El líder indígena Evo Morales reiteró sus denuncias sobre la represión que vive Bolivia. Lo que ocurre en ese país también ha sido rechazado por diversos gobiernos y organizaciones, entre ellas, Amnistía Internacional (AI), y la Organización de las Naciones Unidas (ONU), las cuales han denunciado que la violencia en Bolivia constituye una violación a los derechos humanos.

Según VTV, Evo Morales repudió que el Gobierno de facto no busque la pacificación del país y, en cambio, ordene la «difamación y represión» de los que exigen el respeto a la democracia.

La defensora del Pueblo de Bolivia, Nadia Cruz, pidió a la alta comisionada para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, vigilar la situación en el país sudamericano y emitir un informe al respecto.

Cruz se reunió con Bachelet tras actualizar al Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, instancia a la que solicitó «especial vigilancia» por considerar bajo amenaza los tratados del organismo internacional.

La defensora del Pueblo abogó también por reforzar la Misión del Alto Comisionado que se encuentra en Bolivia, teniendo en cuenta que el país está en campaña electoral de cara a los comicios generales convocados para el 3 de mayo.

Por otro lado, el Movimiento al Socialismo (MAS) criticó la gestión de la presidenta del gobierno de facto, Jeanine Áñez, quien ha ordenado la compra de agentes químicos para reprimir a los manifestantes, –al estilo de los cuerpos de seguridad chilenos–, en vez de dedicar recursos a los fármacos y productos para poder hacer frente al Covid-19 y su propagación.

Esta denuncia, así como la judicialización de los principales candidatos del mas, se une al conjunto de elementos que han caracterizado el ejercicio del poder de las fuerzas a las que representa la autoproclamada presidenta y el equipo fascista que le acompaña para tratar de crear un clima de inseguridad que anule las posibilidades del Movimiento al Socialismo de retornar al poder.

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