Respeto los enfoques individuales, cada cual desde su perspectiva construye y deconstruye el suyo, según las experiencias que ha logrado acumular al observar o participar en el devenir de los procesos sociales que pueden llegar a ser históricos.
¡Fidel no deja de asombrar! Aun no estando físicamente su magnetismo trasciende y proyecta para muchos como un mito. Trataré de ofrecer mi parecer, obviamente respetando el del resto de los opinólogos.
Conceptualmente el término mito se utiliza para describir personas o figuras históricas que han adquirido un aura legendaria y simbólica, más allá de su propia vida y acciones. Fidel es ampliamente considerado una figura con estatus de mito en ciertos contextos, especialmente en el ámbito popular, quieran o lo acepten unos y otros no.
Cuando un hombre o mujer se vuelven mito es porque la influencia, legado y significado de sus acciones trascienden la existencia física y se convierten en símbolos de ideales, luchas o movimientos más amplios.
Hay varios factores que pueden contribuir a la construcción del mito alrededor de una figura histórica:
Por ejemplo, las habilidades de liderazgo y el carisma personal de una figura influyente pueden generar fuerte conexión emocional con las personas y aumentar el poder de influencia. Fidel fue reconocido por sus habilidades para comunicarse y su carácter carismático, lo que contribuyó a desarrollar la capacidad para movilizar seguidores y mantener la lealtad a lo largo de los años, ya sea a la Revolución cubana o a su figura, fíjate como es respetado hasta por sus enemigos más poderosos, no me refiero a los chuchumecos de siempre, esa especie que capitaliza en las redes sociales digitales por estos tiempos, haciendo alardes y amagos.
La participación en momentos o eventos históricos importantes puede contribuir a la elevación de una persona a un estado de mito. La Revolución cubana y la posterior instalación del régimen socialista —a contrapelo del imperialismo— son eventos significativos que han influido en la percepción popular de su agigantada figura.
A menudo los mitos se construyen alrededor de las figuras históricas a través de la idealización selectiva y la narrativa constructiva. Esto puede implicar una simplificación de su papel y acciones, enfatizando logros y atributos positivos, mientras se minimizan o ignoran aspectos más complicados o controvertidos.
Por último, la construcción de un mito representa la simplificación de la complejidad de la persona y su legado. Se pueden encontrar diversas perspectivas sobre Fidel que varían según la ideología política, las experiencias personales y los contextos históricos y culturales específicos.
Por tanto, los que para Ud. tiene una perspectiva pragmática para los demás puede tener una espiritual, sobrehumana, mitológica y ello no nos deja en desventajas ante enemigo alguno, pues la firmeza acerada es una cualidad escasa en tiempos de pluriposiciones y multipolaridad ideológica (ante se le llamaba eclecticismo).
Para los cubanos y latinoamericanos —por los antecedentes históricos culturales propios y la amplia gama de héroes mitificados y hasta canonizados— Fidel puede ser catalogado como un santo, una deidad o cualquier otra significación… es cuestión de tiempo y necesidad.
Si el ser humano (como ser individual y social) necesita de la figura de Fidel como asidero en tiempos de crisis, plagas y epidemias, ni aunque lo cincelen con el más pragmático materialismo podrán evitar la mitificación.
Y entonces podrás apreciar en eventos del más alto grado científico la proyección de su inmensa figura… es la proyección psico-social como fenómeno de construcción cultural manifestándose.
Reitero, respeto los esfuerzos de cualquier mortal por dejar pasar tan solo al Fidel terrenal a través del fino tamiz pragmático, pero ni Ud., ni yo, ni nadie podrá detener la fuerza arrolladora de su magnética presencia.
El mito está ahí frente a Ud.