Vindicación de Cuba y el anexionismo en el 2025
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Es probable que ningún cubano que tenga en alto su decoro desee ver su país unido a otro donde los que guían la opinión comparten respecto a él las preocupaciones solo excusables a la política fanfarrona o la desordenada ignorancia
Pareciera un absurdo tener que referirse al tema del anexionismo en Cuba en pleno 2025. En 1889, cuando José Martí escribió Vindicación de Cuba, en carta de desagravio al diario The Manufacturer, de la ciudad de Filadelfia, por ofensas contra los cubanos, lo primero que dice, del primer tema que habla, es del fenómeno del anexionismo.
Dice Martí: …. “No es este el momento de discutir el asunto de la anexión de Cuba: Es probable que ningún cubano que tenga en alto su decoro desee ver su país unido a otro donde los que guían la opinión comparten respecto a él las preocupaciones solo excusables a la política fanfarrona o la desordenada ignorancia”.
Es cierto, no es noticia para nadie que en la vocería y pandilla de influencers de origen cubano, que medran en las redes sociales digitales, desde el espacio físico de la Florida y Madrid, predominan fanfarrones de desordenada ignorancia, como diría el Apóstol.
Pero el caso es que en vísperas de la toma de posesión del presidente Trump, proliferaron cualquier cantidad de ideas descabelladas, en ese denominado clúster contrarrevolucionario, sobre qué hacer con Cuba. Y, lógico, no podía faltar quien exigiera una salida anexionista, si, como Ud. lo lee.
Anexionismo a la cubana.
Es menester ahorrarse el nombre del personaje, al fin y al cabo ni se sabe bien cuál es, es solo un perfil en Facebook. Y lo relevante es que el anexionista, llamémosle así, acaba de dar una inesperada oportunidad a los revolucionarios cubanos en esta dispar confrontación ideológica.
Aquellos que hablan de bienestar para los cubanos, que depende de una prometida democracia al mejor estilo liberal, con multipartidismo y demás hierbas, así como amplia privatización de todo, hasta de nuestras mentes, se han cuidado de venderse como adalides de la soberanía nacional, misma reivindicación que la defendida por la Revolución cubana desde al menos el 10 de octubre de 1868, solo que esta si es genuina, autentica.
Sin socialismo no hay soberanía ni independencia, que nadie olvide esta verdad, el anexionista lo acaba de recordar y a confesión de parte, ya se sabe.
El fanfarrón de desordenada ignorancia promete que con la anexión, los cubanos lograrían estabilidad política e institucional, quizás incluye algún que otro asalto al Capitolio, o el robo de elecciones, según aseguró en momento, el ahora titular del gobierno en Washington; quizás también un colegio de electores de cuatro gatos, que usurpan con aprobación constitucional, la voluntad de millones de votos.
Ni hablemos de las más de mil personas que mueren como promedio cada año en Estados Unidos, por los “excesos” de la policía estadounidense, según la británica BBC. Destaca este medio que en el 2018, hubo 85 mil personas heridas por el “celo” conque las autoridades policiales cumplen con su deber, mereciendo esa violencia policial el calificativo de problema de salud pública, según la Asociación Estadounidense de Salud Pública (APHA). La policía batistiana, palidecería de envidia con semejante record.
Y a propósito de la salud, el anexionista promete altos estándares en materia de sanidad pública; cómo sería, ¿cómo en el norte? Allí es conocido el carácter mercantil de estos servicios, al extremo que la actual epidemia de fentanilo tiene un sórdido origen en la manipulación de diagnósticos y planes de curación.
Otra proyección incumplible tiene que ver con la educación. Estados Unidos, territorio donde en un año hubo más de 900 tiroteos en las escuelas, que no se sabe que podría pasar con tu hijo cuando salió en la mañana a estudiar idiomas, o física, o química, o matemáticas. ¿Es acaso paradigmático? Ni loco.
En materia de derechos civiles, no podía faltar el tema de la libertad de expresión. El anexionista intenta vender humo cósmico sobre lo que la eventual metrópoli de Cuba garantizará al respecto. Obvia que la concentración de los medios de comunicación en Estados Unidos no tiene parangón en la historia, y constituye un enorme obstáculo para la susodicha libertad. Cada día la realidad estadounidense aporta nuevas muestras de su violación masiva, en especial cuando se cuestiona la esencia del sistema; para muestra, veamos cómo quedó la última conferencia de prensa del ex canciller norteamericano Blinken, con dos periodistas levantados en peso (es literal) al preguntar por el crimen en Gaza. ¿Así sería en la Cuba anexada?
Otra parte delirante de la propuesta anexionista, es cuando promete prosperidad económica. Y qué razón hay entonces, para que existan aproximadamente 37.9 millones de personas que viven en la pobreza en Estados Unidos, según la Oficina del Censo de ese país. ¿A son de qué esto sería diferente en Cuba? el sistema, al fin y al cabo esta imposibilitado de resolver esto. Ni hablemos de la desigualdad en un país donde 10 tipos concentran 1,2 billones de USD, mientras la clase media va en indetenible declive.
También dice el personaje de marras, que Estados Unidos asumiría la deuda externa cubana. Con esto si se fue del aire el anexionista. Es que el país del norte es el más grande deudor del mundo, estimada en 32.9 billones de dólares, y para peor, admite que no la puede pagar.
El anexionista divaga en otras estimaciones, incluido el complejo tema migratorio. A propósito y viendo como este asunto funciona en Puerto Rico, se conoce que no menos del 65% de la población total de esa isla vive en el exterior. Si ya son parte de Estados Unidos, ¿por qué se fueron? Bueno, aquí viene al caso recordar aquel gesto imperial de Trump, cuando visitó dicha región tras un catastrófico huracán, ocasión en que no tuvo mejor idea que lanzar royos de papel higiénico, patético episodio que muestra como Washington trata a su colonia caribeña.
¿Expansión imperial en el 2025?
La perorata del anexionista divaga en otros asuntos pero como ya aburre, viene al caso poner en perspectiva que tan posible puede ser la concreción de estas ideas.
Un enjundioso artículo aparecido recientemente en Sputnik, recuerda la historia de las ansias expansionistas a costa de la Isla de Cuba, de parte del sistema capitalista desde su conformación en Estados Unidos.
Ahora, círculos cercanos a Trump publicaron un mapa donde además de Groenlandia, Canadá y Panamá, aparece la mayor de las Antillas, República Dominicana, Nicaragua y parte del territorio de México.
Por su parte el medio digital The Hill, afirma que supuestamente en una reunión de Mike Hammer, jefe de la Embajada estadounidense en La Habana, con el jefe del Comando Sur, se abordó el asunto como una probabilidad. Qué tan cierto es lo que se dice en The Hill, veremos.
Con razón el Primer secretario del PCC, compañero Díaz Canel, evocaba la carta de Martí al diario The Manufacturer; la conocida prepotencia imperial es parte del ADN de los mandamás estadounidense, que con Trump en segundas nupcias, probable se multiplique a la N potencia. Es por tanto urgente retomar lo que dejó como advertencia/legado el Apóstol en la mencionada nota: Ningún cubano honrado se humillará hasta verse recibido como un apestado moral, por el mero valor de su tierra, en un pueblo que niega su capacidad, insulta su virtud y desprecia su carácter.
El fanfarrón de desordenada ignorancia, el anexionista de esta crónica, está advertido.