Bob Menéndez, primer senador en la historia de Estados Unidos acusado dos veces por corrupción
Por segunda vez en menos de 10 años, el senador anticubano Robert Bob Menéndez es incriminado por corrupción, convirtiéndose en el primer congresista en ejercicio en la historia de Estados Unidos, que enfrenta en esa grave situación, al tener dos acusaciones sin vínculos una de otra,
De acuerdo con las normas instituidas por la bancada demócrata de la cámara alta, quien se encuentre en una situación como esta, deberá renunciar de inmediato a su cargo y por esa razón el líder de la mayoría en el Senado, Chuck Schumer, al conocer la acusación de la fiscalía declaró: “Según marcan las normas, Menéndez dejará su cargo como presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores, hasta que el asunto haya sido resuelto”.
Este paso resulta un duro golpe para el partido demócrata y especialmente para la mafia anticubana en el Congreso, que utiliza esa importante posición para chantajear a quienes planteen una modificación en la política yanqui hacia Cuba y otros países soberanos.
La actual acusación por corrupción sobre el senador y su esposa, es el resultado del expediente investigativo abierto por el FBI hace un año, a partir de informaciones obtenidas referente a sus negocios turbios con tres empresarios de New Jersey, amigos de la esposa de Menéndez e involucrados en acciones comerciales con Egipto.
Informaciones disponibles por el FBI y entregadas a la fiscalía, afirman que el senador realizó operaciones secretas a favor de Egipto, a pesar de las dudas del gobierno yanqui referente a supuestas violaciones de los derechos humanos de ese país, que motivaron restricciones a la asistencia de Estados Unidos a El Cairo.
Según el FBI, el acusado escribió una carta, sin indicar ser su autor, la cual envió a sus colegas senadores para animarlos a que levantaran la retención de 300 millones usd de asistencia a Egipto, y transmitió a las autoridades egipcias información no pública sobre asuntos militares.
Esos elementos permitieron que la fiscalía aprobara de inmediato el allanamiento de la residencia del senador anticubano, donde hallaron varios lingotes de oro, valorados en 100.000 dólares al precio actual de ese metal y 480.000 dólares en efectivo, escondidos por toda la casa en sobres, cajas y abrigos.
Ahora el matrimonio tendrá que explicar su procedencia, así como un auto Mercedes Benz descapotable que recibió la esposa, como regalo de uno de los empresarios favorecidos.
Las evidencias contra el senador lo vinculan también al intento de desviar el caso penal contra uno de los empresarios, al presionar para que Philip R. Sellinger, fuera colocado como fiscal federal de Nueva Jersey, pues Menéndez estaba seguro de poder influir en este.
Los fiscales aseguran que el senador intentó aprovechar su alta posición para entrometerse en otra investigación penal, desarrollada por la Fiscalía General de Nueva Jersey.
En 2015, el senador fue acusado de emplear su influencia política a favor de un oftalmólogo de Florida, quien le había entregado cerca de 750.000 dólares en donaciones ilegales para su campaña política, otros regalos lujosos y facilitarle su avión privado para sus viajes a la República Dominicana, donde sostenía relaciones con mujeres jóvenes. Por las evidentes influencias del senador, dicha acusación fue destinada en el 2017, porque el jurado “no logró llegar a un veredicto unánime”.
Ahora la situación parece no favorecer al mafioso anticubano, quien, junto a su esposa y los empresarios, Wael Hana, José Uribe y Fred Daibes, están acusados de dos cargos de soborno y fraude. Asimismo, sobre Menéndez y su esposa pesa otra acusación por extorsión y de ser declarados culpables, los cargos más graves pueden conllevar hasta 20 años de prisión.
Bob Menéndez, desde su posición de presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado, ha sido un feroz opositor al mejoramiento de las relaciones con Cuba, siguiendo el consenso de la mafia terrorista anticubana.
Tanto va el cántaro a la fuente hasta que se rompe y como afirmó José Martí:
“El fausto se compra casi siempre al precio del decoro”.