Esta Revolución Victoriosa es fruto de la tarea histórica cumplida por la generación fundadora y de todo nuestro pueblo desde el primero de enero de 1959, luego del proceso de lucha por la independencia iniciado en 1868 en la Demajagua.
Y vamos transitando la séptima década de existencia vital, de transformaciones esenciales en el cuerpo de la sociedad. Todas las dimensiones de las actividades sustantivas de la nación han pasado la prueba del tiempo y son hoy un reflejo de las profundas transformaciones que la Revolución trajo consigo.
Pero esos cambios estructurales y funcionales profundos han modelado una sociedad encaminada a la construcción del socialismo. Y en este periodo de transición, largo y complejo, bajo la permanente reticencia del poder hegemónico global del Imperialismo, de avances de sonadas victorias y también con retrocesos parciales y errores humanos, además de etapas de grandes retos y desafíos como son las guerras, el cambio climático, las pandemias y crisis de la economía mundial y las relaciones internacionales.
En este contexto histórico Cuba resiste y se mira por dentro, en un análisis crítico para mejorar las medidas aprobadas y la dirección de nuestra sociedad.
Por todos estos argumentos y mucho más, la Asamblea Nacional ha debatido, una vez más, los problemas que nos aquejan y las vías para resolverlos.
