Por Manuel Valdés Cruz

El Departamento de Gestión de Emergencias de Nueva York compartió en su canal de YouTube un video informativo para instruir a los neoyorquinos sobre qué hacer luego de un ataque nuclear.

El corto, de 90 segundos, arranca con una imagen computarizada que escenifica una zona residencial de la Gran Manzana en medio de sonidos de sirenas de ambulancia.

Inmediatamente, aparece una presentadora hablando de «tres importantes pasos» necesarios para esa situación.

En primer lugar, aconseja ingresar a un edificio lo más rápido posible y alejarse de las ventanas. Acto seguido, permanecer dentro y acomodarse, preferiblemente en el centro de la construcción o en un sótano, y cambiarse de ropa, además de limpiarse el cuerpo para remover polvo o cualquier residuo producto de la explosión. Finalmente, pide estar atentos a los medios de comunicación y no salir de los refugios hasta que se informe de que es seguro.

«Si bien la probabilidad de que ocurra un incidente con armas nucleares en Nueva York o cerca de la ciudad es muy baja, es importante que los neoyorquinos conozcan los pasos para mantenerse a salvo, destaca la publicación, que citó Russia Today.

Pudiera parecer intrascendente, pero el video revela cómo se crean elementos de sugestión en la población con fines bien definidos.

Esto no es nuevo en la política estadounidense. Basta recordar la situación de histeria desencadenada en los años 50 del siglo pasado, para criminalizar a la urss y al desaparecido campo socialista. La amenaza nuclear fue el pretexto que sirvió a la campaña contra el comunismo fuera y dentro de EE. UU.

Hoy existen peligrosas similitudes que atentan contra la existencia misma del hombre.

En su alocución ayer en la décima conferencia del Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares, el secretario general de la ONU, António Guterres, advirtió que el peligro de un conflicto nuclear ha llegado a un punto «no visto desde el apogeo de la Guerra Fría».

La humanidad, dijo, corre el peligro de olvidar las lecciones de los terroríficos bombardeos de Hiroshima y Nagasaki. «Las tensiones geopolíticas están alcanzando nuevas cotas», subrayó.

En un mensaje dirigido a los participantes, el presidente de Rusia, Vladímir Putin, reiteró que en una guerra nuclear «no podrá haber ganadores» y volvió sobre la idea de que «no debe librarse nunca».

El mandatario recalcó que Rusia sigue cumpliendo de forma sistemática con el espíritu y la letra» del Tratado que –subrayó– «en más de medio siglo de existencia se ha convertido en uno de los elementos claves del sistema de seguridad internacional y de la estabilidad estratégica».

Señaló que las estipulaciones del acuerdo se corresponden plenamente con los intereses de los países nucleares y de los no nucleares, y consideró que es sumamente importante garantizar «su aplicación objetiva, despolitizada y técnicamente sólida». También acentuó que todas las naciones que acatan las estipulaciones del Tratado «deben tener derecho al acceso a la energía nuclear con fines pacíficos, sin ninguna condición adicional».

Contrario a todas las fobias antirrusas que, como en la Guerra Fría, pareciera que hoy vuelven a ser campañas, el gigante euroasiático, en voz de su Presidente, recalcó que está dispuesto a compartir su experiencia en este ámbito.

Tomado de Granma.

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