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La cultura violenta del salvaje oeste sigue viva

La violencia sigue cobrando nuevas víctimas en Estados Unidos, un país donde hay más armas que personas en las calles.

A la tragedia de los incontables casos de violencia armada, entre los que destacan los tiroteos en lugares públicos, que traen como consecuencia la muerte de miles de personas cada año en ee. uu., hay que sumarle ahora otra tendencia fatal.

Como en el viejo oeste, crece el número de sucesos que involucran a personas que disparan primero y preguntan después.

Podemos citar los casos recientes de un adolescente de Misuri, que fue a recoger a sus hermanos menores a casa de unos amigos, pero erró la dirección y, al tocar el timbre, recibió dos disparos.

En Texas, unas muchachas que regresaban de un evento deportivo fueron baleadas cuando intentaron subirse a un auto parecido al suyo, en un estacionamiento.

Otro caso se dio en Nueva York, cuando una joven se acercó a la entrada de una casa mientras buscaba el domicilio de una amistad, y abrieron fuego contra ella.

Según una investigación realizada por The New York Times, los expertos afirman que esta situación se debe «a la amplia tenencia de armas en Estados Unidos, al clima de desconfianza social, al sensacionalismo de cierta prensa y al aumento de la delincuencia, después de años de relativa calma pandémica».

Sin duda, el clima de barbarie armada crece en ese país y los casos se suman en una propensión que los ha convertido en algo cotidiano.

Recientemente, en el Northside Medical Hospital Midtown, en West Peachtree Street, Atlanta, un hombre vestido de negro, y armado, ingresó a las instalaciones y abrió fuego, mientras en Texas sucedió algo similar en el centro comercial Allen Premium Outlets, con saldo de nueve muertos, entre ellos varios niños, refiere La Opinión.

Para terminar de enlutar los primeros días de mayo, un tiroteo registrado la madrugada del pasado domingo en el interior de una discoteca en Miami Beach, Florida, causó el fallecimiento de un hombre y heridas a dos mujeres, informaron las autoridades policiales que investigan el incidente.

Los funcionarios de Miami Beach tuvieron que imponer, durante el mes de marzo, un toque de queda nocturno en el periodo vacacional de primavera, a causa de los múltiples incidentes fatales con armas de fuego.

Parece que los espectros redivivos de los famosos pistoleros del salvaje oeste, «Wild Bill» Hickok y Davis Tutt, campean por sus respetos. «¡Desenfunda y dispara!», decían al retarse, en aquellos ya lejanos años, los autores del duelo más famoso de la historia, hoy con demasiados seguidores.

Sobre ese caso, un historiador sentenció: «nada describe mejor aquellos tiempos que el hecho de que tomar un reloj como garantía de una deuda de póker fuese considerada una provocación suficiente como para generar un duelo armado». Nos preguntamos ahora: ¿algo ha cambiado?

La cultura de la violencia sigue cobrando nuevas víctimas en un país donde hay más armas que personas en las calles.

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