La guerra de la clase dominante de los Estados Unidos de América contra la Revolución cubana lleva ya más de 60 años. Tras la asunción del inscrito al nacer como Donald John Trump se ha intensificado. Y coincidentemente se ha intensificado el accionar de una variante moderna, actual, del mercenario anticubano: El mártir de nuevo tipo.

Este personaje quiere decir sus «verdades»… pero que le paguen por decirlas. El mártir de nuevo tipo, a pesar de todo el acceso a Internet que se está disponiendo de forma creciente en Cuba, no quiere escribir un blog gestionado por él en cualquier plataforma de Internet para decir sus verdades (hacer que un blog personal sea muy visitado es algo muy difícil) … no, él prefiere que sea en una plataforma que luzca poderosa, generalmente pagada por alguna –o varias- ONG extranjera, detrás de la cual está alguna fundación o institución conectada a algún magnate que,    ¡oh casualidad!, resulta que está en el negocio del cambio de régimen en países cuyos gobiernos no son del agrado de las potencias capitalistas, especialmente los Estados Unidos de América. (Cualquier parecido con lo que la Open Society de George Soros y sus similares financian para una Cuba Imposible desde donde se pidió la entrada de Cuba al FMI que ahora mismo incendia Ecuador no es pura coincidencia).

Lógicamente, la paciencia de quienes deben convivir con sus acciones provocativas y antirrevolucionarias tiene sus límites, sobre todo, porque a pesar de que habitualmente se autodenominan de “izquierda crítica”, la izquierda suele estar en las antípodas de lo que Soros y similares representan.

Pero el mártir de nuevo tipo necesita su escándalo. Y si se agota la paciencia, es la oportunidad para manifiestos encabezados por connotados asalariados de la subversión, que amplifica la maquinaria pagada para el cambio de régimen en Cuba y hasta el Twitter de la embajada yanqui. Aunque no todos tienen la suerte de que los sancionen, y entonces, como no lo logran, terminan marchándose de reuniones y empleos, alegando represión, violación de sus derechos, a pesar de que apelaron hasta a la justicia sindical allí donde mejor los conocen… y perdieron.

No pocos en breve tiempo marchan a residir en la tierra de sus patrocinadores, desde donde creen pueden cobrar más por su trayectoria anterior, aunque, huelga decirlo, corren entonces el riesgo de que se pueda perder el interés en ellos. Ejemplos antiguos, y también recientes, sobran. ¿Recuerdan aquel otro “mártir” de apellido Pantoja? Pues ahora El Nuevo Herald  (1) nos anuncia pide asilo político en Estados Unidos.  

Algunos mártires de nuevo tipo se dan golpes en el pecho (mediáticos) proclamando que son «revolucionarios». Que sus críticas son fundadas.  Que solo intentan mejorar el socialismo. Que ellos hablan de zonas de la realidad cubana que la sociedad cubana “no conoce bien”. Casualmente hacen los mismos reclamos que la embajada de Trump en La Habana. (2)

Ocultan sin embargo que en su país, Cuba, los primeros derechos humanos, el derecho a una vida digna, a salud, a educación, a empleo, a cultura y deporte, están bien garantizados (a pesar del infame bloqueo yanqui que dura casi 60 años). Pero el  mártir de nuevo tipo no hablará de esos derechos logrados por la Revolución. Y solo hablará del bloqueo cuando sea estrictamente necesario. Después de todo, no se puede morder la mano que te paga, aunque también sea la que te humille en las oscuras reuniones de la US Embassy, en la que algunos de ellos engrosan la nómina.

Así solo hablará del genocida y brutal bloqueo yanqui cuando ya no quede más remedio, a pesar de que sepa, claramente, que lo ha estado sufriendo toda su vida. Incluso cuando dice «creer» en el socialismo, lo hace como parche antes del grano, para seguido disparar su envenenado discurso contrarrevolucionario. Y la agresión yanqui, si es que aparece, es como pretexto del gobierno cubano, como en la BBC, esa muy buena prensa oficialista de su majestad.

Por supuesto, el mártir de nuevo tipo recibe órdenes más allá de escandalizar. Tiene que autoproponerse como delegado de circunscripción si es posible. Eso de la guarimbas estilo Venezuela en Cuba no funciona, así que hay que buscar otras vías, hacer llamamientos, intentos de campañas en Internet, producir pen$amiento, etc….etc. Los hay que terminan marchándose como becarios eternos a algún país del primer mundo para aprender cómo ser líder y mejorar el socialismo… con recetas neoliberales. (Algunos regresan con proyectos bien financiados, que convocan a “nuevas voces”…que casi siempre son las voces de algunos como ellos). Si en el primer mundo los jóvenes protestan contra la desidia de sus gobiernos ante el cambio climático, ellos se lamentan de que en Cuba no se proteste igual, aunque haya una gran diferencia entre el accionar de esos gobiernos y el del gobierno cubano. Si hay una huelga en Brasil por el aumento del precio del pasaje, ellos se lamentan de que en Cuba la gente no proteste por la misma razón, aunque en Cuba los precios del pasaje los aumentan  una parte de los transportistas particulares y no el estado, siempre culpable, sin embargo, de todos los males.

Por supuestos, los nuevos mártires no siguen todos el mismo camino. Aceptémoslo. Sus vías de ingresar al martirologio son tan variopintas como ellos mismos. Hay quien permanece aquí vendiendo el alma a los de allá y si no se le obstaculiza trabajar para justificar el bloqueo, porque esa es su tarea, se victimiza, y se exhibe como intacto héroe de la libertad de expresión.

El mayor miedo de un mártir de nuevo tipo es la indiferencia. No la de sus compatriotas. A esa se acostumbran rápidamente. El miedo a la indiferencia de sus empleadores. Porque saben que productos fabricados como ellos tienen fecha de caducidad y que más temprano que tarde caerán en el olvido, en la intrascendencia, porque a diferencia de los mártires reales (como los que han caído defendiendo una revolución como la cubana)  no habrá ni historia ni pueblo que los recuerde.

  1. https://www.elnuevoherald.com/noticias/mundo/america-latina/cuba-es/article227434249.html
  2. https://twitter.com/USEmbCuba/status/1169609550691020800?ref_src=twsrc%5Etfw

1 Comentario

  1. Carlos, Los mercenarios no tienen ideas, defienden las del que mejor le pague, en este caso las del Imperio. Al enemigo ideológico se le respeta, al mercenario, si podemos lo cambiamos por compota, luego de juzgarlo por traición. Estamos en guerra, económica, financiera e ideológica, de momento, pero guerra al fin, las acciones y el discurso del Imperio lo demuestran. Esta revolución nadie nos la regalo, la ganaron nuestros padres, Ud incluido, y nuestra continuidad es defenderla con la uñas, si fuera necesario. Muchos de esos martires como dice Adrian, luego de ganar merito y dinero a partir de nuestra resistencia (interpretando a Diaz-Canel), cuando van perdiendo relevancia o antes, van marchando al brutal y revuelto, en un 99.999…% su verdadero objetivo, ejemplos de antes, conocidos por la historia, y de ahora, vividos, sobran y no es menester mencionarlos, ni eso merecen. Un saludo.

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