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Maravillas sirias

El crac de los caballeros

Más allá de la secuencia de imágenes de destrucción provocadas por la guerra que sufre desde el 2011, Siria es una nación que encierra maravillas arquitectónicas que, a pesar de haber sufrido el daño del conflicto armado, aun hoy son testigos de la historia de una nación que intenta proteger sus tesoros de la furia y el odio del invasor extranjero.

Así encontramos el Crac de los Caballeros o Crac de Chevaliers, en árabe Ḥoṣn al-Akrād, un castillo de la época de las cruzadas, ubicado en la provincia de Homs, cuya construcción comenzó en el año 1031 bajo la orden del emir de Alepo, y que luego se convirtió, a partir del siglo XII  con los caballeros de la Orden de Malta, en mudo testigo de las disputas entre templarios y árabes.

Sus murallas se alzan imponentes y majestuosas dominando una colina que sobresale más de 600 metros de altura sobre el desierto y constituye con su doble recinto amurallado el prototipo de la arquitectura militar de los siglos XII y XIII.

Este emplazamiento fue una de los baluartes más imponentes de la época durante más de un siglo, considerado como el más perfecto y eficaz ejemplo de fortificación medieval, así como el más sólido bastión defensivo de Tierra Santa, que resistió al menos 12 asaltos por parte de los musulmanes.

Luego de las Cruzadas y la posterior represión contra los musulmanes y judíos, el Crac fue cedido a los Caballeros Hospitalarios, quienes en el año 1142 tomaron posesión de esta antigua fortaleza ubicada en la carretera de Damasco hacia el mar Mediterráneo, así como de otros castillos de menor importancia.

Según la Unesco, el edificio es un ejemplo excelente de las fortificaciones que se erigieron durante las Cruzadas, tanto por la calidad de su construcción como por el buen estado en el que se encontraba.

El bastión de los cruzados demostró la valía de sus defensores y el ingenio de sus constructores durante numerosos asedios, y finalmente, fue el sultán mameluco de Egipto y Siria quien consiguió tomar el Crac de los Caballeros, el 8 de abril de 1271.

A partir de este momento, la fortaleza de los Caballeros Hospitalarios ha estado en manos de los musulmanes durante siglos, permaneciendo en un excelente estado de conservación hasta el verano del 2013, cuando se convirtió en escenario de los encarnizados combates entre las tropas del régimen de Bashar al Assad y los rebeldes respaldados por Estados Unidos.

El Crac de los Caballeros fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 2006, integrando un modelo de perfección defensiva, así como la mayor fortaleza de la historia erigida por los cruzados.

Biblos: una perla del Mediterráneo

Declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1984, Biblos o Yubayl, situada en la costa norte del Líbano, a unos 30 kilómetros de su capital Beirut, constituye para muchos historiadores la primera urbe fenicia, cuna de más de 7 mil años de historia que incluye entre sus pasajes más destacados ser el punto de origen del nombre del libro más sagrado de la religión cristiana: la Biblia, cuyo primer ejemplar fue escrito en papiro proveniente de dicha ciudad.

Reconocida también como el asentamiento habitado ininterrumpidamente más antiguo del mundo, Biblos fue una activa ciudad mercantil, mercado de papiro, madera de cedro y cobre del Cáucaso, convertida en el centro comercial del Mediterráneo oriental.

De ella aún se conservan restos de una muralla de la Edad de Bronce, aproximadamente del siglo IV antes de Cristo, así como numerosos vestigios de la época romana y medieval.

La moderna ciudad de Biblos deslumbra en verano por su vibrante vida nocturna, comparada con las mejores de la región, y se consolida hoy como importante centro turístico, histórico y cultural de la costa mediterránea libanesa.

La ciudad de los árboles de dátil

Las ruinas de Palmira se alzan majestuosas en medio del árido terreno desértico de la provincia siria de Homs, como símbolo de la grandeza de la civilización nabatea, sometida primero a la voluntad de los romanos, luego a la fiereza de los musulmanes y más tarde a la furia de la naturaleza, que la convirtió en cenizas tras el terremoto del año 1089.

Objeto de devoción de numerosos exploradores e investigadores, Palmira o Tadmir, ciudad de los árboles de dátil, es hoy el foco de una abundante actividad turística internacional, aun cuando la guerra contra el terrorismo iniciada desde el 2011 en esa nación árabe, amenaza cada uno de sus monumentos que todavía se conservan en pie.

Sin embargo, Palmira ofrece al visitante los vestigios del templo de Bel, construido en el año32 después de Cristo como tributo al dios venerado por los habitantes de la ciudad, una calle de extensas columnas, así como fragmentos del ágora y el teatro.

Declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1980, Palmira pasó a engrosar la lista de las maravillas en peligro de destrucción a causa del conflicto bélico, con el objetivo de alertar a la comunidad internacional acerca de los daños provocados por la guerra.

A pesar de ello, la ciudad es hoy un importante centro de interés histórico y cultural para quienes estudian la influencia romana en el Levante mediterráneo y  para aquellos que buscan captar la imagen de la grandeza de otros tiempos.

Otra maravilla siria: Nuestra Señora de Saydnaya

A unos 35 kilómetros al noroeste de la capital siria Damasco, se localiza la ciudad de Saydnaya, cuyo nombre en lengua siríaca significa “Nuestra Señora”, región que aún conserva el uso del antiguo lenguaje arameo y donde un Monasterio dedicado a la Virgen María o Nuestra Señora de Saydnaya, constituye lugar de peregrinación  para cristianos y musulmanes.

El Monasterio, obra del emperador bizantino Justiniano I en el año 547 antes de nuestra era, después de haber tenido dos visiones relacionadas con la Santa, fue dedicado a la fiesta de celebración del Nacimiento de la Virgen, marcado en el calendario cristiano cada 8 de septiembre.

En la actualidad, el templo todavía conserva uno de los cuatro íconos atribuidos al Apóstol Lucas y una figura de la Virgen que data del siglo XI, durante el período de las Cruzadas europeas por el Levante, figura de madera proveniente de Constantinopla, actual ciudad turca de Estambul, a la que se le atribuyen propiedades milagrosas.

Con marcados símbolos bizantinos en su construcción y decorado en su interior con una amplia iconografía ortodoxa, el Monasterio Nuestra Señora de Saydnaya acoge además múltiples festividades y tradiciones religiosas de peregrinos practicantes del Catolicismo y también de los fieles del Islam. 

Dicho enclave religioso es uno de los más antiguos de la región y el mundo y está administrado por una orden de monjas, quienes se ocupan de la iglesia y sus espacios sagrados, los cuales se han visto seriamente dañados debido al conflicto bélico que enfrenta la nación árabe desde el 2011 y que pone en peligro a esta y otras maravillas de la milenaria nación siria.

Mariley García Quintana

Periodista en CMHW La Reina Radial del Centro

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