Por Fonfy Alonso
La dinámica de los cambios en la geopolítica mundial se ha disparado, incluso en el terreno mediático, en los últimos días.
Los pasos dados por las potencias líderes de esos cambios: China, Rusia Y los EE.UU., más el resto de los países integrantes de los BRICS, de la Unión Euroasiatica y de la Unión Europea, son significativos y pueden traer un escenario diferente al actual con consecuencias para el resto del Mundo.
Hay mucho nerviosismo político en Europa Occidental por los últimos pasos dados por la mencionada trilogía de potencias: China, Rusia y EE.UU. Y la causa fundamental es la siguiente:
Junto con el rol creciente de China y Rusia en la Geopolítica Global la administración de D. Trump, recién comenzada en su segundo mandato, con una supuesta fachada de “realismo político estratégico», ha hecho una movida, impredecible para muchos, sobre todo para quienes no conocen de las diferencias y puntos de contacto de la «lógica del poder real del Capital, como esencia misma del sistema Capitalista.
Y esa lógica que hemos mencionado tiene el comportamiento político “ilógico» de esta nueva administración norteamericana sobre sus objetivos geopolíticos más inmediatos: detener la guerra en Europa, por «errores cometidos por los líderes de la UE y la administración Biden”, en el «tratamiento del conflicto en Ucrania» al amenazar a Rusia con la expansión de la OTAN hacia sus fronteras e incumplir los Acuerdos de Minsk de 2014.
Flota una interrogante en el éter global: ¿Qué objetivos reales, los explícitos y los velados, busca D. Trump con su acercamiento a Rusia y China? Sobre todo, después de su última conversación telefónica con Putin, los nuevos compromisos enunciados por ambos mandatarios y un próximo encuentro entre ellos y la invitación al mandatario chino.
Estados Unidos tiene hoy una «cúpula de gobierno», dónde la matriz principal de comportamiento para el resto del Mundo, es la del reposicionamiento de su liderazgo, aun cuando para ello haya tenido que admitir que los cambios geopolíticos marchan hacia la multipolaridad.
Es por ello que Trump, con el «pensamiento pragmático multimillonario» y asistido por los principales magnates de la tecnología de la información, las comunicaciones, de alcanzar un nuevo reparto de influencia del mundo.
Vistas al contexto
Desde las postrimerías del siglo XX sobrevino una expansión, casi demencial de las transnacionales occidentales, en particular las de los EE.UU. En correspondencia, creció el poder del dólar y otras divisas de la Unión Europea. Los flujos de financieros, para alimentar nuevas inversiones y las cadenas de valor que alimentan el comercio internacional elevaron la presión política contra los países que se les revisaban y defendían sus recursos naturales y patrimoniales.
Surgieron conflictos por doquier y al arribar al siglo XXI la humanidad presagiaba un fin apocalíptico. El ataque terrorista a las Torres Gemelas y toda la «ola de castigo» que ellos desataron, no se apagó con la entrada al nuevo milenio.
Los pueblos se movilizaron y la resistencia no se hizo esperar. Ahí estaba lista la OTAN y en particular las Fuerzas de Tarea de los EEUU para ir por «los rebeldes, los forajidos y los terroristas» en cualquier «oscuro rincón del mundo» y contra quienes los apoyasen, «enemigos todos» del nuevo orden hegemónico imperialista mundial.
No obstante, y pese a tan lúgubre e infernal panorama geopolítico, los pueblos levantaron sus voces de repudio, rechazaron el yugo y tomaron la hoja de ruta de la resistencia y la solidaridad. Así fue, que votaron por proyectos progresistas anti hegemónicos y por gobiernos revolucionarios, sobre todo en A. Latina y el Caribe, también en África y otras regiones.
Ya en el 2005 surge el Grupo BRICS, con la fuerza la integración de varios países. Nace así la Union Euroasiática, también el ALBA, un proyecto emancipador e integrador de nuestros pueblos por iniciativa del Comandante Hugo R. Chávez Frías y del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruiz, y más adelante la CELAC en Latinoamérica y el Caribe.
Faltarían por describir, otros procesos integracionistas en Asia y África, que no se añaden por razones de espacio, pero lo más significativo es que, debe destacarse que, en la segunda década de este siglo hubo una declinación y francos retrocesos de los procesos progresistas en varios países y un significativo avance de las fuerzas de derecha, incluso en países de la Unión Europea.
Paralelamente el escenario más dinámico de la economía global se movió hacia Asia. No sin afectar los flujos inversionistas de las transnacionales en el escenario europeo y que se fueron incorporando más y más países e inversores a las oportunidades de inversión y al alto grado de recursos estratégicos radicados en África.
Este es el Mundo que Trump vivió en su primer mandato presidencial desde el año 2017. Y fue así que vino una ola de proteccionismo, de sanciones a Cuba y a Venezuela, de restricciones financieras para la OTAN y EU, para obligarlas a asumir mayores gastos defensivos y elevar el comercio con los EE.UU.
D. Trump culminó su mandato y sobrevino una administración demócrata en los EE.UU. con Joe Biden en la presidencia. Un mandato en medio de la pandemia de la COVID-19, que Trump llamo, el «Virus Chino», preñado por además por una contracción significativa de la economía y el comercio global.
Hoy muchas personas en el mundo están atentas a los giros de la conducta de la actual administración que encabeza Trump en las relaciones internacionales y los protocolos diplomáticos del Departamento de Estado y los enviados especiales del presidente a varios países.
Una nueva etapa
Ya hemos abordado antes algunos de los móviles que están agitando el curso de los acontecimientos en la geopolítica global. Repasemos algunos de ellos pues son el punto de partida para argumentar lo siguiente: Donald Trump ha encontrado al llegar a este segundo mandato presidencial, con un mundo particularmente distinto al que dejó hace poco más de 4 años. Veamos porque:
- Los frentes de conflictos, ya existentes y otros nuevos como los de Medio Oriente y en Europa no se habían desatado. Y otros existentes se «calentaron» mucho más en magnitud e intensidad.
- La correlación de fuerzas a escala global ascendió a niveles superiores en el plano económico y sociopolítico entre los actores geopolíticos fundamentales, como son las principales potencias y grupos de países.
- Se han polarizado, en el mundo pospandemia de la Covid-19 y las crecientes amenazas de cambios en el medio ambiente, las posiciones y las denuncias a escala global. Y no son gratuitas, sino la expresión de nuevas amenazas a la salud humana, los problemas globales ya existentes y a la salud del planeta al verse expuesto a intensos cataclismos y al cambio climático.
Esto signará, indudablemente, el curso de los acontecimientos.