De manera “casual” la Revista de la Asociación Médica Estadounidense (JAMA por sus siglas en inglés) una de las de más amplia difusión en el mundo sobre temas vinculados a la medicina, publica, coincidiendo con el reinicio de los viajes de turismo a Cuba de canadienses, un artículo sobre afectaciones de salud presuntamente experimentados por una ciudadana de ese país durante una visita a nuestra nación de la cual no especifica fecha.

Sorprendentemente en el texto aparecen errores de redacción (se repiten los mismos párrafos varias veces de manera cíclica y compacta), algo que no se corresponde con el alto nivel académico y el rigor profesional que exhibe ese medio.

Da la impresión de haber sido redactado he insertado en la Revista de manera apresurada.  Se puede decir que incluso una revisión poco exigente habría detectado yerros tan evidentes.

El artículo en cuestión lo titulan, Deficiencias neurológicas en un paciente que regresa de Cuba , como se puede apreciar este encabezado acompañado de un texto donde no se define la fecha del hecho, sugiere  la idea que el mismo es de reciente ocurrencia, algo que no resulta cierto como veremos más adelante.

En su contenido se detallan de manera repetitiva todas las pruebas realizadas a la supuesta afectada y se concluye que, los desordenes de salud que presentó pudieran estar asociados a Intoxicación con organofosforados, sustancias usadas entre otros productos en la fabricación de insecticidas.

Esto se corresponde con una teoría expuesta por las autoridades canadienses cuando investigaban de conjunto con la parte cubana, las afectaciones de salud que alegaban habían sufrido miembros de su personal diplomático destacado en La Habana. Concretamente señalaban que las fumigaciones contra el mosquito Aedes aegypti podían ser las causantes de las mismas.

En las pesquisas realizadas por ambas partes no se encontraron evidencias que corroboraran dicha teoría.

Significativamente al hacerse eco de inmediato del artículo publicado por JAMA,  el medio canadiense CTV News tituló su versión, Enfermedad similar al ‘síndrome de la Habana’ golpea a canadienses que regresan de vacaciones en Cuba: estudio de caso . Aun cuando el medio se ve obligado en su texto, por una razón que expondremos posteriormente, a dar algunos elementos que sugieren que no se trata de un evento reciente, la intención es confundir sobre el momento de su ocurrencia, el titulo así lo demuestra.

Además de manera directa se le vincula a las supuestas afectaciones de salud experimentadas por los diplomáticos canadienses y se introduce el mensaje de que más de una persona pudo haber sido dañada.

Pero si no bastara todo esto para entender que algo ocultan estas publicaciones a destiempo, CTV News se encarga de darnos más elementos al asegurar que, “los organofosforados son sustancias que se utilizan incluso en agentes nerviosos como arma”. Recordemos que, uno de los grandes misterios que se han construido alrededor de estos eventos es que un arma desconocida pudo haber sido empleada en ellos.

En este contexto, como era de esperarse el Nuevo Herald de conjunto con toda la escudería mediática de la contrarrevolución replicaron el artículo de JAMA y le adicionaron mensajes dirigidos a reforzar la matriz de opinión de que, se trata de un hecho nuevo. Pero de ellos no vamos hablar, no vale la pena.

¿Cuál es la verdad?

Tal como aclara en un comunicado publicado en medios canadienses este miércoles, por la embajadora de Cuba en ese país, Josefina Vidal, el estudio aparecido en JAMA se refiere al análisis de un hecho aislado  de síntomas de salud reportados por una persona después de una visita  a nuestro país hace más de un año”.

Precisa en su comunicado la diplomática que, se basa en una “teoría similar a otras que ya han sido consideradas sobre una posible intoxicación por exposición a pesticidas” y ratifica que, “Cuba ha sido y sigue siendo un destino seguro para turistas de todo el mundo, incluidos los canadienses”.

Esta oportuna aclaración frenó la construcción de la matriz de opinión de la ocurrencia de un nuevo hecho y obligó a CTV News a tener que matizar su artículo.

¿Por qué en estos momentos se intenta reflotar este tema?

Es conocido que la pandemia de la Covid-19 que enfrenta el país y el mundo, ha generado una crisis económica global que repercute negativamente en la economía cubana y complejiza aun más su situación. El cierre necesario de las fronteras para evitar la propagación de la enfermedad dentro del territorio nacional, y la caída de la actividad turística a nivel internacional a causa de ella, nos privó de los importantes ingresos en divisas que aportaba la misma.

En este escenario, como parte de las medidas previstas para la recuperación de nuestra economía, se decidió reiniciar las actividades de turismo internacional en los cayos de la isla. Acorde con esta política hace solo 6 días aterrizó un avión procedente de Montreal en el aeropuerto del destino turístico Jardines del Rey, con el primer vuelo de turistas canadienses luego de la reapertura al turismo internacional.

No cabe duda entonces que, el retomar de manera manipulada el tema de marras tiene el objetivo de desestimular los viajes turísticos de los canadienses a Cuba  y de esa forma privarnos de los ingresos en divisa que estos generarían y que tanto necesitamos.

Otra pérfida maniobra del imperialismo yanqui que evidencia su falta de principios éticos y valores humanos, mediante la cual trata de rendir a todo un pueblo por hambre y necesidades, secundado y ayudado en este caso, por algunos que se pliegan y responden a él dentro de Canadá y en la Revista JAMA.

La historia de alineamiento y sumisión de la “prestigiosa” Revista a los intereses norteamericanos en esta mala causa no es nueva.

En febrero de 2018 publicamos el artículo, ¿Mala interpretación de datos o investigación sesgada? donde analizamos la manipulación realizada por dicho medio de los resultados de las investigaciones supuestamente realizadas a casos de diplomáticos norteamericanos que referían diversas dolencias que eran asociadas a los llamados “ataques acústicos”.

Como en esta ocasión, resultaba obvia la precipitación en la publicación del artículo, la cual analizando el contexto en que se produjo pudo haber respondido  a varios factores entre ellos: la necesidad de influir en la opinión que se pudieran formar sobre los supuestos “ataques” los miembros de una comisión bicameral de congresistas norteamericanos que visitaba Cuba en esos momentos, así como a la de reforzar ante la opinión pública internacional, la matriz de opinión de que realmente algo les habría ocurrido a sus funcionarios en La Habana, lo que les permitiría argumentar una escalada en su política anticubana. Algo que hemos visto como lo han ido concretando progresivamente.

Fueron tan coincidentes los resultados que se expusieron en ese editorial de JAMA con el discurso oficial de la administración norteamericana que, los autores del mismo se sintieron obligados a aclarar en el descargo de responsabilidades que: “Los hallazgos y conclusiones son los de los autores y no deben interpretarse como reflejos oficiales de las opiniones del Departamento de Estado de EE. UU.” A confesión de partes relevo de pruebas.

Finalmente, los que hoy vergonzosamente abandonan principios éticos y enlodan sus batas blancas, cediendo a presiones y sirviendo de instrumento a lo constituye una agresión contra Cuba, cuando la verdad sea finalmente conocida, pagaran con su prestigio el precio de su indignidad.

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La patria de Martí y Fidel, ni se rinde, ni miente, lo saben canadienses y norteamericanos. La historia dirá la última palabra.

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