La “culpa” es de los inmigrantes

En la Alemania nazi el antisemitismo sirvió para culpar a un sector de la sociedad de los problemas económicos del país. Es lo que está pasando ahora con la política antiinmigrantes de los Estados Unidos. Si alguien no puede pagar la renta, la culpa no será de las inmobiliarias, ni de las burbujas financieras que crean los bancos para maximizar ganancias; la culpa será del vecino latinoamericano que ocupa esa vivienda que con “justicia” debería ocupar un estadounidense de nacimiento.
El odio crecerá como un alud, al inmigrante no lo salvará ser ciudadano, como no se salvaban los judíos por ser ciudadanos alemanes, ni las victimas del macartismo por ser ciudadanos estadounidenses. La hostilidad irá creciendo en las escuelas, en los centros de trabajo, en los vecindarios donde los inmigrantes son minoría.
El odio es sentimiento que nubla la razón. Serán acusados de ostentosos, ladrones, escandalosos, drogadictos, y todo lo que se oponga a los supuestos valores estadounidenses. De nada valdrán estadísticas, análisis independientes, ni nada razonable, porque el odio no razona.
Ahora se pretende perseguir a los cubanos que tuvieron cargos en el gobierno, o fueron militares, o del Partido, pero el hambre del odio, y del oportunismo, es insaciable, y mañana también perseguirán al que fue de la Uneac, o la AHS o fue presidente de un CDR.
Los que hablan de represión en Cuba, ahora quizá descubran lo que es represión. Allá se viene la gran inversión en inteligencia artificial, y sabrán a dónde fuiste, con quién estabas. Allá se vienen las CBDC para saber de dónde proviene tu dinero y en qué lo gastas.
Quiénes estaban tras Trump en el discurso de toma de posesión. Eran las tres mayores fortunas del mundo. En conjunto tienen más que la mitad de los estadounidenses. Lo que dijo allí, se sabe. Pero qué no dijo. No habló de cómo abaratar la medicina, cuando uno de cada cuatro estadounidenses no puede pagar la factura médica. No dijo del casi millón que viven en las calles, ni de los bajos salarios que obligan a tener dos o más empleos, ni de las rentas de apartamentos que se tragan casi todos los ingresos. No hizo falta hablar de esas cosas, la culpa es de los inmigrantes.