El SMA en Cuba, un deber con la Patria

Hace algunos meses que nuestros enemigos, intentan posicionar una matriz de opinión sobre la supuesta ilegalidad del carácter obligatorio del Servicio Militar Activo en Cuba.
Recientemente, a raíz de las intensas jornadas de enfrentamiento al incendio de grandes proporciones, ocurrido en la tarde noche del 5 de agosto último, sobre uno de los tanques de combustibles, en la Base de Supertanqueros de Matanzas, se desató una fuerte campaña mediática, en irrespetuosa ofensa al dolor del pueblo cubano en general y en especial a los familiares de los lesionados, fallecidos y desaparecidos.
Los odiadores demuestran sus verdaderas intenciones, presentándose a decenas de kilómetros de distancia de los hechos, desde sus hogares, como defensores de la «justicia» y los «derechos humanos».
Cuanta ironía e hipocresía, porque mientras promueven comentarios y mensajes «humanitarios», por otro lado, muestran su verdadero rostro, convocando a incendiar centros comerciales y otras instituciones estatales. Convidan a matar y asesinar a personas inocentes, crear desórdenes e irrespetar a las autoridades.
La propia agresividad del Imperialismo ha impuesto la necesidad del servicio militar obligatorio en decenas de países del mundo, en la mayoría de ellos para conformar ejércitos de rapiña que siembran la muerte y el terror en todos los rincones del planeta.
La gran diferencia es que, en Cuba, el carácter obligatorio del Servicio Militar Activo, para los nacidos en esta isla de sexo masculino, es un deber supremo de todo cubano, en función de defender a la Patria de un enemigo poderoso, muy peligroso y agresivo que, por más de 60 años, ha intentado, de todas las formas posibles, destruir la Revolución Cubana. Lo anterior está amparado en la Constitución de la República de Cuba, aprobada en 2019 en referendo popular, por la inmensa mayoría del pueblo cubano.
En el caso específico de los bomberos, todos hemos sido testigos, a través de varios testimonios de participantes directos en estos y otros hechos, del celo con que los jefes, a los diferentes niveles, tienen con las fuerzas que participan en este tipo de incendio.
Las historias de vida, muchas todavía por contar, demuestran el valor, arrojo y entrega de todos, en función de cumplir las misiones asignadas. Bomberos y rescatistas de nueve provincias cubanas participaron dignamente en la extinción de un incendio de una magnitud impredecible, tratar de menoscabar el heroísmo de estos jóvenes es mezquino. Aprovechar el dolor de los familiares, en particular las madres, es bajo y ruin. Dejo a ustedes las conclusiones.