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Guerra Cognitiva, Ciberguerra, Redes Sociales, un desafío para los pueblos

Hace muy poco, en un intercambio con estudiantes en la universidad y participantes en curso de postgrado, les explicaba sobre la guerra cibernética o «cyber warfare», en inglés, se refiere a un ciberataque o una serie de ciberataques lanzados contra un país con el objetivo de obtener una ventaja estratégica o militar.

Desde el enfoque académico insistía que como acción militar estos ataques son realizados por un Estado-nación contra otro, con el objetivo de debilitar, interrumpir o destruir” el objetivo determinado y que igualmente abarca los ataques de grupos terroristas u organizaciones de piratas informáticos.

Me sorprendió que en ambos auditorios todos eran muy conocedores de las nuevas tecnologías de la informática y las comunicaciones, modelos de teléfonos inteligentes y redes sociales, sin embargo aprecié no total conciencia de la magnitud y real alcance de esta guerra, presente en la cotidianidad de nuestras vidas, estas razones y lo sucedido en estos días en Venezuela me han motivado para dedicar tiempo, tomar espacio e intentar comunicarme con mis amigos y los que no lo son también en reflexión de domingo.

Esta forma de conflicto se desarrolla en el espacio virtual, las armas son dispositivos electrónicos y el objetivo es el control o destrucción de sistemas informáticos, redes de comunicación e infraestructura crítica del objetivo escogido.

La ciberguerra es llevada a cabo por gobiernos, organizaciones terroristas, grupos de hackers o individuos, y puede tener consecuencias devastadoras para la sociedad, desde daños económicos, riesgos para la Seguridad Nacional de los Estados.

Por consiguiente presenta desafíos únicos en comparación con otras formas de conflicto debido a su naturaleza transnacional y anónima, pues los ciberataques pueden llevarse a cabo desde cualquier parte del mundo y es difícil rastrear a los perpetradores e identificar sus orígenes, dañando los sistemas y la infraestructura directamente afectados, y también causando daños en otras áreas.

Recientemente hemos sido testigos del empleo de la guerra híbrida, y denunciado por las autoridades venezolanas de un golpe de estado digital en el contexto de las recientes elecciones, escenario de una intensa batalla cibernética, con acusaciones de manipulación algorítmica, ataques informáticos y la creación de una narrativa de «fraude» apoyada por actores internacionales.

Se ha producido la combinación de sus objetivos, difundiéndose el ataque de información falsa y propaganda para influir en la opinión pública mediante la manipulación de la narrativa en torno al tema electoral, intentando causar inestabilidad en el país.

Tal es el caso de la declaración de Guerra cibernética al gobierno del Presidente Nicolás Maduro Moros por parte de los ,»Ciberactivistas» Anonymous, quienes admitieron haber lanzado ataques masivos contra sitios oficiales del Estado venezolano, según el grupo de hackers, sus ataques afectaron 235 sitios oficiales en las últimas 72 horas, al respecto amenazaron al mandatario venezolano:

«Nicolás Maduro, nuestra guerra cibernética apenas ha comenzado. Usted y su régimen pueden esperar más interrupciones, exposiciones y ataques digitales en las próximas horas y días».

Estos días se han caracterizado por una intensa actividad de bots, acompañado de un ataque cibernético al CNE para ralentizar el envío de los votos, ataques que provienen de Macedonia del Norte país balcánico que desde 2020 pertenece a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y desde 2005 aspira a unirse a la Unión Europea (UE), lo que internacionaliza la agresión en los bloques económico y militar (UE y OTAN), aliados incondicionales de los Estados Unidos.

De igual manera se ha denunciado ciberataque
a la plataforma Sistema Patria, empleada por millones de venezolanos para recibir bonos de protección social, gestionar combustible y pagar servicios, y a la Línea Aérea Conviasa (@LAConviasa) por parte de Anonymous, nueva amenaza de los “fascistas arrastrados por el imperialismo norteamericano y vinculados a Elon Musk”, que hasta el momento han podido neutralizarse sus intenciones.

La labor de expertos venezolanos, a lo largo de los últimos siete días ha permitido neutralizar 810 ataques provenientes de direcciones IP localizadas en Singapur, 766 en Emiratos Árabes Unidos, 522 desde Camboya, 205 desde Países Bajos, 95 desde EE.UU., 78 desde Francia, 57 de Bulgaria, 22 de Alemania y 10 de Hong Kong.

Resumiendo lo que ha estado ocurriendo, vale señalar:

✓ Manipulación digital: Se denuncia que plataformas como Twitter y Facebook han utilizado algoritmos para invisibilizar al chavismo y promover a la oposición.
✓Ataques cibernéticos: Se reportan intentos de hackeo al sistema electoral del CNE, así como ataques a páginas web gubernamentales.
✓ Información «fabricada»: Edison Research, una empresa con supuestos vínculos con la CIA, ha sido acusada de crear datos a boca de urna que respaldan la narrativa de «fraude».
✓ Intervención de actores externos: Elon Musk, dueño de X (Twitter) y Starlink, ha expresado públicamente su apoyo a la oposición, influyendo en el debate postelectoral.

La descripción anterior sugiere una operación de cambio de régimen impulsada desde el exterior, utilizando herramientas de la guerra cibernética y cognitiva para desestabilizar en clásico golpe blando, al gobierno venezolano, evidente utilización de la tecnología para manipular las elecciones en Venezuela.

La cruenta realidad vivida por estos días nos alerta sobre la existencia de la guerra cibernética como una amenaza real y creciente para los gobiernos, las empresas y las personas de todo el mundo, ello nos impone prestar la máxima atención a las diferentes armas y tácticas utilizadas por los piratas informáticos y con urgencia continuar situando como prioridad tomar medidas adecuadas para proteger los sistemas y la información confidencial.

Para Cuba y aquellos países que no se subordinan al poder imperial es una cuestión de Seguridad Nacional, un escenario de nuevo y creciente conflicto que puede tener graves consecuencias para la sociedad.

Los desafíos son significativos, para los gobiernos, las empresas y las personas, nos obligan a prestar la máxima atención para mitigar los riesgos y garantizar la seguridad de la infraestructura crítica y los datos confidenciales, donde la ciberseguridad debe ser vista como una prioridad esencial que debemos continuar estudiando en interés de la Defensa Nacional en el contexto actual de la Doctrina Militar Cubana.

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