El gobierno de Estados Unidos ofrece 2 millones de USD como “ayuda humanitaria” para paliar los daños ocasionados por el huracán Ian en la región occidental de Cuba. Esto, en mi opinión, es un acto de desvergonzado cinismo, portador de una esencia de politiquería sucia, dirigido a crear la ilusión mediática de un gesto de buena voluntad.

Mucho daño le ha causado y le continua causando el imperio al pueblo cubano con: su cruel bloqueo, sus agresiones, el financiamiento de programas con los que ha pretendido y pretende subvertir el orden interno del país, el aliento, la tolerancia y apoyo a acciones de carácter terrorista, planificadas desde su territorio contra Cuba y que tantas vidas han costado, así como, con sus intentos de crear las condiciones para la realización de lo que se ha dado en llamar golpe blando, con el objetivo de derrocar al gobierno legítimamente elegido, por la voluntad soberana del pueblo al que hipócritamente dice, querer ayudar; para que ahora se aparezca con 2 millones haciéndose el Mesías.

En esta como en otras ocasiones el imperio actúa con total impudicia.

Así, el portavoz del Departamento de Estado de EE. UU. Ned Price al anunciar la “ayuda”, manifestó a la prensa que, ese dinero se canalizaría por medio de la Agencia Estadounidense para el Desarrollo Internacional (USAID por sus siglas en ingles), a la cual, según el vocero, ya se habían dirigido organizaciones como la Federación Internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja (IFRC) con solicitudes para prestar asistencia, se infiere que a los afectados. Resulta ofensiva la designación de la USAID como depositaria y distribuidora de los 2 millones de “ayuda”, partiendo del hecho de que ella, durante décadas, ha cumplido y cumple similares funciones, pero con los fondos que, el gobierno norteamericano ha dedicado y dedica a programas de subversión contra Cuba.

Price para rematar dice, “Estados Unidos está brindando una ayuda crucial”, es decir que es decisiva para paliar los daños ocasionados por Ian. Indigna el irrespeto que encierra tal afirmación que, desconoce conscientemente la magnitud de las afectaciones y los muchos millones que será necesario invertir para eliminarlas, los cuales en su inmensa mayoría correrán a cargo del estado cubano. Esa aseveración del vocero representa la pretensión del imperio de hacerse aparecer como el salvador de los damnificados.

Pero la historia no defiende al supuesto “benefactor”.

Solo desde 1996 y hasta el 2021, el Congreso norteamericano asignó aproximadamente unos 404 millones de dólares para financiar ese tipo de programas. Una buena parte del dinero fue a parar a la USAID, la cual se encargó de distribuirlo entre los diferentes proyectos que esa agencia desarrolla contra Cuba.

Acorde con el doblez y la tradicional inmoralidad que caracteriza la conducta de los políticos norteamericanos, el mismo presidente que hoy nos ofrece 2 millones de “ayuda”, en 2021 solicitó al Congreso de su país, un presupuesto de 20 millones de dólares para la ejecución en 2022 de los mencionados programas. Además, pidió cerca de 13 millones para las transmisiones ilegales de las mal llamadas Radio y TV Martí. Cifra similar a la que había solicitado Donald Trump con iguales objetivos para el 2021.

Hay que recordarle al poderoso vecino del norte que, tal y como se establece en la Demanda que le hizo el pueblo cubano por daños humanos, debe: pagar por el valor de la vida de 3.478 personas fallecidas, a causa de sus actos contra Cuba, bien que resulta imposible de sustituir y, es además invalorable, una cifra total de 104.340 millones de dólares, por el valor de la integridad física ilícitamente quebrantada de 2.099 personas, bien igualmente insustituible, un total de 31.485 millones de dólares y por concepto de indemnización de perjuicios, como retribución de las prestaciones que ha tenido que asumir la sociedad cubana y demás ingresos dejados de percibir por víctimas y familiares, pagar 34.780 millones de dólares por los fallecidos y 10.495 millones por los incapacitados.

Por todo lo anterior nos deben 181.100 millones de dólares estadounidenses.

Además, el bloqueo, según el informe presentado este miércoles a medios de prensa nacionales y extranjeros acreditados en La Habana, por el canciller Bruno Rodríguez Parrilla, ha causado daños acumulados durante seis décadas de aplicación que ascienden a 154 217.3 millones de dólares.

Al valor del oro en el mercado internacional, ha provocado perjuicios cuantificables por más de un billón de dólares (1 391 111 000 000).

Otra astronómica cifra que, gracias a su maldad, inhumanidad y obcecación por destruir a la Revolución, el gobierno estadunidense le adeuda a, quienes durante décadas ha tratado de rendir por hambre y necesidades.

El mencionado informe será presentado a principios de noviembre a la Asamblea General de las Naciones Unidas. Conociendo a nuestro enemigo, no es de dudar que, sus publicitados 2 millones los trate de usar como hoja de parra para tratar de ocultar su felonía, lo cual se correspondería con su manera sucia de hacer política.  

Sí, real y honradamente, los animara el deseo de ayudar a los que tanto mal les ha causado, levantarían el bloqueo, cesarían sus agresiones contra ellos, no permitirían que su territorio fuera utilizado como bases para ellas y pagarían lo que nos deben.  

Se que es demasiado pedirle a un imperio que, en medio de la pandemia, el 18 de noviembre de 2020, denegó a través de su Departamento de Transporte, una solicitud de las charteadoras Skyway Enterprises, Inc. y IBC para operar vuelos a Cuba con carga humanitaria que incluían insumos médicos.

El pueblo cubano tiene memoria.

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