Libres por siempre
La primera guerra de independencia de Cuba, iniciada el 10 de octubre de 1868, marcó el inicio de la larga epopeya revolucionaria del pueblo de la Isla en su conquista de la libertad. La etapa colonial de la lucha duraría cerca de treinta años, enfrentaría innumerables obstáculos y desembocaría en la intervención militar de Estados Unidos, que quebró por más de medio siglo el sueño de la emancipación definitiva.
Frente a la opresión de la metrópoli española, tras la ola independentista presente en el resto del continente, los cubanos se levantaron en armas para reivindicar el derecho a la autodeterminación. En el origen del primer movimiento, Carlos Manuel de Céspedes cimentó la aspiración de su pueblo a la emancipación en un principio inalienable a la dignidad humana: la libertad para todos los hijos de la Isla, independientemente de cual fuere su condición. La liberación de los esclavos decretada por el Padre de la Patria fue el primer acto político de Cuba como nación, siguiendo así el ejemplo que dio Toussaint Louverture en Haití unas décadas antes.
Carlos Manuel de Céspedes se comprometió con la causa de la libertad humana y de la independencia de Cuba. Generó el levantamiento del 10 de octubre de 1868 e instauró la República de Cuba en Armas. Luchó valientemente contra un enemigo superior en armas e intentó mantener la unidad en el seno de las fuerzas revolucionarias.
Frente a la brutalidad del ejército colonial español y a la oposición de Estados Unidos a la causa, el Padre de la Patria lucharía con convicción y pugnacidad. No obstante, después de ser traicionado y abandonado por la ambición y la soberbia de algunas figuras del movimiento independentista, que prefirieron subordinar el interés de la Patria a sus consideraciones personales, caería, arma en mano, negándose a ser hecho prisionero por los españoles. Carlos Manuel de Céspedes quedó en la historia de Cuba como el hombre del 10 de octubre de 1868, es decir como el primero en levantarse contra la opresión colonial y en reivindicar el derecho de Cuba a la libertad.
Hoy, recordamos más que nunca está trascendental efeméride, donde los cubanos demostramos más fuerte que nunca que no nos entregaremos nunca a una potencia extranjera, que somos libres de elegir nuestro futuro.