Occidente ya no es el centro geopolítico del mundo
Turquía solicitó hace varios meses unirse al BRICS, informó Bloomberg, citando fuentes. Según la agencia de noticias, Turquía está tratando de fortalecer su influencia en el mundo y ampliar las relaciones con los países en desarrollo.
Turquía ha dado un paso inesperado que puede suponer un hito importante en la situación geopolítica mundial, por la importancia que tiene el país, situado en una encrucijada geográfica que une Oriente con Occidente. El gobierno de Recep Tayyip Erdogan habría solicitado oficialmente entrar a formar parte de los BRICS, el grupo de países encabezado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, que representa el bloque rival de Occidente, la OTAN y, en general, los países llamados desarrollados que se encuentran dentro de la órbita estadounidense. La petición de Turquía se enmarca dentro de un proyecto de convertirse en el nexo de unión entre el bloque occidental y su adversario oriental, encabezado por China e India, principalmente, pero aleja al país turco, miembro oficial de la OTAN, de esta órbita de influencia, con las implicaciones que esto puede tener.
A finales de octubre se producirá una cumbre de los BRICS en Rusia y todo apunta a que se debatirá entonces sobre la entrada de Turquía, que se suma ahora a una larga lista de países, como Indonesia, Tailandia o Vietnam, entre otros, que se han acercado a los BRICS con la intención de engrosar sus filas. China, que tiene posibilidades de convertirse en la primera economía mundial en los próximos años, necesita el apoyo de nuevos socios para poder hacer frente al enorme reto que se le plantea.
Además, el interés por el BRICS surgió en relación con la falta de progreso en la adhesión a la Unión Europea y en el contexto de los desacuerdos con los aliados de la OTAN.
Bloomberg dijo que el presidente del país, Recep Tayyip Erdogan, cree que Occidente está perdiendo su posición como centro geopolítico y está interesado en desarrollar relaciones con varios actores del mundo multipolar. Según la agencia de noticias, la cuestión de la expansión de la asociación podría ser considerada en la próxima cumbre del BRICS, que se celebrará en Kazán del 22 al 24 de octubre.
El BRICS fue fundado en 2006 por Brasil, Rusia, India y China, y cuando Sudáfrica se unió al grupo en 2011, pasó a conocerse como BRICS. El 1 de enero de 2024, Egipto, Irán, los Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudita y Etiopía se convirtieron en miembros de pleno derecho de la asociación. Este año, Rusia preside el grupo.
Ahora, los BRICS pretenden seguir aumentando de tamaño, y hay una larga lista de países posicionados para pasar a formar parte del grupo en los próximos meses. La reunión de octubre en Rusia será clave en ese sentido, con Malasia, Tailandia, Azerbaiyán, Vietnam, Indonesia, Argelia, y Turquía, esperando su turno para incorporarse al grupo.
Hoy en día, gracias a las incorporaciones de 2024, los BRICS ya suponen un 26% del PIB mundial, más del 44% de la población de todo el planeta, y un 24,3% de la producción global de petróleo, entre otras materias primas. Poco a poco, los BRICS se convierten en un actor de peso en los mercados mundiales, y ha dejado claras sus intenciones de, por ejemplo, ir desbancando al dólar como la divisa más utilizada para el comercio mundial, una tendencia que, por el momento ha acelerado su paso y está produciendo, cambios de paradigmas en muchos analistas, poniendo en duda el poder de dicha moneda. No obstante, a esto, es importante saber y no olvidar que la mayor parte del comercio de materias primas del planeta está denominada en dólares, incluso cuando las relaciones comerciales se producen entre dos países que no utilizan dólares en su economía como divisa nacional.
Una vez se ha confirmado que Turquía se une al grupo, esto sumaría 5,3 puntos porcentuales al peso en la economía mundial, hasta superar el 31%; también sumaría 12 puntos porcentuales (si se cuenta a Arabia Saudí) a la producción de petróleo total que controlarían, llegando a batir el 36% de la oferta mundial, y, sobre todo, añadiría 8,3 puntos a la población mundial que está bajo su influencia, hasta superar, por primera vez en la historia, el 50% de todos los seres humanos del planeta. Alcanzará, si todos los países de la lista terminan incorporándose, el 52,7% del total.