La educación político-ideológica en la escuela cubana, desde el pensamiento político de Fidel Castro (Parte 1)

En La historia me absolverá, se advierte en su ideología política el reconocimiento de la importancia de los ideales, al plantear: […]cuando los hombres llevan en la mente un mismo ideal, nada puede incomunicarlos, ni las paredes de una cárcel, ni la tierra de los cementerios, porque un mismo recuerdo, una misma alma, una misma idea, una misma conciencia y dignidad los alienta a todos.

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La labor ideológica, desarrollada por Fidel en este contexto, se sustentó en un ideal de sociedad socialista, de ahí que entre sus proyecciones estuviera elevar al pueblo a la condición de sujeto de la política y contribuir así a su dignificación social y humana, es por ello que el primer gran movimiento masivo de naturaleza político-ideológica que desata, fue la Campaña de Alfabetización, de este modo Cuba abrió un camino propio de plasmación del ideal socialista como proyecto de lucha y construcción social unido al proyecto educativo.

En abril de 1961, en el entierro de las víctimas del bombardeo mercenario, realizado en víspera de la derrota mercenaria por Playa Girón, Fidel dio a la Revolución un contenido ideológico, al proclamar el socialismo. En este contexto, definió al revolucionario como un hombre de conducta limpia, sacrificado, entregado a la obra de la Revolución, por ello, unido al objetivo de desarrollar una conciencia revolucionaria, destacó la importancia de la educación política ideológica del pueblo.

En 1975 se efectúa el Primer Congreso del Partido, donde se declaran los objetivos de la labor político-ideológica que debía desarrollarse en la escuela, donde la lucha ideológica ocupó un lugar primordial, siendo la educación el arma fundamental en esta lucha y se precisa que la conciencia comunista hay que forjarla día a día en la experiencia viva de la lucha de clases y en la educa­ción política.

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Entre 1970-1979, se forman los destacamentos pedagógicos “Manuel Ascunce Domenech” y el “Che Guevara” y se exigió que la preparación político-ideológica era esencia de la formación del maestro, donde se puntualiza en el dominio del marxismo-leninismo y como base político-ideológica y metodológica de las ciencias pedagógicas además del deber social de los educadores y su papel decisivo en la formación comunista de la personalidad.

Fidel Castro en 1974, realiza un profundo análisis del deber social de los educadores y de las importantes tareas del Sistema Nacional de Educación; y les orienta:

“…preparar a las nuevas generaciones, prestarles a la juventud y a los pioneros una atención cada vez mayor, transmitirles una conciencia pura y sólida, un sentido profundo del deber con la patria y con la humanidad”. ¡Y la conciencia siempre perenne de los sacrificios que costó conquistar el presente!”[1]

Esta responsabilidad es ratificada en 1980 cuando se desarrolla el Segundo Congreso del PCC, de la manera siguiente:

“La escuela ha de fortalecer cada vez más su papel como centro formador de niños y jóvenes, con la activa participación de las organizaciones políticas y de masas. Para el logro de este propósito, se continuará trabajando en el perfeccionamiento del sistema nacional de educación y se elevará la calidad del trabajo político -ideológico y educativo que se realiza por todos los factores que concurren en la educación, con el objetivo de lograr la adecuada formación multilateral y armónica de la personalidad comunista de las nuevas generaciones”.

Sus reflexiones sobre el ideal de hombre a formar se encaminan al desarrollo de una personalidad integral, cuya educación encierra un elevado contenido axiológico, de carácter humanista.

En esta etapa de desarrollo de la revolución cubana, una de las más importantes misiones que se les asignaron a los docentes, fue la de ser los principales activistas de la política del Partido Comunista, ser ejemplo, como factor decisivo para lograr efectividad en la educación político-ideológica. Por eso Fidel en 1981, durante el acto de graduación del Destacamento Pedagógico Universitario “Manuel Ascunce Domenech”, reiteró la importancia del papel del maestro como educador y la necesidad de educar con el ejemplo, como premisa del trabajo educativo e ideopolítico.

Valoró que la integridad revolucionaria del profesor, es una necesidad de la educación comunista de las nuevas generaciones, al respecto expresó:

“Debe ser, por tanto, un ejemplo de revolucionario, comenzando por el requisito de ser un buen profesor, un trabajador disciplinado, un profesional con espíritu de superación, un luchador incansable contra todo lo mal hecho y un abanderado de la exigencia. (…) El educador no debe sentirse nunca satisfecho con sus conocimientos. Debe ser un autodidacta que perfeccione permanentemente su método de estudio, de indagación, de investigación. Tiene que ser un entusiasta y dedicado trabajador de la cultura”.

En los Seminarios Nacionales se resalta la necesidad del ejemplo del maestro como método para desarrollar la lucha ideológica, de la importancia de la educación política y la formación ideológica de los alumnos. Se declara la necesidad de trabajar como un sistema, la Educación Político-Ideológica.

Fidel hablaba del sentido de la educación política-ideológica, de la significación de las ideas, para garantizar un mundo mejor si se trabaja con fervor y dignidad


[1] Aldama del Pino, M.A y Casañas Díaz, M (2016). La filosofía de la educación en el pensamiento educativo del Dr. Fidel Castro (1945-1981). La Habana, Cuba: Editorial Universitaria.