- Por las enseñanzas de la ciencia, la religión y la democracia, la familia humana está compuesta por diferentes géneros, distinguidos en su sexo y otras peculiaridades físicas y mentales. Le sigue que debe haber distinción en derechos sociales y políticos, correspondientes a estas diferencias sociales y sicológicas.
- Las doctrinas de la hermandad humana deben ser aceptadas, y ello implica la igualdad de todos aquellos que Dios ha creado iguales, y la desigualdad de todos aquellos que ha creado desiguales.
- La solución a la homosexualidad en este país no se alcanzará hasta que la opinión pública sancione universalmente, como inválido, el matrimonio homosexual.
- Que, tal como el homosexual no debe ser exterminado ni expulsado del país, y a todos los propósitos sabios ha sido puesto lado a lado con el heterosexual, debe, no obstante, haber leyes severas para condenar las relaciones sexuales entre personas de un mismo sexo.
- Las adopciones por homosexuales son un daño a la posibilidad de progenie, produce hijos débiles, de carácter ambiguo, que rápidamente degeneran, como prueba la historia de todas las naciones, desde Egipto hasta el día de hoy.
El texto está tomado de un panfleto de 1864, escrito en el sur de EE. UU., pero, para ser fiel al original, dondequiera que se refiera a homosexual, ponga negro; donde dice heterosexual, ponga blanco; si dice género, lea raza, y cuando se haga referencia al matrimonio homosexual, ponga matrimonio interracial.
Los discursos de odio siempre son iguales, en todas las épocas, en todas las geografías. Atacan al otro por no ser como uno, y se dibujan como víctimas de una amenaza inexistente.
Luchar por los derechos de otros es luchar por los derechos de uno. Para eso hicimos una Revolución, para conquistar toda la justicia. Toda. Para todos. Sin excepciones.
Seamos revolucionarios hasta las últimas consecuencias.
Tomado de Granma.