La crisis del dólar y el futuro económico mundial

Se debe de estar al tanto de los acontecimientos que vive el mundo, y mucho más lo que sobreviene a nuestra región. La firma de Biden para la renegociación del techo de la deuda de los EUA, han puesto en duda y en evidencia la crisis por la que atraviesa la decadente primera potencia económica mundial.
Las previsiones económicas elaboradas por los expertos para la reunión de finales de mayo del Federal Open Market Committee, FOMC por sus siglas en inglés para el Comité de Mercado Abierto, concluye que la politica monetaria a seguir partiendo del supuesto efecto del nuevo endurecimiento previsto de las condiciones de crédito bancario, en medio de unas condiciones financieras ya de por sí restrictas, avizoran una leve recesión a partir de finales de este año, seguida de una recuperación a ritmo moderado, por los que la tendencia será el robustecimiento del método principal por el que el Fed conduce la política monetaria, el que media la compra y venta de seguridades del gobierno en el mercado abierto, este proceso, llamado operaciones de mercado abierto, se utiliza en las economías se utiliza regularmente como una herramienta para manipular el suministro de dinero.
Aun así, las mismas encuestadoras detonan que la crisis va un poco más allá, previendo una desaceleración del Producto Interno Bruto (PIB) real en los dos trimestres siguientes, antes de registrar un modesto descenso tanto en el cuarto trimestre de este año como en el primero del próximo, esto se traduce en el impacto directo en el dólar, el cual ha caído hace solo unos días a un +15%, y en lo que todos coinciden es en que el inicio de estas caídas serían los datos de la inflación de Estados Unidos nunca antes vistas, no por gusto la Reserva Federal está poniendo toda la carne en el asador con subidas de tipos de 75 puntos (ya lleva cuatro consecutivas) con el objetivo de detener la subida de precios desatada, lo que se sustenta en los últimos datos del Índice de Precios al Consumidor (IPC) en donde se mostró un aumento del 7,7% interanual de los precios frente al 8,2% de meses anteriores, tres décimas menos de lo esperado por el mercado.
¿Existe una real crisis del dólar?
La hegemonía internacional del dólar nació a fines de la Segunda Guerra Mundial, tras los acuerdos de Bretton Woods de 1944. Allí se establecieron las nuevas reglas para las relaciones comerciales y financieras entre los países más industrializados del mundo. También nacieron dos instituciones claves, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. Desde entonces, el idioma monetario con el que hablan los países está dolarizado.
Sin embargo, el siglo XXI está generando una economía internacional más diversificada en cuestión de monedas. Según datos del FMI, la proporción del dólar en las reservas mundiales de divisas, que en 1999 era del 72%, cayó al 59% en 2021. En el mismo período, crecieron de cero a 10% las reservas de los bancos centrales en otras monedas, entre ellas el yuan además del franco suizo y los dólares australiano y canadiense. En ese sentido, el mismo informe del Fondo destaca que otras monedas de reserva tradicionales, como el euro, el yen y la libra esterlina, no llenaron ese espacio cedido por el dólar en las últimas dos décadas.
Frente a esto existe un sumado coro internacional de voces que sostienen que la divisa de Estados Unidos está en declive. Y hay hechos que las respaldan. En primer lugar, el crecimiento de China como potencia económica, que hace que muchos países comiencen a usar su moneda, el yuan, en sus intercambios comerciales, sobre todo en el mercado asiático, aunque Argentina y Brasil ya están en ese club. India, por su parte, busca potenciar el comercio en su moneda, mientras Arabia Saudita afirma estar abierta a comerciar con otras divisas.
Entonces podemos vislumbrar que la desdolarización empieza a aparecer “en forma persistente” en el intercambio comercial proviene de dos factores. Uno es la guerra de Ucrania: “Las sanciones económicas aplicadas a Rusia por parte de Estados Unidos y países europeos derivaron en que Moscú empiece a realizar el intercambio comercial con otras monedas. Por eso empezó a vender petróleo a India en rupias; y con China ya no solamente el petróleo, sino casi todo su flujo comercial es un intercambio de monedas”.
China, recordemos está en el rango No.1 con las mayores reservas internacionales de dólares con más de US $3.4 billones en sus arcas, equivalentes en acumulación de oro y dólares que al emerger como la próxima potencia mundial “pretende que su moneda tenga mayor circulación a nivel internacional. En el año 2016 hubo un evento importante cuando el FMI incluyó el yuan en su canasta de monedas denominada DEG, que es la unidad de cuenta del Fondo. El yuan pasó a ser así la quinta moneda de esa canasta, sumándose al dólar, el euro, el yen y la libra esterlina”. Y para fortalecer esta posición, hace pocas semanas, Pekín firmó con Brasil un acuerdo para liquidar en sus propias monedas el intercambio comercial, que en 2022 alcanzó el máximo histórico de 171.500 millones de dólares. Dólares que ahora no participan en el negocio. Claro, esta crisis de “dolorosidad” no puede ser tan inmediata puesto que a China, no le conviene que el dólar pierda valor( al menos por ahora) ya que “significaría que los productos chinos costarían ‘más, ósea que los consumidores los comprarían menos”.
Ahora bien, todos sabemos cómo actúa el capitalismo, y en su fase superior, el imperialismo como el estadounidense, nunca querrá perder en ningún ámbito o escenario.
Las previsiones apuntan a una eminente intervención directa de los Estados Unidos en el conflicto armando de Ucrania, aunque el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha gastado un enorme capital diplomático en contrarrestar el ataque ruso a Ucrania firmando el mayor presupuesto militar de la historia y del mundo, ya es poco lo que podrá hacer para evitar su posición real ante el conflicto. La soga la tiene al cuello, la continuación de la ayuda de Washington a Kiev, así como la reputación internacional del presidente Joe Biden dependen del éxito de la contraofensiva de las Fuerzas Armadas de Ucrania y de los miles de millones que tiene que justificar, como el ataque a la presa de Nova Kajovka, y para esto si es necesario se destruirá Ucrania, con tal de mantener su hegemonía, pero la apuesta es «no dejar que Rusia cumpla su cometido».
Todo esto se traduce en muchas cosas en nuestra región si Estados Unidos a través de su pieza OTAN se mete oficialmente en el conflicto, no olviden que Latinoamérica es una región de «cooperación” para la OTAN, en la que tiene un único socio global, Colombia y dos aliados principales extra: Argentina (desde 1998) y Brasil (desde 2019), y los movimientos se realizarán bajo una presión política descomunal, puesto que en el 2014 en La Habana, se declara a América Latina y el Caribe como zona de Paz y contra esto tendrán que lidiar fuertemente.
Tal vez las propias condiciones de supervivencia del sistema capitalista en crisis son las que conducen a la agudización de estos conflictos y con el basto apoyo de la opinión pública internacional y las fuertes campañas mediáticas, se defenderá peor que un rata acorralada con tal de mantener su putrefacta hegemonía y para eso hundirá a todos aquellos que se opongan, sumiendo al mundo en un caos que podrá ser mucho mayor que la Segunda Guerra Mundial.