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La disonancia cognitiva de los independientes

¿Puede un “independiente” certificar la independencia de otro “independiente”? Recientemente El Toque lanzó una publicación en la cual asegura según estudios de Cubadata que existe “indiferencia política y cambios ideológicos entre los cubanos”, haciendo énfasis en la supuesta “enajenación política”, lo cual no coincide con los acalorados debates que todos los días ocurren en las esquinas de cada barrio en Cuba.

Señala El Toque que Cubadata “recurre a los dispositivos móviles y a las aplicaciones de comunicación para contactar a decenas de miles de usuarios en Cuba y realizar encuestas digitales voluntarias y verificables”. ¿Pero, tú cubano que lees este artículo, alguna vez te ha llegado una encuesta de Cubadata, estás entre los tantos miles de cubanos que dicen ellos han encuestado?

Amplía además el artículo, que esta supuesta encuestadora “es una iniciativa que surgió con el objetivo de obtener y aportar información y estadísticas independientes sobre la realidad cubana, en un contexto en que el acceso a datos está permeado por la censura y el control de información del Gobierno”. ¿Será realmente una iniciativa independiente?

Según la página web de Cubadata, este “proyecto dedicado a realizar estudios poblacionales independientes” ni siquiera surgió en Cuba, aunque dice estudiar la sociedad cubana. Fue creado en Corea del Sur durante una conferencia, posiblemente organizada por los mecanismos de la OTAN, sobre “cómo obtener y aportar información y estadísticas en sociedades cerradas”.

Dentro del equipo de dirección de Cubadata, destaca la presencia de Pablo Díaz Espí quien casualmente es también el director de Diario de Cuba, personaje del cual desgaja un largo historial de trabajo mercenario anticubano bajo financiamiento del gobierno de los EE.UU.

Un artículo publicado en 2009 por El Nuevo Herald de Miami, reportó el despido de los empleados de la “Revista Encuentro” editada desde Madrid por “exiliados cubanos” por falta de financiamientos, así como el probable cierre del medio si no lograban conseguir fondos a corto plazo. En este artículo se menciona a Pablo Díaz Espí, quien para ese entonces fuera el director de dicha revista y se negara a dar declaraciones sobre el tema. Según el Nuevo Herald, “Encuentro” tenía entre sus principales patrocinadores a la National Endowment for Democracy (NED), la Fundación Ford y Open Society Institute.

Para 2014 en una entrevista concedida por Díaz Espí al portal Havana Times, el mismo reconoció abiertamente recibir fondos del gobierno de los EE.UU para su “trabajo periodístico”, alegando que esos fondos no determinan su política editorial porque “así funciona el mundo democrático”.

En la plataforma web de la NED, se muestran de forma pública y en una búsqueda muy sencilla, los financiamientos a través de fondos grants y orientaciones tanto a Diario de Cuba como a Cubadata.

A diferencia de lo que aseguró una vez el director de Cubadata y Diario de Cuba, “quien paga manda”, y los financiamientos de la NED (perteneciente al Congreso de los EE.UU) a todos ellos son más que evidentes, podrán seguir hablando de independencia, pero su “independencia” estará supedita siempre de sus financistas.

Todos estos medios y ONGs pagados por el gobierno de los EEUU (como hace elTOQUE con Cubadata), a veces de la forma más descarada, padecen de una grave disonancia cognitiva cuando unos a otros se llaman a sí mismos independientes, sabiéndose sostenidos por los mismos financistas y formando parte de la misma operación de ataques mediáticos contra la Revolución Cubana.

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