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La educación político-ideológica en la escuela cubana, desde el pensamiento político de Fidel Castro (Parte 2)

Por MSc. Mirian Baños Castellanos

En otras etapas difíciles del proceso revolucionario, en 1986, en que hubo que declarar la rectificación de errores y tendencias negativas, sucedida  por la crisis del Periodo Especial, que trajo como consecuencias altos costos materiales, humanos e ideológicos para Cuba, Fidel plantea:

«la necesidad de reevaluar el método y el contenido del trabajo político-ideológico».

«a la teoría revolucionaria hay que darle toda la importancia que tiene, no podemos admitir que se debilite lo más mínimo; eso es esencial para la Revolución».

«la vía que considera más importante para desarrollar la teoría es el valor del ejemplo como «forma de aplicar la teoría […] como forma de educar a las nuevas generaciones». «No puede estar en contradicción lo que se hace con lo que se dice».

Un periodo de cambios

Entre 1990-1999 se produce el derrumbe del Campo Socialista. En medio de este contexto histórico el imperialismo norteamericano aumenta las agresiones contra la Isla, con la esperanza de que la Revolución Cubana se hundiera de igual forma. Estos cambios estuvieron dados con el inicio del Período Especial en Cuba cuya connotación fue económica, social y política, pero el elemento más dinámico y complejo fue precisamente el ideológico, por ello el PCC indicó reforzar de manera inmediata la educación político-ideológica, con énfasis en la juventud.

La alternativa de asumir las posiciones claudicantes del Zanjón o las dignamente patrióticas de Baraguá, enfrascaba a la sociedad cubana en una compleja batalla ideológica, en circunstancias de penurias y escaseces materiales, susceptibles al inevitable costo político. Como uno de los pilares de esa necesaria e inconmovible trinchera de ideas, la educación desempeñó y aún desempeña un papel, aunque no único, si irreemplazable[1].

A lo largo de estos años, especialmente en el Cuarto y Quinto Congreso del Partido Comunista de Cuba, se ratificó como política educacional, desarrollar en toda su plenitud humana las capacidades intelectuales, físicas y espirituales del cubano y fomentar en él, los valores que caracterizan los ideales de la Revolución cubana, convertir los principios ideo-políticos y morales comunistas en convicciones personales y hábitos diarios de comportamiento.

Se declara por el Comandante en Jefe Fidel Castro que el arma, el arsenal de municiones fundamental para esta lucha ideológica eran las ideas y los argumentos sólidos. Se ratifica además que esta política debía ser una tarea de preocupación y ocupación de todos los agentes de la sociedad y le corresponde a los maestros y profesores desempeñar un papel fundamental en la educación político-ideológica de los educandos.

En septiembre de 1993 se celebra “El Primer Taller Nacional del Trabajo Político-Ideológico en Santiago de Cuba”, donde se planteó que los docentes son los máximos responsables en la educación político-ideológica de los estudiantes.

En 1999, surge el “El Sistema de Trabajo Político- Ideológico del Ministerio de Educación” y este documento es quien rige hasta el momento el trabajo de este frente, con indicaciones que cada año son incorporadas, según el momento histórico y las experiencias obtenidas.

Se destaca como objetivo de este sistema, lograr que toda la labor docente y extradocente que se realice en el ámbito escolar vaya dirigida a la formación comunista, centrado en dos vertientes esenciales: la formación patriótica, revolucionaria y ciudadana y la formación laboral y por la eficiencia económica, se declara que el docente es el primer ideólogo político de la revolución cubana, además de la importancia del sistema de preparación político- ideológica, la formación de valores, el sistema de preparación para la defensa y la enseñanza de la historia.

Dos conceptos, una idea

Lo antes expuesto demuestra la unidad dialéctica entre educación y Revolución, la coherencia que debe existir entre la política del estado cubano y el Mined en relación a la formación comunista de las nuevas generaciones.

De ahí la importancia del trabajo metodológico y de su integralidad, del desarrollo de toda la labor educativa con proyección política e ideológica, de la unidad dialéctica instrucción-educación y de la preparación político-ideológica de los docentes y estudiantes.

Se evidencia en el análisis realizado que existen regularidades, en relación a la educación político-ideológica en la escuela cubana, tales como:

  • Es una prioridad desde el triunfo de la Revolución hasta nuestros días, ha tenido un carácter histórico-concreto, porque ha respondido a las condiciones socioeconómicas y políticas y a la lucha ideológica en cada momento del desarrollo del proceso revolucionario,
  • Ha dinamizado el proceso de la educación integral de los niños, adolescentes y jóvenes en la escuela cubana, a partir de la formación de los valores, en la ideología de la Revolución Cubana y
  • Se sustentan en los aportes teóricos y de la praxis revolucionaria de Nuestro Comandante en Jefe, lo cuales se integran en un cuerpo conceptual sociopolítico, ético y cultural que tiene como centro la defensa de la Revolución Cubana.


[1] Sánchez Y. (2010). Sistema de educación político-ideológica, para la escuela secundaria básica experimental “José Martí”. (tesis de doctorado). Instituto Central de Ciencias Pedagógicas.

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