En épocas diferentes, pero unidos por las mismas maneras de su pensamiento, José Julián Martí Pérez y Fidel Castro Ruz dedicaron mucho tiempo a la búsqueda de solución para los problemas de los pobres de la tierra.
El primero en su peregrinaje por el extranjero pudo apreciar el peligro que representaba para el orbe, y en especial para América, el imperio brutal de los EE.UU. En su obra titulada Nuestra América hace un llamado a la unidad de los pueblos para defender y salvar nuestra identidad e independencia.
El segundo, Fidel Castro Ruz, en el año del centenario del Apóstol decide poner fin a las afrentas y oprobios que sufría el pueblo de Cuba. Con un grupo de jóvenes asalta en el año 1953 a los cuarteles Moncada, en Santiago de Cuba, y Carlos Manuel de Céspedes, en Bayamo. Se trataba de dos fortalezas importantes de la tiranía de Fulgencio Batista, presidente entreguista y cruel de esa época en Cuba. El Comandante en Jefe declara en su alegato que el autor intelectual de esas acciones fue José Martí. Así consta en la Historia. Eso demuestra la unidad en pensar de estos grandes hombres y el antimperialismo que los caracterizó siempre.
La obra de ambos constituye una fuente obligada de estudio para cumplir y fortalecer el llamado a la unidad en función de la defensa y soberanía de nuestra independencia. En esta fuente de ideas claras y precisas debemos beber para hacer realidad la idea expresada por nuestro paradigma Fidel: «Un mundo mejor es posible».
