La proliferación por estos días de los artículos relacionados con el tema y las publicaciones de diversos usuarios en las distintas plataformas me motivaron a dedicarle el siguiente escrito a un asunto que por su relevancia no debe ser aplazado: Los dilemas éticos de la Inteligencia Artificial (en lo adelante IA) desde una perspectiva reflexiva.
No es el objetivo del trabajo dar al traste con las bondades que ofrece en los diversos campos científicos y culturales este adelanto tecnologico, sino más bien, hacer énfasis en el modo en que manejamos dichas herramientas y en las posturas críticas que en ocasiones debemos asumir ante los productos que se ofrecen.
Las redes sociales se han visto alcanzadas por esta avalancha de desarrollo, que para pasar a un estadio superior pudiera hacer surgir nuevas crisis y hasta un retroceso en la espiral del bucle de las comunicaciones. Mi pausa necesaria sera específicamente en los asuntos relacionados con la generación de contenidos, tanto textos como imágenes.
En el surgimiento de la IA y las principales aplicaciones utilizadas en el mundo hoy, por razones de espacio y respeto no voy a profundizar, tratando de no permear con este criterio su juicio ante la elección de cada cual.
Sin embargo, no debemos perder de vista la naturaleza de los desarrolladores de estos novedosos productos. Personas con determinadas concepciones del mundo, en un sistema que desde el punto de vista social difiere en gran medida de nosotros, con estereotipos e incluso rasgos discriminatorios hacia terceros por su raza, religión o intereses políticos. Diseñando los algoritmos a imagen y semejanza de lo que para ellos es lo correcto, perdiéndose de vista elementos personológicos que distinguen a los grupos humanos y sus comportamientos a partir de determinadas situaciones. ¿Existe o no un trasfondo ético? El apego a la moral, lo correcto y la jerarquización de valores, son muchas veces relegados a un segundo plano transgrediéndose bardas que por su importancia, deberían ser banderas.
Cuando alguien solicita un texto, no debe perder de vista que las fuentes siempre estarán acordes con lo que se desee ponderar en este momento por los magnates de las comunicaciones y no, con una verdad que que exista realmente. Dando pautas sin dudas a la manipulaciones de contenido sensible, la difusión de fake news y la creación «personalizada» de una experiencia que si bien contiene elementos de su cotidianidad, no es la realidad misma. Tal es el caso de pedidos relacionados con la Revolución Cubana y Fidel Castro; donde es usual encontrar las palabras: “dictadura”, “caos” o “miseria” con el firme propósito de desacreditar los logros de nuestro sistema social y vender una narrativa desajustada a quienes de una forma u otra buscan alguna información sobre la Isla o desean un texto específico. ¿Acaso aquí no se viola lo éticamente correcto?
De igual modo ocurre ante los diseños de imágenes, prevaleciendo en ellas la raza blanca por encima de la negra o mestiza. ¿No se pregunta por qué ocurre esto? Habría que repensar cuán adecuado llega a ser la utilización de figuras representativas de nuestra historia en escenarios artificialmente creados y en el que nunca estuvieron. ¿No será esta una falta de respeto a la memoria de esos que hoy no viven para cuestionar la utilización de su imagen sin previo consentimiento? Todavía ante un mensaje positivo el análisis pudiera ser amigable, pero ¿y cuándo se trata de una flagrante violación a la intimidad y los principios?
Otro asunto igualmente sensible, recae en la obtención de post con faltas ortográficas, banderas con incohrencias en su diseño, manos de las que sobresalen seis dedos, elementos donde se rompen las trasparencias y el equilibrio con el ambiente, pudiendo convertirse en un Frankestain difundido desde una perspectiva acrítica en los usuarios y en este último punto, excluyo algunas producciones artísticas que pudieran obedecer a cierto patrones por su creador digital.
Legalizar el empleo de la IA en la generación de contenidos es una muestra de la existencia de un manejo controlado que no viola lo legal y el derecho de autor, a partir de que el grupo de textos que le ofrecerá como resultado son tomados de fuentes existentes y no un trabajo realizado exclusivamente para el usuario.
A modo de resumen: ¿Cuáles serían algunos de los dilemas éticos de la IA en el escenario actual?
- Transgresión de la privacidad de los usuarios.
- Riesgo a la desinformación a partir de la replicación de fake news.
- Fragmentación de la experiencia en las redes sociales, limitándose sólo al círculo de interacción.
- Falta de consentimiento de las personas a la utilización de sus datos personales con diversos fines: políticos, publicitarios, marketing, entre otros.
- Fomento de la polarización de opiniones según la perspectiva de los usuarios.
- Inmunidad ante la responsabilidad de cualquier conflicto generado por las respuestas de la IA. (¿Quién es el responsable: usuario, máquina o desarrollador de la apk?)
- Distaciamiento de un comportamiento inclusivo.
- Estereotipos.
- Influncia en los procesos culturales actuales, imponiendo estilos marcados por tedencias y algoritmos.
Corresponde a cada individuo asumir con responsabilidad su intercambio con la Inteligencia Artificial y educar a la herramienta a partir de la realidad que vivencia (pudiendo ser ese el motivo de otro escrito). Reforzar la postura crítica ante sus productos y adecuarla a nuestro medio, es el modo más apropiado de beneficiarnos con sus propuestas.
Pero advierto, la capacidad de razonar, fomentar la creatividad y desarrollar valores no puede convertirse en un modo extemporáneo de “hacer”; jamás ceder el espacio a la colonización cultural estará en nuestros planes, que nuestra mirada siempre encuentre más allá de la estética… una razón ética para vencer.