WhatsApp, Meta, la CIA te observa… libérate!
Para 2017 Wikileaks revelaba mediante la filtración de miles de documentos, como las agencias de seguridad de los EE.UU y en especial la CIA, empleaban WhatsApp para la obtención de información, mediante el empleo de virus o de las llamadas “puertas traseras”.
La red social comprada por Meta de Mark Zuckerberg en 2014, que cuenta con más de dos mil millones de usuarios en todo el mundo, fue criticada en 2021 por el mismísimo Elon Musk cuando propuso la emigración de WhatsApp teniendo en cuenta cambios en la política de privacidad, obligando a los usuarios a “permitir voluntariamente” al propietario de Facebook Inc. recoger sus datos.
¿Qué datos recoge WhatsApp de sus usuarios? Al hacer uso de esta plataforma de mensajería instantánea, estás concediendo el permiso a que conozcan:
Número de teléfono.
ID de usuario.
Contactos.
Nombre de tu cuenta.
Datos de publicidad.
Historial de compras.
Ubicación aproximada.
Correo electrónico.
Interacción del producto.
Informes de fallos.
Informes de rendimiento.
Información de pagos.
Atención al cliente.
Otro contenido de usuario.
Además, la compañía de seguridad informática Kaskersky Lab ha aseverado la existencia de varias vulnerabilidades que permiten escuchar a escondidas de los usuarios, leer sus conversaciones cifradas, activar el micrófono, la cámara e instalar un programa spyware que facilitan llevar a cabo una mayor vigilancia, como acceder a las fotos y videos tanto del propio WhatsApp como del almacenamiento interno, tan solo con una llamada.
Sobre este tema, gobiernos incluidos de Europa, reclamaron contra las nuevas políticas, a lo que la empresa llamó “la gran confusión” alegando una “mala interpretación de la política de privacidad”. No obstante, por ejemplo Alemania un país con 60 millones de usuarios prohibió la aplicación de dicha política y elevó reclamos al Consejo Europeo de Protección de Datos para conseguir una decisión jurídicamente vinculante a nivel europeo; además de acusar a la plataforma de participar en la “manipulación de los votantes en las elecciones”.
Ese propio año la empresa fue señalada por Edward Snowden tras un fallo masivo. El ex consultor tecnológico de la Agencia de Seguridad Nacional de los EE.UU, quien había denunciado antes la existencia de un programa de espionaje global, afirmó que con la caída de los servicios de Meta, incluyendo WhatsApp, “el mundo se convierte en un lugar más saludable” destacando la presencia de un monopolio imperialista de la información.
“WhatsApp, propiedad de Facebook, está caído. Es un recordatorio de que tú y tus amigos probablemente deberían usar una alternativa”, señaló Snowden advirtiendo acerca de mecanismos de individualización y fragmentación social, mediante la deformación de la realidad adaptada a lo que una persona cree que es, creando por tanto una “nueva realidad” a través de las redes sociales.
Durante las dos últimas elecciones presidenciales brasileñas han sido los grupos de mensajería el vehículo principal para la difusión de noticias falsas, muchos de ellos mediante WhatsApp. Aplicación que según France 24, era usada por seis de cada diez brasileños y el Congreso brasileño había calculado que el 79 % de los ciudadanos se “informaba” a través de la misma. Los contenidos eran en su mayoría amenazantes incitando al odio y la conspiranoia contra la candidatura de Lula da Silva.
Tras la victoria de Jair Bolsonaro, WhatsApp admitió que algunas firmas habían violado sus términos de servicio y usaban números falsos para enviar mensajes masivos de contenido político. Una investigación de la Policía Federal iniciada en 2020 determinó la existencia de una «oficina del odio», dirigida por los hijos de Bolsonaro para difundir mentiras y atacar los medios de comunicación tradicionales y a periodistas en general, a los que siempre presentaron como “el enemigo que debía ser derrotado”.
Más recientemente, la Autoridad Nacional de Protección de Datos de Brasil ordenó a Meta y en especial a WhatsApp, suspender el uso de datos de sus usuarios para entrenar sus sistemas de inteligencia artificial. Estableciendo una multa diaria por el incumplimiento de esta orden.
Igualmente fue denunciado por medios internacionales el empleo del sistema “Lavender” por Israel para mediante inteligencia artificial identificar presuntos “terroristas” en la Franja de Gaza, a los que están dirigiendo sus indiscriminados ataques aéreos, mediante el seguimiento de los contactos en WhatsApp y la permanencia de usuarios en grupos donde se encuentran otros “sospechosos”.
Aunque la empresa niega “tener información” sobre el asunto, cierto es que existe venta de información a Israel desde Meta y estas acusaciones los convierte en cómplices de un genocidio que ha cobrado la vida de casi 40.000 palestinos.
Relacionado con el asesinato del líder de la organización palestina Hamás, Ismail Haniya, en Irán, un medio libanés, también denunció que “la inteligencia israelí instaló el software espía en el teléfono de Haniya a través de un mensaje de WhatsApp”. Argumentando que el software espía permitió detectar la ubicación exacta de la casa donde se encontraba el líder de Hamás, tras lo cual fue alcanzada por un misil lanzado desde un dron.
“¡Dile no a WhatsApp!”, fue el llamado del presidente venezolano Nicolás Maduro Moros tras los actos golpistas posteriores a la elección del 28 de julio, mientras aseguraba que esta plataforma desde teléfonos de Miami, Colombia, Chile y Perú se empleó para amenazar a Venezuela, para incitar a la violencia en el país y crear una guerra civil.
Siendo el servicio digital más utilizado en ese país, según Social Gest, con un 92% de penetración, se empleó para difundir amenazas contra ciudadanos venezolanos, infundiendo el terror, “la plataforma le entregó la lista de toda Venezuela al narcotráfico colombiano y al imperialismo tecnológico para que atacara y volviera loca a la familia venezolana” aseveró el mandatario en una de sus alocuciones.
Sobre Venezuela, desde esta red social se registran ataques previos principalmente para fomentar la inseguridad ciudadana. Entre los años 2015 y 2020 se crearon varias cadenas de rumores y viralizaron contenidos falsos con el objetivo de crear caos, muchos relacionados con supuestos raptos de niños.
Según publicación del medio independiente venezolano “Misión Verdad”, los elementos que facilitan la efectividad de WhatsApp son los siguientes:
El sesgo de confirmación: la poca capacidad del receptor para interpretar críticamente información que respalde o confirme sus creencias y prejuicios. Lo relevante en tiempos de tensión política hace menos importante la evidencia y más importante el hecho de que se ajuste a las creencias preconcebidas.
Anclaje en lo verdadero y al vacío: las noticias falsas se aprovechan de elementos verdaderos para validar el resto del relato, lo que conecta las creencias y valores de quienes leen la noticia con aspectos no confirmados del mensaje.
Fiabilidad: quien recibe el contenido en WhatsApp lo hace desde personas en las que tiende a confiar más, como los grupos familiares o vecinales.
La gloria reflejada: un concepto de la psicología social según el cual las personas tienden a asociarse con personas exitosas para sentirse exitosas. Así, al transmitir un mensaje con información exclusiva, el emisor se sentiría victorioso y bien conectado.
Las campañas de odio y desinformación tienen a su favor, además, el hecho de que enfocan el debate político en redes hacia hechos escandalosos, y lo divorcian de las ideas y conceptos. El miedo, entre otros instintos básicos, fuerza al público a discutir sobre la inmediatez mientras se diluye la capacidad de una comprensión del contexto más general. Es ahí donde esta aplicación sustenta su uso como herramienta de la guerra de la información.
Como señalara Fidel en el Aula Magna de la Universidad de la Habana en 2005 “Cuando surgieron los medios masivos se apoderaron de las mentes, y gobernabaron no solo a base de mentiras sino de reflejos condicionados. No es lo mismo una mentira que un reflejo condicionado. La mentira afecta el conocimiento; el reflejo condicionado afecta la capacidad de pensar. Y no es lo mismo estar desinformado que haber perdido la capacidad de pensar”
Las redes sociales, incluyendo WhatsApp, nunca han estado destinadas a prestar un servicio a la sociedad, ni son gratis, somos nosotros el producto a atrapar y vender, nuestra información y la capacidad de manipular nuestras acciones.
Hay vida más allá de WhatsApp…libérate!