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La mentira es un pecado

Muchos de los que se dan golpes de pecho para hacerse mejores discípulos de Jesús, en realidad son todo lo contrario, pues mienten alevosamente para hacerle gracias a aquellos que a diario pretenden matar de hambre y enfermedades a millones de seres humanos.

Ese es, al parecer, el caso de la superiora de la congregación Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl en Cuba, Sor Nadieska Almeida Miguel, quien no conoce la historia real de Cuba y solo se alimenta de las calumnias y tergiversaciones que fabrican los laboratorios para la subversión radicados en Estados Unidos.

En un reciente escrito en las redes sociales Sor Nadieska expresó:

“No puedo creer en un proyecto que amenaza con castigar a quienes disienten o reclaman justicia, ni en un sistema que ha llevado a muchos a la desesperación y la pobreza. La Revolución, para mí, no es un ideal sino un fracaso que va apagando poco a poco la vida y la esperanza. Es una guillotina que castiga, un circo donde las personas son marionetas usadas y luego abandonadas. He visto a muchos combatientes que lloran por haber luchado por algo que hoy los ha olvidado… Invito a quienes aún creen en el proyecto revolucionario, a reflexionar sobre casi siete décadas de involución y a pensar que ya es tiempo de abrir espacio a nuevas propuestas de democracia, justicia y derechos. La noche puede pesar, pero no será eterna, y es nuestra responsabilidad tener el valor de decirlo y de buscar una vida mejor”.

¿En qué país vive la religiosa que escribe que en Cuba castigan a quienes disienten o reclaman justicia? ¿Sabrá ella cuántas personas tienen criterios diferentes y los dicen públicamente sin ser detenidos o castigados? Para hablar de Cuba debe salir del convento y mezclarse con los obreros, campesinos y trabajadores que se enfrentan a diario con escases de todo tipo.          Quienes se juzgan en Cuba, con un debido proceso, son aquellos que cometen delitos y no precisamente por disentir. Para comprobarlo solo tiene que investigar dónde están los principales contrarrevolucionarios pagados y orientados por las agencias de Estados Unidos, a pesar de mantener contactos periódicos con funcionarios de la embajada yanqui en La Habana.

En vez de envenenarse con lo que lee en las redes sociales, debería tomarse un tiempo para estudiar las leyes aprobadas por Estados Unidos contra Cuba después de 1959, para enterarse de la crueldad de esos que acusan a la Revolución, mientras llevan 67 años ejecutando actos terroristas contra la economía, introduciendo plagas y enfermedades para afectar a los seres humanos, la flora y la fauna. Solo por la introducción del Dengue Hemorrágico murieron 154 personas, de ellas 114 niños.

¿No sabe Sor Nadieska los muertos, heridos, mutilados, huérfanos y viudas que provocó la explosión del buque francés La Coubre, en marzo de 1960, por una vil acción de la CIA para impedir que la Revolución pudiera defenderse de la invasión mercenaria que ya preparaba? ¿Por qué no investiga cuántos asesinatos cometieron los bandidos en las montañas de occidente y el centro del país, armados y financiados por Estados Unidos? Debe saber que asesinaron despiadadamente a 214 personas, entre ellas 13 niños, más dos alfabetizadores adolescentes, 63 campesinos, 8 ancianos, 3 mujeres, 9 maestros voluntarios y brigadistas alfabetizadores.

Ella nunca ha condenado estos crímenes, ni tampoco la voladura de un avión civil en pleno vuelo, donde murieron 73 inocentes como resultado de un acto terrorista pagado por la CIA.

Es evidente que jamás ha ojeado un documento oficial de Estados Unidos donde exponen sin el menor sonrojo:

[…] “el único medio previsible que tenemos hoy para enajenar el apoyo interno a la Revolución es a través del desencanto y el desaliento, basado en la insatisfacción y las dificultades económicas. Debe utilizarse prontamente cualquier medio concebible para debilitar la vida económica de Cuba. Negarle dinero y suministros para disminuir los salarios reales y monetarios, a fin de causar hambre, desesperación y el derrocamiento del gobierno”.

En su escrito Sor Nadieska advierte: «Durante varios días he guardado un silencio que me ha permitido entender la importancia de saber cuándo callar y cuándo expresar lo que realmente siento. Dentro de mí hay sentimientos encontrados, momentos en que quisiera dejar reposar el dolor y no juzgar, pero hay verdades que no pueden ser ocultadas”.

Tiene razón la religiosa, hay verdades que no pueden ser ocultadas, como el documento oficial de Estados Unidos de 1962 donde se exponen los viles objetivos planteados para derrocar a la Revolución, debido a que no soportan que exista un pueblo a solo 90 millas de sus costas que no acepta someterse a sus órdenes. El documento en cuestión dice:

“La operación está dirigida a provocar una rebelión del pueblo cubano. La acción política será apoyada por una guerra económica que induzca al régimen comunista a fracasar en su esfuerzo por satisfacer las necesidades del país, las operaciones psicológicas acrecentarán el resentimiento de la población contra el régimen, y las de tipo militar darán al movimiento popular un arma de acción para el sabotaje y la resistencia armada en apoyo a los objetivos políticos”.

Esto no es propaganda comunista, son documentos oficiales yanquis que demuestran las razones por las cuales Cuba atraviesa una difícil situación. En un excelente libro escrito por los académicos cubanos Esteban Morales y Elier Ramírez, se exponen muchos de esos informes que dan una amplia visión de la política anticubana. Uno de ellos es un memorando de la CIA en el cual se afirma: […] en gran medida los problemas que enfrenta el régimen de Castro han sido como resultado de la política de aislamiento económico y político de los Estados Unidos, así como otras medidas de hostilidad y sabotaje”.

Por supuesto, esos informes no se publican en los sitios que lee ella en las redes sociales, pero son la base de la acumulación de acciones durante 67 que dan pie a la actual situación, unido a errores indiscutibles que se cometen.

Si hoy el pueblo padece de carencias materiales no es porque la Revolución haya fallado, o ¿acaso las 243 sanciones impuestas por Donad Trump en su mandato pasado, no afectan la economía cubana? A eso súmenle la inclusión de Cuba en la lista de países que supuestamente patrocinan el terrorismo, que busca precisamente incrementar esa guerra económica y financiera que no permite ni hacer una transferencia bancaria para cobrar o pagar las compras. Ninguna de las sanciones es para ayudar al pueblo.

Sor Nadieska al parecer no conoce que en el mundo el servicio militar es aplicado en muchos países, entre ellos Israel que también incluye a las mujeres.

Invito a la religiosa a reflexionar y a estudiar la historia de Cuba, antes de seguir tergiversando la verdad en favor de los que desde Estados Unidos causan dolor y luto en el pueblo de esta Isla, e incluso ahora intentan dividir a las familias al negar visas de reunificación familiar, cortar las remesas y tratar de impedir el envío de ayuda, algo que ella omite en sus escritos.

A pesar de su veneno insidioso no ha sido detenida por pensar diferente, prueba que la desmiente en sus afirmaciones de que en Cuba no se puede disentir.

¿Por qué no acusa al régimen de Israel por asesinar a tantos niños, mujeres y hombres palestinos, que defienden su territorio ocupado ilegalmente? Seguro que para no disgustar a sus amigos yanquis.

En este mes que se celebra la fiesta del Sagrado Corazón de Jesús, sería conveniente que la madre la superiora de la congregación Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl, aplicara lo que dijo San Pedro Apóstol en su Primera Epístola:

“El que quiere amar la vida, Y ver días buenos, Refrene su lengua de mal, Y sus labios no hablen de engaño. Apártese del mal, y haga bien, Busque la paz y sígala…”

Preciso fue José Martí al afirmar: “Contra la verdad nada dura”.

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