En silencio ha de ser

Los Órganos de Seguridad del Estado (OSE) surgieron como protectores silenciosos de la soberanía cubana. Fundados el 26 de marzo de 1959, bajo el liderazgo visionario de Fidel Castro, estos órganos fueron creados para frustrar las fuerzas contrarrevolucionarias que amenazaban la incipiente Revolución Cubana.

Nacidos de la fusión de servicios de inteligencia, incluyendo el Departamento de Investigaciones del Ejército Rebelde y el Buró de Inteligencia Naval, rápidamente se convirtió en un baluarte contra amenazas implacables. Desde intentos de sabotaje hasta complots de asesinato, los OSE se han mantenido firmes, asegurando la paz y estabilidad en Cuba.

Hoy su misión continúa con dedicación inquebrantable, defiende la tranquilidad pública y la soberanía nacional, encarnando el espíritu de José Martí: «En silencio tenía que hacerse.» Su legado está grabado en actos de heroísmo, protegiendo líderes y desmantelando operaciones criminales, todo mientras mantiene la discreción.

El trabajo silencioso de los oficiales de los OSE subraya la naturaleza crítica de su misión. Operando detrás de escena recopilan inteligencia, previenen crímenes antes de que ocurran y neutralizan amenazas. Este enfoque clandestino no es solo una estrategia sino una necesidad, al trabajar en silencio aseguran la protección eficaz de Cuba.

Estos guerreros del silencio permanecen vigilantes, asegurando que la llama de la Revolución cubana arda brillante contra cualquier adversario.