La ilusión del diálogo: soberanía y dignidad en juego

Hoy, observando los acontecimientos ocurridos en la Casa Blanca, donde un tirano fue a negociar paz sobre las cenizas de una guerra perdida, reflexionemos ante una peligrosa ilusión: la de aquellos que, arrodillados a los intereses foráneos, pretenden negociar el destino de Cuba con las mismas fuerzas que históricamente han buscado estrangular nuestra independencia.

¿Acaso no ven la trampa tras el espejismo del diálogo con el imperialismo? ¿Ignoran que el «manual de instrucciones» —ese que tanto admiran a través de figuras como Zelenski— solo conduce a la sumisión y la pérdida irreversible de la dignidad nacional, que es igual a su territorio y cultura?

Cuba no es un botín de guerra. No tenemos tierras raras para explotar, ni pozos de petróleo para ofrecer, ni montañas de oro para regalar. ¿Qué creen que exigirán a cambio esos mismos que nos han bloqueado, saboteado y difamado por décadas? No se engañen: cuando un pueblo no tiene riquezas materiales que ofrecer, el imperialismo le exige su alma. Le exige convertirse en peón de un ajedrez geopolítico, en base militar o carbonera, en patio trasero de eternos intereses corporativos. Y en ese camino, la soberanía —esa por la que murieron Martí y Maceo, y luchó Fidel— se reduce a polvo en los libros de historia.

Nos pedirían, además, que indemnizáramos con cientos de millones a los expropiados al triunfo de la Revolución y se negarían rotundamente a pagar los miles de millones que le deben a Cuba por las víctimas y daños del terrorismo y el bloqueo genocida durante más de 60 años. Lo de no querer pagarnos no tienen que imaginarlo… ya Donald Trump se encargó de afirmarlo hace algún tiempo.

Nos quitarían todo… hasta el aire si ello les fuera posible.

¿Qué independencia nos quedaría si aceptamos que otros dibujen nuestro honor en el lodo? ¿Qué revolución sería esta si claudicamos ante quienes sueñan con borrar nuestras conquistas sociales, nuestra educación, nuestra medicina ahora agredida, para vendernos el cuento de una «libertad» mercenaria y condicionada? Tomen el ejemplo de Ucrania.

A los que insisten en negociar con el lobo tras la puerta, les preguntamos: ¿Dónde quedó su memoria histórica? ¿Olvidaron Girón, la Crisis de Octubre, el bloqueo criminal? Cuba no se vende. Cuba no se alquila. Y si algún manual siguen los que hoy capitulan, que recuerden esto: la dignidad vale el sacrificio.

No somos naipes en la mesa del capital, no somos el as bajo la manga. Somos un pueblo que ha resistido, que ha construido su camino pese a las tormentas. Si la soberanía es una ilusión, como algunos dicen, entonces que sea una ilusión por la que valga la pena luchar, caer y levantarse. Pero jamás una ilusión regalada al mejor postor. Hay buitres y lobos esperando para despedazarnos.

¡Patria o Muerte!

¡Venceremos!

Tomado de la página de La Mala Palabra.