Últimamente el tema de los memes se ha convertido en método y forma para describir sucesos o realizar burlas con fines de distracción o de subversión política.
Tal es así que cualquier elemento que se diga por los medios es llevado a ese soporte de forma muy rápida. Muchos son los que tienen habilidades para ello.
A nuestro presidente, Miguel Díaz Canel Bermúdez, le han realizado en los últimos tiempos campañas para desacreditar su liderazgo o simplemente para opacar su figura pública en las redes sociales, cuestión que considero debía ser penada, pues se trata de una figura pública que goza de un prestigio en el pueblo y que lucha día a día por que nuestro país salga adelante.
¿Acaso no han visto su rostro con ojeras, que muestran el quehacer por revertir la actual crisis económica que afecta todos los sectores de nuestro país? Pero no se detiene ni se detendrá, ni venderá nuestra patria a un mecanismo yanqui que ha soñado muchos años con apoderarse de nuestra historia.
Nuestro presidente no es un vende patria. Soporta en sus hombros una tradición de lucha histórica y el ejemplo vivo de la continuidad. Desde el pensamiento, hijo de Fidel y sobrino de Raúl, quienes mediante las enseñanzas de Martí aprendieron a convertir los reveses en victorias, para poder salir adelante en este mundo tan desigual y convulso.
No entiendo que me hablen mal de él, y mucho menos de mi país. Aunque soy joven, he estudiado nuestra historia. Sé de dónde vengo y hacia dónde voy. Quiero, como miles de cubanos, ver a mi país triunfar, revertir la actual coyuntura y vivir, como siempre, en libertad, luchando por ser cada día más justo, próspero y sostenible.
Es por eso que te digo, si es que te dedicas a eso, que con mi presidente no te metas. Somos muchos cubanos que queremos una Cuba socialista y estamos dispuestos a dar nuestra sangre por seguir respirando en un país de libertad.
