Estados Unidos vive hoy la mayor huelga de trabajadores de la salud en su historia tras unirse al paro más de 75 mil empleados de cientos de hospitales e instalaciones médicas del consorcio Kaiser Permanente.
La Coalición de Sindicatos de Kaiser Permanente, que representan a unos 85.000 empleados del sector en el país, aprobó una huelga de tres días en California, Colorado, Oregon y Washington y de un día en Virginia y Washington, D.C. Entre los huelguistas hay personal de enfermería, asistentes de pacientes que se atienden en el hogar, ultrasonidistas, así como técnicos en radiología, farmacia y emergencias.
Los huelguistas demandan aumentos salariales para abordar el creciente costo de vida, protecciones laborales contra la subcontratación y los trabajadores subcontratados, actualizaciones de los beneficios médicos de los empleados jubilados y un plan de Kaiser Permanente para abordar una “crisis” de escasez de personal a los empleados con sobrecarga de trabajo.
La escasez de personal condujo a una crisis que derivó en duras condiciones laborales que hacen cada vez más difícil retener a los empleados de Kaiser, al mismo tiempo que provoca un deterioro en la calidad de la atención a sus pacientes.
Los sindicatos alegan que Kaiser ha incurrido en prácticas laborales injustas al negarse a negociar de buena fe para resolver la crisis de personal.
Si no se llega a una resolución después de esta huelga, el Sindicato Internacional de Empleados de Servicios-United Healthcare (SEIU-UHW) dijo que la coalición está preparada para lanzar una huelga “más larga y más fuerte” en noviembre.
Este es el último grupo de trabajadores cruciales en huelga a causa de demandas por mejores condiciones laborales y salarios en lo que va de este año tras la huelga de los escritores de Hollywood, la de actores también en la principal industria del entretenimiento de Estados Unidos y el actual paro en United Auto Workers, de la industria automotriz, entre otras.