Habla poco de lo que sabes y nada de lo que ignoras.

Nicolas Léonard Sadi Carnot

Los criticones de oficio, “especialistas” en todo, han estado en los últimos tiempos muy ocupados demostrando sus “excepcionales capacidades” en las redes. Digo esto con ironía pero, en realidad resulta indignante la manera irrespetuosa y arrogante con la cual califican los esfuerzos del gobierno y de hombres y mujeres del pueblo por solucionar los complejos problemas que afectan al país. No mencionaré sus recetas para la economía porque de eso hablé en un post recientemente publicado.  

Hacer es la mejor manera de decir. 

José Martí.

Para no ir muy atrás, solo mencionaré algunos casos recientes.

La explosión del Hotel Saratoga: tejieron las más inverosímiles teorías sobre lo ocurrido, de pronto aparecieron “conocedores” del gas licuado, cuestionaron, sin tener ningún argumento, el estado técnico del camión que lo suministraba a esa instalación, especularon sobre la posible violación de las normas de seguridad, en fin, el mar.

De manera similar procedieron con el incendio de la terminal de supertanqueros de Matanzas, poniendo en entredicho la efectividad de las medidas que se estaban tomando, el accionar de los bomberos, etc. Como siempre, hicieron acto de presencia eruditos en el petróleo que, publicaron largas explicaciones sobre sus características, la manera de extinguirlo, en fin, una vez más, el mar.

En esos y otros casos como el del accidente de aviación ocurrido en 2018, no han tenido en cuenta estos “iluminados”, el dolor de los familiares de las víctimas, para esparcir en las redes sus especulaciones sobre lo sucedido. Al distorsionar la realidad crean las condiciones para que, en momentos tan sensibles, surjan falsas expectativas y se generen estados de ánimos que aumenten los sufrimientos de los allegados, y fomenten la confusión entre ellos y el pueblo. Pero eso no parece importarles, la necesidad de satisfacer sus egos está por encima del “humanismo” que dicen profesar.    

Ahora con los problemas que se están produciendo en las termoeléctricas, se encuentran desbocados, han aparecidos expertos en calderas, turbinas, aceites, lubricación, ajustes de chumaceras, etc.

Algunos descubren el agua tibia y proponen como solución cambiar la matriz energética, soslayando que el país está empeñado en eso hace varios años, pero neófitos al fin en estas cuestiones, lo expresan como si fuera cosa de coser y cantar o que, no se ha hecho porque el gobierno no ha querido.

Otros publican la opinión de familiares o amigos sobre estos temas dándolas como infalibles, creando suspicacias sobre la capacidad técnica de los que trabajan en las mismas, sin conocer a ninguno, ni considerar el sacrificio y la entrega de esos hombres y mujeres, ni tener la más mínima idea de la complejidad de los problemas que enfrentan, y que ellos de manera irresponsable se arriesgan a “analizar”.

Falta por ver, cuantos de estos sabelotodos tendrían la entereza y la voluntad de permanecer casi sin dormir durante días, fuera de sus casas, alejados de sus familias que, como cualquier otra cubana, se ven afectadas por los apagones y las carencias, buscando soluciones sin violar las normas técnicas, con recursos limitados. Estoy seguro que muy pocos, quizás ninguno las tendría.

Criticar es fácil lo difícil es crear.

Las críticas, las propuestas, son validas cuando tienen una esencia constructiva y objetiva. Con el hipercriticismo no se resuelven los problemas. Alguien hace unos días planteó en la TV que, hacían falta más espacios para criticar, pienso que, lo que hace falta, es pensar cómo podemos ser más útiles al país y aportar más desde el hacer diario.

Haga cada uno su parte de deber, y nada podrá vencernos.

José Martí.

Tomado de PostCuba

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