La filiación mercenaria y la carencia de toda moral siempre han caracterizado a la contrarrevolución cubana. Dentro y fuera del país se articulan en grupúsculos, cuyo objetivo poco tiene que ver con la “libertad” de Cuba que tanto dicen defender. Para ellos, la política es una vía de recibir dinero fácil. La usan para obtener beneficios económicos, migrar del país y encontrar las puertas abiertas cuando llegan a Miami.
Pero eso no lo decimos solo nosotros. Fuentes del otro lado del Estrecho de la Florida lo confirman. Uno de ellos es Joel Brito, cabecilla del llamado del Grupo Internacional para la Responsabilidad Social Corporativa en Cuba (GIRSCC). Ha participado en eventos junto al terrorista Orlando Gutiérrez Boronat, pivote de la reciente campaña de descrédito contra el gobierno cubano, sobre la supuesta presencia de militares antillanos en Ucrania. Como Boronat, Brito defiende en público a estos “opositores” de poco talante, pero, entre dientes, reconoce su falsedad.
En un audio revelado por fuentes en Estados Unidos, se queja del esquema utilizado para salir de Cuba y establecerse en Miami por parte de estos ilusorios disidentes. Alude a cómo utilizan incluso a sus familias para montar un espectáculo ante la opinión pública, para luego valerse del pretexto de la supuesta persecución política. Tras la brevedad del show dentro de Cuba, utilizan a los testaferros de Miami “como si fuera una agencia de viajes”.
Reconoció que el gobierno cubano tiene razón en cuanto a cómo estos personajes “provocan a la policía (…) forman un líito“ y usan las citaciones legales a manera de evidencia para cruzar la frontera de México con Estados Unidos. “Si tú te quieres ir, dilo por lo claro. Nadie te va a decir que no te vayas. Pero no utilices”, reclamó, en un parlamento plagado de vulgaridades.
Financiamiento de programas subversivos en Cuba por EE.UU.
Tan solo en 2022, el Congreso de Estados Unidos declaró la asignación de más de 35 millones de dólares a programas subversivos, encabezados por el Departamento de Estado, la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) y Fundación Nacional para la Democracia.
La NED desglosa su presupuesto para manipular diversos ámbitos, con énfasis en plataformas comunicacionales subversivas (“Libertad de información”), grupos sociales contestatarios (“Sociedad Civil”) y proyectos económicos enfocados en promover la ideología capitalista. Las alternativas académicas y religiosas encauzadas hacia los intereses de Estados Unidos también son objeto de apoyo federal. Desde enero, han financiados más de 40 programas de este tipo, relacionados con el cambio de sistema sociopolítico en la Mayor de las Antillas. Para ello, empleó el pasado año más de 7 millones de dólares.
La USAID, por su parte, admitió públicamente haber usado más de 7 millones y medio de dólares en proyectos de desestabilización contra la Isla durante el pasado año. En el transcurso de 2023, ya van por 6 millones y medio de USD.
El gobierno de Estados Unidos destina cada año millones de dólares a financiar el esquema anticubano. La mayoría de ese capital termina en organizaciones para “promover la democracia en Cuba”, empleadas por sus escasos integrantes para llenarse los bolsillos. La ideología y los principios poco tienen que ver en esta cuestión.
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