornadas en las que enfrentaron sus miedos para convertirse en héroes.
Tomado de Prensa Latina y Cubadebate