Mientras Trump avivaba la división racial en los Estados Unidos con su desatinado discurso a los pies del Monte Rushmore en la víspera del Día de la Independencia, Cada vez eran más los ciudadanos norteamericanos que repudian abiertamente las infames maquinaciones de la cuadrilla de rufianes que integran el gobierno de su país. Es natural que así suceda, pues no pasa un día sin que el oligarca presidente y sus facinerosos colaboradores perpetren un nuevo crimen contra la humanidad.

En este sentido, se ha conocido que Estados Unidos emitió una orden de incautación de las cargas de cuatro petroleros que transportan gasolina iraní a Venezuela, alegando el infundio de lazos con una “organización terrorista extranjera”, informó el jueves el Departamento de Justicia.

La agresiva medida se inscribe en la escalada de presiones contra Teherán y Caracas. La demanda, presentada ante la corte federal para el Distrito de Columbia, afecta a los buques Bella, Bering, Pandi y Luna, actualmente con rumbo a Venezuela, publicó El Universal. Los fiscales alegan que los cargamentos involucran a afiliados a los Guardianes de la Revolución iraní, un ejército encargado de defender los valores patrióticos de la república islámica, que Estados Unidos tiene en su lista negra.

Según la demanda, a bordo de los cuatro barcos hay más de 1,1 millones de barriles de gasolina iraní con destino a Venezuela (302.502 en el Bella, 302.522 en el Bering, 259.700 en el Luna y 298.484 en el Pandi). La arbitraria orden de incautación, emitida por el juez federal James Boasberg, dispone que toda la gasolina iraní sea llevada bajo jurisdicción exclusiva de la corte federal para el Distrito de Columbia. Pero no indica cómo prevé el gobierno estadounidense confiscar las cargas.

Al respecto el ministro jefe de la Oficina de Prensa de la Misión de Irán ante las Naciones Unidas (ONU), Alireza Miryousefi, rechazó la orden de incautación emitida por un juez de Estados Unidos para confiscar nuevos envíos de gasolina por parte de Irán hacia Venezuela.

“Cualquier intento en alta mar de evitar que Irán participe en el comercio legal con cualquier país que escoja, será un acto de piratería, pura y simple”, escribió Miryousefi en Twitter.

“No es una sorpresa, no obstante, como constantemente lo ha demostrado, Estados Unidos no tiene respeto alguno por el derecho internacional y marítimo”, manifestó Miryousefi.

“Ha intentado (Estados Unidos) suplantar el derecho internacional con sus leyes nacionales. Esta es una amenaza directa para la paz y la seguridad internacionales y contraviene el derecho internacional, incluida la Carta de la ONU”, añadió el diplomático iraní.

Por su parte, un parcializado juez británico del Tribunal Superior de Justicia de Inglaterra, en plena resonancia con las órdenes de Washingnton, acaba de sentenciar que las 31 toneladas de oro venezolano que se encuentran en el Banco de Inglaterra no pueden ser manejadas por el Banco Central de Venezuela (BCV) ya que el “gobierno de su Majestad reconoce nada menos que al traidor Guaidó en calidad de presidente constitucional interino de Venezuela”.

La justicia británica dictaminó entonces que quien tendrá acceso al oro en reclamación, valorado en cerca de 1.6 mil millones de dólares, será el “gobierno de Guaidó” a través de la espúrea “junta ad hoc del BCV” que designó en julio del 2019, pocos meses después de su ilegal autoproclamación.

El BCV anunció que “apelará inmediatamente la absurda e insólita decisión de un tribunal inglés que pretende privar al pueblo venezolano del oro tan urgentemente necesario para hacer frente a la pandemia de covid-19”.

Cuando leemos estas noticias, por asociación de ideas, nos vienen a la mente las tenebrosas fechorías de los sanguinarios corsarios y piratas del mar Caribe. Por supuesto, no las de los ficticios y embellecidos personajes de las películas de Hollywood, sino las de los verdaderos bandidos de la talla de Francis Drake, Henry Morgan, Jacques de Sores, Nau el Olonés y el no menos feroz Cornelius Jol, apodado “Pata de Palo”.

No estamos seguro que el oligarca presidente de los Estados Unidos se parezca fisicamente a estos endurecidos lobos de mar, y mucho menos a sus legendarias muestras de valor personal en los combates, pero los ardides del corrupto mandatario norteamericano para desvalijar a otros pueblos como el de Venezuela y apropiarse de los bienes que no le pertenecen, dejan chiquitos a los de los precitados malhechores.

Sin embargo, tanto Trump como estos salteadores tienen un rasgo común que los caracteriza, ¡todos son unos grandes ladrones!

A la hora de saquear riquezas ajenas, el corrupto mandatario yanqui cuenta con la ayuda de bribones tan peligrosos como el mafioso senador Marco Rubio, el racista vicepresidente Mike Pence, el agentón de la CIA Mike Pompeo, así como otros repugnantes malandrines como el vendepatria de Juan Guaidó, en el caso de la hermana nación bolivariana.

Para ello, no recurren a riesgosos abordajes de naves sable en mano, o al incendio y saqueo de poblaciones cercanas a las costas como hacían los antiguos filibusteros. En la actualidad, mediante leyes extraterritoriales como la Helms-Burton y sanciones de todo tipo, se apropian a mansalva de las riquezas de sus víctimas, que hoy son los pueblos que se atreven a desafiar los dictados del imperialismo yanqui.

Es tan desvergonzado su latrocinio internacional, que la Casa Blanca parece cada vez más una tenebrosa banda de rapaces bucaneros.

Viejos planes para apoderarse del oro de Venezuela

La demanda por el oro por parte del BCV había iniciado a finales del 2018. El reconocimiento en enero del 2019 de Guaidó como “presidente encargado” por parte de Gran Bretaña, congeló la respuesta del gobierno británico a la demanda venezolana, algo que el gobierno de Venezuela denunció diplomáticamente en reiteradas oportunidades.

John Bolton, ex asesor de Seguridad Nacional del gobierno estadounidense, se refirió en su libro La habitación donde sucedió, una memoria de la Casa Blanca a esa decisión británica. Allí afirmó que el entonces ministro de Relaciones Exteriores británico, Jeremy Hunt, estaba “encantado de cooperar” con Estados Unidos, “por ejemplo congelando los depósitos de oro de Venezuela en el Banco de Inglaterra”.

En ese mismo párrafo, el ex asesor de Seguridad Nacional destaca como, en esos días, trabajaban para recrudecer las sanciones sobre la industria petrolera venezolana.

El BCV prosiguió durante el 2019 y 2020 en el intento de acceder a las reservas de oro. En mayo pasado realizó una demanda ante el Tribunal Comercial de Londres para que el Banco de Inglaterra entregue el oro venezolano. Allí no solamente fue expuesto el argumento legal, sino también humanitario: el monto del oro sería destinado para ir directamente al Programa de Desarrollo de Naciones Unidas para hacer frente a la pandemia en el país.

La falta de respuesta del Banco de Inglaterra durante meses se debió a la zona gris diplomática construida hacia Venezuela. Mientras el gobierno inglés

reconoció a Guaidó, su “embajadora”, Vanessa Neumann, fue recibida, pero sin las credenciales formales, una situación similar a la ocurrida en varios países de Europa y América Latina.

Así, mientras por un lado la política exterior apoyaba la política de gobierno paralelo en Venezuela, la situación legal no era clara, algo diferente al caso estadounidense donde fueron alineados en la misma política -con tensiones- la Casa Blanca, el Departamento de Estado, del Tesoro, y de Justicia. Esa situación de falta de claridad, sobre la cual el Banco de Inglaterra se amparaba para su falta de respuesta, fue despejada con la sentencia del día jueves.

Un peligroso precedente

Este fallo representa no solamente una pérdida para el BCV, sino que sienta a su vez un precedente para otros expedientes en una situación similar, como los 120 millones de dólares pertenecientes al BCV que se encuentran en el Deutsche Bank, o las numerosas cuentas congeladas en diferentes bancos.

Se abre entonces una nueva puerta para que se profundicen los mecanismos de robo de activos y bienes de Venezuela en el exterior, algo que ha venido sucediendo desde el inicio del reconocimiento estadounidense a Guaidó. El caso paradigmático es el de CITGO, la filial de PDVSA en Estados Unidos (EEUU) –valorada en 8 mil millones de dólares-, que fue embargada por el gobierno estadounidense en el 2019, y se encuentra actualmente bajo amenaza judicial de remate y desmembramiento para ser apropiada por una minera canadiense, Crystallex, o una petrolera estadounidense, ConocoPhillips.

Este proceso de despojo ha sido uno de los objetivos centrales contra Venezuela. El gobierno venezolano convocó, por ejemplo, en el mes de mayo al encargado de Negocios del Reino Unido en Venezuela para “presentarle protesta formal y exigir explicaciones ante la creación en su Cancillería de una Unidad para la Reconstrucción de Venezuela”.

De esta manera, mientras Guaidó perdió toda gravitación dentro del país, su mantenimiento artificial permite que avancen procesos de robo a la Nación.

Esa política de piratería y bloqueo es parte de las divisiones de la oposición en el país. El sector que aún se mantiene alrededor de la estrategia del gobierno paralelo sostiene la necesidad de las sanciones y congelamiento de activos. Afirman, contra toda evidencia, que no afectan al conjunto de la población, sino únicamente al núcleo de poder del gobierno revolucionario.

El oro es de los venezolanos, no es de esta banda de pillos

«Al respecto, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ha solicitado a los órganos de Justicia que se abra una investigación contra los implicados en este robo de los recursos de todos los venezolanos», anunció su vicepresidenta, Delcy Rodríguez, en la comparecencia diaria del jueves para informar sobre la evolución de la pandemia de coronavirus en el país.

«El oro es de los venezolanos, no es de esta banda de pillos, que pretenden pagar favores políticos con el territorio y los recursos de Venezuela al Reino Unido, para poder satisfacer sus intereses personales y de los Estados Unidos», reivindicó Rodríguez.

El abogado del Gobierno bolivariano en este asunto, Sarosh Zaiwalla, anunció el mismo jueves, día en que se conoció el fallo, que «el Banco Central de Venezuela solicitará el permiso del tribunal para apelar este veredicto, por considerar que ignora completamente la realidad de la situación sobre el terreno».

Guaidó encabeza una organización criminal

«Siempre hemos demostrado que se trata de una organización criminal, no se trata de hacer política en el sistema democrático venezolano, se trata de servir a los intereses de Washington y de centros imperiales en el mundo, en este caso del Reino Unido», señaló Rodríguez.

Es una de las cosas más grotescas en la historia republicana de Venezuela, tener que ver una organización criminal de este talante entregando nuestra soberanía, nuestra integridad territorial, entregando los recursos del pueblo venezolano», condenó Rodríguez. 

De materializarse esta investigación penal, se sumaría a las que ya hay abiertas contra Guaidó por cargos que van desde corrupción hasta magnicidio.

Los derechos de Venezuela sobre el territorio del Esequibo son legítimos

La vicepresidenta venezolana vinculó también el litigio sobre el oro a la disputa entre Venezuela y Guyana por el Esequibo. Según el Ejecutivo bolivariano, Guaidó se comprometió con Reino Unido –antigua potencia colonial– a ceder parte del territorio a cambio de su respaldo internacional, algo que la oposición ha negado.

Durante su comparecencia televisiva, la vicepresidenta mostró el video que involucra a la supuesta representante de Guaidó en el Reino Unido, Vanessa Neuman, donde hablaba con miembros del partido Voluntad Popular y prometía la entrega de ese territorio junto con el oro de Venezuela a cambio de apoyo a Guaidó.

Con respecto al tema del Esequibo, la dirigente venezolana afirmó que los derechos de Venezuela sobre ese territorio son legítimos, y que forman parte de una controversia territorial histórica. «Venezuela tiene absolutos derechos sobre ese territorio», agregó. 

¿Quién es Vanesa Neumann? 

Rodríguez dio detalles de la ciudadana con nacionalidad estadounidense, Vanesa Neumann, supuesta representante de Juan Guaidó en el Reino Unido. «Hay una supuesta representante, embajadora de Guaidó en Reino Unido, con un prontuario impresionante y espeluznante. Se trata de la pandillera Vanessa Neumann», precisó. En tal sentido, mostró que la supuesta representante trabajó con grupos paramilitares en Colombia y participó en un acuerdo de contrainsurgencia en ese país. Además, mostró una entrevista en la que reveló cómo trabajaban para bloquear el oro venezolano en el Banco de Inglaterra.

La vicepresidente denunció estas acciones de un «grupo de extremistas» que se ha constituido en una transnacional para apoderarse de los recursos de los venezolanos. Y enfatizó que tales hechos «vulneran la constitucionalidad de Venezuela, dar un orden al golpe constitucional en Venezuela». 

Un crimen de lesa humanidad 

La vicepresidenta de Venezuela señaló que en el país caribeño se han detectado 5.674 casos de Covid-19 y han fallecido 47 personas, mientras la justicia británica no destina esos fondos bloqueados, estimados en 1.000 millones de dólares, a enfrentar la pandemia.

«Negar el oro de Venezuela para atender la pandemia es cometer delito de exterminio, es atentado de lesa humanidad contra el pueblo venezolano», denunció.

Los piratas de la Casa Blanca contra Cuba

Desde los inicios de la Revolución, los grupos contrarrevolucionarios financiados y entrenados por la Agencia Central de Inteligencia (CIA) norteamericana, concibieron y realizaron numerosos actos terroristas y de piratería que han costado valiosas vidas y cuantiosos recursos a Cuba. Asimismo, planearon diversas acciones para eliminar físicamente al Comandante en Jefe Fidel Castro y a otros dirigentes de la Revolución.

Casi 3 mil cubanos muertos es el saldo de medio siglo de hostilidad estadounidense contra Cuba, blanco en la actualidad de una nueva fase de ataques mediáticos y económicos de Washington y sus lacayos.

El rasgo característico de la política agresiva norteamericana hacia Cuba ha sido en estos últimos 60 años el terrorismo en sus diversas formas. Una política de Terrorismo de Estado iniciada poco después del 1 de enero de 1959, cuando EE.UU. abrió las puertas a la pandilla de criminales, torturadores y malversadores que salieron de Cuba y fundaron su redial en Miami, cuna y germen de la mafia terrorista anticubana.

Una política de Terrorismo de Estado que incentivó el secuestro y piratería de embarcaciones y aeronaves, que se convirtió en una nueva expresión de terrorismo en el mundo y a la vez en un arma política contra Cuba, porque los secuestradores han sido recibidos desde entonces como “refugiados políticos” en territorio norteamericano. Los archivos históricos recogen más de 80 secuestros de naves y aeronaves o intentos a partir de aquellos años.

Pocos años después, aquel fenómeno fabricado por el imperialismo norteamericano se volvió contra ellos, porque estimuló el desvío hacia Cuba de decenas de aviones civiles norteamericanos de pasajeros, asunto que el Estado Cubano al final resolvió sancionando en unos años a 69 aeropiratas y devolviendo a 2 secuestradores en 1980 a los EE.UU. lo que detuvo en lo adelante aquella peligrosa práctica.

Además de estos repudiables actos, se cuentan por decenas los ataques armados contra embarcaciones mercantes y pesqueras e instalaciones costeras cubanas, llevadas a cabo por lanchas piratas procedentes de los Estados Unidos, que causaron numerosas pérdidas de vidas humanas, heridos y cuantiosos daños materiales.

En cuanto a la usurpación de territorio cubano por la fuerza, que mejor ejemplo que la ilegal Base de Guantánamo que retienen contra la voluntad de nuestro pueblo y el Derecho Internacional.

Nuevas tácticas y similares fines

Con similares fines, pero diferente táctica, en la actualidad, la administración Trump ha desplegado una campaña de piratería económica contra Cuba y Venezuela tratando de afectar los suministros de combustible.

En particular, el gobierno de los Estados Unidos ha aplicado medidas coercitivas a embarcaciones y empresas que trabajan para PDVSA por «exportar petróleo a Cuba».

Según informó el vicepresidente Mike Pence en una rueda de prensa: «Estados Unidos sanciona a 34 embarcaciones más que están operando para PDVSA transportando el crudo a Cuba», a la vez que resaltaba que Cuba tiene un «sistema de imperio en el hemisferio y por ello se debe generar un cambio político en Venezuela».

Las sanciones afectaron a 34 buques con los cuales Estados Unidos bloquearía toda transacción y a dos empresas navieras, Ballito Bay Shipping Incorporated, con base en Grecia, y ProPer In Management Incorporated con sede en Liberia, por su vinculación con el barco Despina Andrianna que, según las autoridades estadounidenses, entregó petróleo venezolano a Cuba durante febrero y marzo de 2019.

A su vez Steven Mnuchin, secretario del Departamento del Tesoro, indicaba mediante en un comunicado que «Cuba ha sido una fuerza de fondo alimentando el descenso de Venezuela hacia la crisis» y que «El Departamento del Tesoro está tomando acciones contra barcos y entidades que transportan petróleo y ofrecen una ayuda vital para mantener el régimen ilegítimo de Maduro».

La siguiente semana, el 12 de abril, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos sancionaba a 4 compañías con sedes en Liberia e Italia y a 9 barcos cargueros de petróleo con banderas de Italia, Malta, Grecia y Panamá.

Por su parte, la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC, por sus siglas en inglés) del Departamento del Tesoro estadounidense sancionó a otras dos empresas navieras. En el comunicado de la OFAC detalla que, como resultado de la penalización impuesta, «en adelante todos los bienes e intereses propiedad de las empresas sancionadas, y de cualquier otra que sea propiedad, directa o indirectamente, del 50 % o más de las mismas, que se encuentren en Estados Unidos o en posesión o control de personas estadounidenses quedan bloqueadas y deben ser reportadas a la OFAC».

Reacciones e implicaciones

Las medidas suponen la congelación de los activos financieros que las empresas puedan tener bajo jurisdicción estadounidense y prohíben la realización de transacciones financieras con ellas.

Además de afectar el derecho internacional y la soberanía de ambas naciones intentan fragmentar la alianza entre ambos países caribeños por razones ideológicas, sumando así otro renglón en la lista de bloqueos, sabotajes económicos e intentos de golpe de Estado que aplica Washington contra Venezuela y Cuba.

Al respecto el canciller venezolano, Jorge Arreaza, manifestó que los embargos anti venezolanos de Estados Unidos violan tanto el derecho internacional como los principios económicos y comerciales que dice defender el propio Gobierno de Trump. Respecto a la cooperación energética con Cuba dijo que «Siempre nosotros haremos cumplir los compromisos venezolanos y, por supuesto, los compromisos con los pueblos hermanos como Cuba y con el pueblo venezolano».

El canciller cubano Bruno Rodríguez Parrilla expresó que el «Ataque contra PDVSA y sus buques es un acto de piratería».

Ante la imposibilidad de desalojar a los revolucionarios bolivarianos del poder en Venezuela por la vía del cerco económico, la administración Trump busca afectar más aun la economía cubana.

Resumiendo lo expuesto, el imperio norteamericano persiste hoy en tratar de aniquilar por cualquier medio a Cuba y Venezuela y lo proclama con insolente arrogancia. Enmascarado burdamente como “Asistencia a la democracia”, pregona el regreso de nuestros pueblos al capitalismo en su expresión más brutal y bajo el yugo de los Estados Unidos.

Al respecto, estamos seguros que «más tarde o más temprano se impondrá la justicia» ante las nuevas «atrocidades perpetradas por el gobierno fascista de los Estados Unidos que se comporta como una mafiosa cuadrilla de vulgares piratas.

En este sentido, Donald Trump y sus viles secuaces deberían recordar el oscuro final de muchos de estos forajidos que terminaron sus correrías en el banquillo de los acusados. entre ellos, el inglés Walter Raleigh que inició en 1617 una expedición en la Guayana (actual Venezuela), donde por cierto esperaba descubrir minas de oro, y tomó posesión a punta de pistola de parte de ese país en nombre de Inglaterra.

Tras destruir algunos establecimientos en el río Orinoco, ¡fue detenido, juzgado sumariamente y luego decapitado!

fin

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