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Fidel Castro Ruz en el ideario del pueblo cubano

Para los cubanos el pensamiento de Fidel siempre estará presente en la obra de la Revolución, como legado, guía y espíritu de lucha, tenacidad y consagración. Durante muchos años hemos recibido su ejemplo, siempre alertándonos de las maniobras del imperialismo contra los oprimidos del mundo.

Lo recordamos con orgullo y cariño en cada obra que inauguraba. Todos queríamos estar cerca de él para saludarle, abuelas, madres y niños, para recibir una caricia o un beso, los padres y abuelos, para estrechar su mano, pero a todos nos impresionaba su majestuosa estatura y presencia.

Cada discurso era escuchado con atención, hasta por los enemigos de la Revolución. Su presencia atraía multitudes dentro y fuera del país. Sus palabras se convertían en consignas de optimismo y confianza. Eran repetidas por cubanas y cubanos en la cola de la guagua, en la panadería o en cualquier lugar de concentración. Las redes de los actos por el 26 de julio y las Tribunas Abiertas constituían un alto estímulo para las provincias y municipios porque sabían que iban a contar con su presencia. Sus comparecencias en las Mesas Redondas nos indicaban que se trataría un tema de vital importancia para la vida económica, política y social del país. Sus Reflexiones eran verdaderos puntos de vista y análisis del ámbito nacional e internacional. Además, el concepto de Revolución que formuló nos enseña el rumbo y camino a seguir en la construcción del socialismo.

Con eso y mucho más lo recuerda el pueblo. Con el corazón oprimido vimos las lágrimas en los ojos de todo el pueblo ante su partida física, en cada calle, barrio o ciudad por donde pasaba la caravana, incluso delante del televisor.

Fidel es Fidel, nuestro único e invicto Comandante en Jefe, nuestro líder indiscutible, nuestro paradigma.

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