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El repugnante oficio de odiar no tiene límites

En medio de tanto esfuerzo y entrega de miles de cubanos, así como el apoyo de millones por el trágico incendio ocurrido en la Zona Industrial de Matanzas, concretamente en la base receptora del preciado combustible donde se descargan por los buques-tanques en el puerto, los odiadores, enemigos jurados de la Revolución cubana, tal y como nos tienen acostumbrados, mienten deliberadamente, sin importarle el dolor de un pueblo entero.

El hecho se produce producto al efecto directo de una descarga eléctrica (rayo) al final de la tarde, en medio de una intensa tormenta eléctrica. Y ese es el primer objetivo: desinformar y confundir acerca de lo que la mayoría de los matanceros vivieron en carne propia, porque en medio de la tormenta eléctrica que azotaba la ciudad, en particular a la bahía, se escuchó el fuerte estruendo de la explosión.

No hacen falta siquiera las imágenes satelitales, por cierto, de medios estadounidenses, porque hay cientos de testimonios de ciudadanos comunes que, desde lejos unos, otros, residentes en el área aledaña a la base, dan fe de lo ocurrido.

El segundo objetivo del ataque mediático es la supuesta baja calidad del sistema de pararrayos. Acto seguido, el tercer macabro fin: acusar al gobierno cubano de «haberse robado los fondos de inversiones», destinados para estos fines.

Esta claro que hacen el ridículo, porque los traiciona el afán de mentir y difamar sobre hechos comunes en el mundo capitalista contemporáneo, e incluso en Cuba antes del primero de enero de 1959, cuando los gobiernos de turno se hacían millonarios a costa de los impuestos personales al ciudadano común.

La inversión de esa base receptora de combustible, el puerto de descarga y todo el sistema de trasiego del mismo, incluyendo el oleoducto y la refinería de petróleo de Cienfuegos, es resultado de un proyecto de inversión millonario, ejecutado bajo el rigor de los estándares internacionales, con asesoría de varios países y el control permanente de la máxima dirección del país. Su modernización se incluye como parte de un proyecto del ALBA, liderado por la hermana Venezuela.

Una simple observación de esa área permite constatar el amplio campo de pararrayos que posee la instalación, debidamente anclados en tierra y que son comprobados sistemáticamente por empresas especializadas en estas labores y por el Cuerpo de Bomberos de Cuba.

No tengo lugar a dudas de que por muchas limitaciones que tengamos, la vida de un solo ser humano es lo más importante. Por eso as medidas preventivas han sido y serán de primer orden y nada ni nadie puede violarlarlas.

Por otra parte, invito a los sabelotodos odiadores a que busquen. En el mundo entero no existe un sistema de pararrayos que sea 100% efectivo. Si sacan una sencilla operación aritmética se percatarán de que este sistema, modernizado varias veces, ha sido efectivo durante más de 30 años.

Me disculpan los lectores porque en medio de tanto dolor y entrega de un pueblo solidario de corazón me vea obligado a escribir estas líneas amargas, pero no podemos permitir más que los odiadores continúen destilando veneno por doquier y ganando millones con su triste oficio.

No lo duden, más temprano que tarde, el amor vencerá al odio.

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