Otra patraña falsa contra Cuba

Aunque algunos piensan que contra Cuba ya no hay nada más que inventar, la vida demuestra lo contrario y ahora el Nuevo Herald publica como noticia espectacular que Nina Wang, jueza federal de Colorado, dictaminó el 1 de septiembre 2023, “El gobierno cubano debe pagar una indemnización de 2,595 millones de dólares por daños y perjuicios, a los hijos de Gustavo Villoldo Argilagos”, quien hasta 1959 fuera propietario de una concesionaria de General Motors en la Isla, aunque se afirma que el litigio todavía sigue en curso.

De acuerdo con lo expuesto por el diario miamense, la demanda interpuesta por sus hijos residentes en Miami, la Ciudad del Odio, su padre se suicidó en La Habana en febrero de 1959, presuntamente por haber sido “acosado” por el comandante Ernesto “Che” Guevara de la Serna y miembros del Ministerio del Interior, que lo obligaron suicidarse, declaración infame, carente de pruebas legales e irrisoria para que cualquier letrado la rechace.

La Seguridad del Estado se creó en marzo de 1959 y el Ministerio del Interior en junio de 1961, después del suicidio de Gustavo Villoldo Argilagos, el 16 de febrero de 1959.

Ninguno de los verdaderos millonarios cubanos de ese entonces, entre los que no figuraba Villoldo Argilagos, ha dicho que fueron acosados y obligados a suicidarse, como aseguran estos hijos.

Millonarios y dueños de centrales azucareros como Julio Lobo, propietario de 16 centrales, 22 almacenes de azúcar, una agencia de radiocomunicaciones, un banco, una naviera, una aerolínea, una aseguradora y una petrolera; o Nicolás Castaño Montalván, propietario de dos centrales azucareros, una ganadera, una torrefactora de café, un banco, un molino arrocero, una porteadora y una destilería, nunca declaró tal disparate.

Tampoco han acusado a Cuba los familiares de Enrique Godoy Sayán, el más importante empresario en el sector de los seguros en Cuba, dueño de 6 firmas de seguros, además de representar dos estadounidenses, dos británicas y una canadiense como apoderado, y administrar el Consorcio Latinoamericano, integrado por 15 aseguradoras en 11 países de la región, ser propietario de un banco comercial y uno de capitalización.

Nunca los familiares del afamado empresario Goar Mestre Espinosa, han dicho algo semejante, quien fuera propietario de 3 radioemisoras, 2 televisoras, entre ellas el Circuito CMQ, la más importante del país que controlaba los canales 6 y 7 de la televisión y las radioemisoras CMQ, Radio Reloj, Radio Universal, la CMBF Onda Musical, una publicitaria, una productora e importadora de alimentos, una empresa procesadora de jugos, una fábrica de kenaf, la agencia automotriz Vaillant Motors, la agencia de autos Buick, Vauxhall, General Motors y Bedford, una de comercio electrodomésticos, 2 cines, el Radio Centro y el Arenal, 2 farmacias y propietario del edificio FOCSA.

¿Qué importancia económica o política tendría Villoldo Argilagos, ante estos verdaderos magnates de la economía cubana, para que Guevara de la Serna, con importantes responsabilidades en esos días, perdiera su tiempo para visitarlo y decirle que “mataría a su familia si no renunciaba a sus exiguas propiedades y se suicidaba”? ¿Traición a quién?

Importancia económica ninguna, porque el mayor capital que tenía Gustavo Villoldo Argilagos, era ser presidente de la compañía Villoldo Motors, distribuidora de la marca de autos Pontiac y piezas de repuesto, ubicada en la calle Calzada y 12 en el Vedado habanero.

La clave de esta patraña radica en que su primogénito y litigante principal, Gustavo Villoldo Sampera, nacido el 21 de enero de 1936 en La Habana, fue agente de la CIA durante años y miembro del grupo operativo integrado por el terrorista Félix Rodríguez, quien trabajó en Bolivia contra la guerrilla encabezada por Che Guevara.

Junto a Félix Rodríguez y José García Pinos, arribó a la Paz el 1ro de agosto de 1967, para cumplir la misión encomendada por la agencia de inteligencia yanqui de capturar al Che y aparece en una foto publicada en octubre, junto al cadáver de Ernesto Guevara, después de ser asesinado en la Higuera.

Se conoce que ese equipo torturó a campesinos y desertores de la guerrilla, para obtener información de su ubicación y detalles de la misma.

En Cuba antes de 1959, Villoldo Sampera se vinculaba con connotados esbirros de la tiranía batistiana. A su llegada a Miami en 1960, fue reclutado por la Agencia Central de Inteligencia y enviado a cursos de entrenamiento en Fort Benning, Georgia y posteriormente se incorpora a la Unidad Operativa como agente principal del Frente de Inteligencia.

Posterior a la invasión mercenaria por Bahía de Cochinos, se integra al denominado Plan Torriente, donde fungió como jefe de Comandos del citado engendro terrorista.

Se conoce por documentos desclasificados que, en 1977 era controlado por el FBI por sus vínculos con la organización terrorista Coordinadora de Organizaciones Revolucionarias Unidas (CORU), dirigida por el asesino Orlando Bosch.

En Miami sus allegados lo catalogan de ser sumamente ambicioso, amante del dinero, bebedor consuetudinario, manipulador, mentiroso tramposo en los negocios y hasta timó a su hermano. Estuvo relacionado al lavado de dinero cuando en agosto de 1977, adquirió el National Bank of South Florida en Hialeah, junto a Juan Evelio Pou y Gustavo Cachaldora. Un año después confesó que le iba mal el negocio del banco, y tuvo que vender un bar de su propiedad.

Datos del FBI lo involucran a operaciones de narcotráfico en septiembre de 1978.

Su hoja de servicios con la CIA es amplia e incluso en 1983, cuando se produjo la invasión a Granada, fue movilizado para integrar un grupo que esperaban las condiciones propicias para ser trasladados a la Base Naval en Guantánamo. A inicios de 1984, comandantes de las Fuerzas de Tarea Antiguerrillera hondureñas, solicitaron la asesoría de Gustavo Villoldo, para resolver las diferencias existentes entre los grupos de la contra nicaragüense que operaban desde ese país.

A pesar de haber declarado al Nuevo Herald en marzo de 2007, que sus esfuerzos no estaban dirigidos a hacer dinero, tres meses después ese mismo medio de prensa anunció que Villoldo había iniciado negociaciones con la importante empresa de subastas Heritage Auctions of Dallas, para organizar una venta internacional de los cabellos supuestamente pertenecientes al CHE, que dice le cortó antes de ser enterrado.

¿Será que la CIA quiere recompensar a este terrorista por su trabajo, a costa de los activos cubanos congelados por las Regulaciones al Control de los Activos Cubanos, aprobada en 1963?

Hace algunos años, en una confesión al semanario Miami New Times, Gustavo confirmó públicamente que la Agencia le ordenó el ataque terrorista al pueblo pesquero de Boca de Samá, el 12 de octubre de 1971, cercano a playa Guardalavaca, provincia de Holguín, como pertenecía a la organización Alpha 66.

Aquella acción criminal dejó un saldo de dos muertos y cuatro heridos graves, entre los cuales se encontraba la adolescente Nancy Pavón, a quién hubo que amputarle un pie.

Cuba, desde 1959, es víctima de acciones terroristas ejecutadas por la CIA y también pudiera decidir compensar a los familiares de los más de tres mil muertos y de 2000 heridos y mutilados, con parte de los bienes nacionalizados y confiscados a empresarios estadounidenses y cubanos radicados en Estados Unidos, tal como han hechos durante más de medio siglo con los activos cubanos en aquel país.

Ante seres despreciables como este, afirmó José Martí:

“Los hombres van en dos bandos: los que aman y fundan, y los que odian y deshacen”.