El pasado 30 de abril de 2020, en horas de la madrugada, un individuo realizó más de treinta disparos con un fusil de asalto contra la Embajada de Cuba en Washington DC. Afortunadamente no hubo víctimas, pero sí se reportaron daños materiales en el inmueble. Las autoridades policiacas arrestaron al ciudadano Alexander Alazo, de 42 años de edad, vecino de Aubrey, Texas, quien se declaró autor del ataque. El Gobierno de Estados Unidos debe investigar a fondo lo ocurrido y actuar en consecuencia, para que este tipo de hechos no se repita. La historia de agresiones contra representaciones cubanas en el exterior comenzó hace más de sesenta años.

Principales víctimas de las agresiones

La primera agresión contra una representación diplomática cubana tuvo lugar el 1ro. de abril de 1959 cuando un grupo de elementos contrarrevolucionarios asaltó el consulado de Cuba en Nueva York, causando daños materiales de consideración.

El 5 de junio, alrededor de las tres y treinta de la tarde, unos treinta emigrados cubanos encabezados por los ex coroneles batistianos Esteban Ventura Novo y Lutgardo Martín-Pérez, asaltaron la embajada de Cuba en Ciudad Trujillo, portando armas de fuego. Causaron grandes destrozos en el inmueble, pero al retirarse hicieron varios disparos, resultando muerto de un balazo en la cabeza el niño dominicano Ovidio Méndez, de ocho años de edad, quien transitaba por el lugar en compañía de su padre el doctor Luis Ovidio Méndez. En esa ocasión el emigrado cubano Rilde Emilio González Martínez fue herido mortalmente y falleció unas horas después en el hospital. Las autoridades dominicanas hicieron acto de presencia cuando el hecho estaba consumado y la prensa trujillista manipuló la información a su antojo. El cuerpo diplomático acreditado en República Dominicana  protestó por estos hechos.

El 15 de marzo de 1963 los correos diplomáticos cubanos Juan de Dios Mulén Quirós y Enrique Valdés Morgado perecieron  cuando viajaban a bordo de un avión DC‑6, de la compañía aérea boliviana Lloyd, cuando la aeronave se estrelló contra las faldas del volcán Tacora, en Perú, a causa de un acto terrorista. Militares estadounidenses llegaron al lugar del desastre antes que las fuerzas armadas peruanas, evitando que tuvieran acceso a los restos de la aeronave, a los cuerpos de los pasajeros y a sus respectivos equipajes.

El 11 de noviembre de 1964 cuando el comandante Ernesto Che Guevara pronunciaba un discurso como representante de Cuba en la Asamblea General, los terroristas Guillermo e Ignacio Novo Sampoll dispararon con un mortero contra el edificio de las Naciones Unidas.

El 19 de mayo de 1968 por un documento desclasificado del Buró Federal de Investigaciones (FBI) se conoció la existencia de reuniones conspirativas realizadas por el Movimiento Nacionalista Cubano (MNC), en las que intervenían activamente los hermanos Ignacio y Guillermo Novo Sampoll. En uno de esos encuentros un informante del FBI comunicó sobre comentarios realizados acerca de los mejores métodos a ser utilizados en un plan para asesinar al embajador cubano ante la ONU Ricardo Alarcón de Quesada. En aquella conversación se valoró la utilización de un fusil calibre 30,06 con mira telescópica.[1]

El 3 de abril de 1972 estalló una bomba en la oficina comercial de Cuba en Montreal, Canadá, causándole la muerte al funcionario Sergio Armando Pérez Castillo y heridas al consejero comercial Enrique Martínez Noa. La acción fue realizada por el terrorista de origen cubano Juan Felipe de la Cruz, quien murió unos meses después en París cuando preparaba otra bomba para hacerla estallar en la embajada de Cuba.

El 22 de abril de 1976 se produjo la explosión de una bomba en el sexto piso de un edificio de apartamentos donde se encontraba la embajada de Cuba en Lisboa, Portugal, hecho en el que murieron los diplomáticos Adriana Corcho Calleja y Efrén Monteagudo Rodríguez, y resultó herido el funcionario Alberto Álvarez Alfonso.

Los autores intelectuales de este horrible hecho fueron colonos portugueses que sintieron afectados sus intereses por la colaboración internacionalista de Cuba en defensa de la independencia de Angola, y actuando en represalia contrataron a miembros de una red bombista de extrema derecha que funcionaba clandestinamente en Portugal, quienes hicieron estallar la bomba en la sede diplomática cubana.

La perspectiva de acciones violentas contra representaciones diplomáticas cubanas en el exterior adquirió mayor relevancia en el escenario de la Operación Cóndor dirigida por la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y los aparatos represivos de las dictaduras militares de Chile, Argentina, Bolivia, Brasil, Venezuela, Paraguay y Uruguay.

El 15 de julio de 1976 un agente del Buró Federal de Investigaciones (FBI) informó que como resultado de la vigilancia sobre miembros de la organización terrorista MNC, incluidos Guillermo Novo Sampol y José Dionisio Suárez Esquivel, conoció que ese grupo tenía otro plan para asesinar al representante cubano ante la ONU Ricardo Alarcón de Quesada.[2]

El 23 de julio durante el intento de secuestro de Daniel Ferrer Fernández, cónsul de Cuba en Mérida, Yucatán, los terroristas Gaspar Jiménez Escobedo, Orestes Ruiz Hernández y Pablo Gustavo Castillo Díaz hicieron uso de sus armas causándole la muerte al técnico de la Flota Camaronera del Caribe Artaigñán Díaz Díaz, un trabajador cubano que tenía previsto regresar junto a su familia en Cuba dos días más tarde.

El 9 de agosto de 1976 los funcionarios cubanos Jesús Cejas Arias y Crescencio  Galañena Hernández, acreditados ante la embajada de Cuba en Argentina, fueron secuestrados por una “fuerza de tarea” de los golpistas argentinos y trasladados al Centro Clandestino Automotores Orletti, un taller de mecánica convertido en prisión secreta. Allí fueron torturados, asesinados, introducidos en tanques de lubricantes mezclados con cemento y cal, y abandonados en un basurero al norte de Buenos Aires donde fueron encontrados e identificados al cabo de 35 años.

El 4 de diciembre de 1977 el embajador cubano en Japón Mario García Incháustegui y su esposa Gladys Delgado Ortiz, se dirigían a Malasia (donde Incháustegui era representante concurrente), en el vuelo 653 de Malasia Air Lines con cien pasajeros a bordo. Durante un accidente aéreo que se produjo tras haber sido secuestrada la nave, perdieron la vida.

El 25 de marzo de 1980 los terroristas de Omega-7 Eduardo Arocena y Pedro Remón Rodríguez fijaron una bomba con un dispositivo magnético debajo del tanque de gasolina del auto del embajador cubano Raúl Roa Kourí, pero esta se cayó sobre el asfalto y no pudieron accionar el mecanismo de control remoto.

El 11 de septiembre de 1980 alrededor de las seis y treinta de la tarde en la esquina de Queens Boulevard y la calle 55, en el barrio neoyorquino de Queens, el diplomático cubano Félix García Rodríguez, acreditado en la Misión de Cuba ante la ONU, recibió dos balazos en la cabeza a manos de Pedro Remón Rodríguez y Eduardo Losada Fernández, terroristas de origen cubano que viajaban a bordo de una moto, quienes lo interceptaron en el semáforo, le dispararon y huyeron a toda velocidad. Omega-7 se adjudicó este asesinato, un hecho que conmocionó a la comunidad diplomática acreditada en Estados Unidos.

Otros funcionarios cubanos resultaron heridos

El 5 de junio de 1959, en horas de la mañana, fueron agredidos los diplomáticos cubanos Juan José Díaz del Real y Mario Rivas Patterson, cuando se encontraban haciendo gestiones oficiales en el Banco de Reservas de Ciudad Trujillo, en República Dominicana. El encargado de negocios Díaz del Real acusó al Gobierno trujillista de actuar en contubernio con los asaltantes, y denunció que estaban encabezados por los criminales de guerra batistianos Esteban Ventura Novo y Roberto Martín-Pérez.

Ese mismo día un grupo de batistianos apalearon al cónsul cubano en Miami, Alonso Hidalgo Barrios, quien resultó herido de suma gravedad, y tuvo que ser hospitalizado.

El 27 de enero de 1960 resultó herido el funcionario diplomático Ángel Falicio, secretario del consulado de Cuba en Nueva York.

El 26 de julio se produjo una provocación contra la embajada de Cuba en Washington, cuando un grupo de batistianos arrojaron piedras, distribuyeron propaganda contra Cuba, y colocaron letreros con frases contrarrevolucionarias.

El 13 de octubre de 1960 el cónsul general de Cuba en Miami, Abelardo León Blanco, fue lesionado cuando varios contrarrevolucionarios de origen cubano, portando pistolas, irrumpieron violentamente en el consulado de Cuba, agredieron a los funcionarios, destrozaron el mobiliario, arrancaron los teléfonos, destruyeron el teletipo, saquearon los archivos, sustrajeron la documentación oficial, y se apropiaron del dinero de la recaudación consular.

El 10 de noviembre de 1960 en San Juan, Puerto Rico, resultó herido Guillermo Martín Carrera, funcionario del Banco de Comercio Exterior de Cuba, al ser agredido por elementos batistianos.

El 13 de mayo de 1961 fue agredido y lesionado el funcionario cubano Luis Céspedes acreditado ante la Organización de Naciones Unidas (ONU). Cinco días después  también fue agredido Julián Sosa, acreditado en el mismo organismo internacional.

El 25 de mayo fue secuestrado Gregorio Amor, chofer de la embajada de Cuba en Panamá, quien horas después apareció con señales de haber sido fuertemente golpeado por sus captores.

El 17 de noviembre de 1962 un grupo de elementos contrarrevolucionarios atacó a varios funcionarios de Cuba acreditados ante las Naciones Unidas, en Nueva York, resultando heridos los diplomáticos Roberto Santisteban Casanova, Antonio Suegro y José García Orella.

El 17 de septiembre de 1963 varios elementos de la organización terrorista Movimiento Nacionalista Cubano (MNC), agredieron a miembros de la delegación de Cuba a la Asamblea General de la ONU, en Nueva York.

El 3 de abril de 1967 resultó herido el encargado de negocios de Cuba en la ONU Nicolás Rodríguez Astiazaraín, como consecuencia de la explosión de una bomba colocada en el interior de un libro enviado al despacho del embajador Ricardo Alarcón de Quesada.

El 10 de septiembre de 1973 fue tiroteada la embajada de Cuba en Santiago de Chile, causando cuatro heridos. Después del golpe fascista que derrocó al presidente Salvador Allende el embajador cubano en Santiago de Chile Mario García Incháustegui fue rescatado por sus compañeros, cuando efectivos del ejército pinochetista le dispararon en el momento en que se dirigía a parlamentar sobre las garantías de seguridad para los funcionarios acreditados en la embajada de Cuba en ese país.

El 20 de enero de 1974 Luis Mariano Mustelier Estrada, funcionario de la embajada de Cuba en Buenos Aires, Argentina, resultó herido al estallar en sus manos el detonante de una carga explosiva que había sido colocada dentro de un paquete enviado por el correo postal procedente de México.

El 5 de febrero, en horas de la tarde, Pilar Ramírez Vega, secretaria de Antonio Núñez Jiménez, embajador de Cuba en Lima, Perú, resultó herida de suma gravedad al estallar en sus manos un libro que portaba una poderosa carga explosiva, recibido por el correo postal procedente de México.

En 1974 el terrorista Orlando Bosch Ávila admitió haber enviado libros-bombas a las embajadas de Cuba en Perú, España, Canadá y Argentina.[3]

El 13 de agosto de 1975 un comando de la organización terrorista Acción Cubana, procedente de Miami, con el apoyo de organizaciones fascistas argentinas, disparó contra el automóvil de Emilio Aragonés Navarro, embajador de Cuba en Buenos Aires, cuando éste se disponía a entrar en el parqueo de la sede diplomática. Sus acompañantes ripostaron la agresión, y el embajador resultó ileso.

El 3 de marzo de 1976 la organización terrorista Frente de Liberación Nacional Cubano (FLNC) se acreditó el envío de una carta-bomba a la misión de Cuba ante la ONU en Nueva York, que ocasionó daños considerables y un funcionario herido.

El 8 de junio de 1978 estalló un artefacto explosivo en el edificio de la Sección de Intereses de Cuba en Washington, ocasionando daños materiales de consideración. La organización terrorista Coordinación de Organizaciones Revolucionarias Unidas (CORU) se atribuyó este hecho.

El 4 de enero de 1979 tuvo lugar otro atentado dinamitero contra la misión de Cuba ante las Naciones Unidas, en Nueva York.[4]

El 18 de mayo miembros de Omega-7 lanzaron un artefacto explosivo contra la Sección de Intereses de Cuba en Washington, que al estallar causó considerables daños materiales en el inmueble.

El 19 de octubre terroristas anticubanos colocaron una bomba junto al edificio de la representación cubana ante las Naciones Unidas, en Nueva York. Una semana después colocaron otra bomba en el mismo lugar causando daños materiales.

El 7 de diciembre de 1979 miembros de Omega-7 colocaron otra bomba en la representación cubana ante las Naciones Unidas en Nueva York, donde resultaron heridos dos policías estadounidenses.

El 5 de enero de 1997 un grupo de elementos contrarrevolucionarios atacó a pedradas la Sección de Intereses de Cuba en Washington, causando daños en los cristales de las ventanas y otras áreas del inmueble.

Durante el 12 y el 13 de julio de 1998, el diario The New York Times publicó dos artículos basados en una entrevista realizada al connotado terrorista Luis Posada Carriles. El primer día declaró: “La CIA nos lo enseñó todo, cómo usar explosivos, cómo matar, hacer bombas… nos entrenaron en actos de sabotaje”. Al día siguiente reconoció su participación directa en numerosas acciones subversivas contra Cuba, el apoyo recibido de la Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA) y “su vieja relación con las agencias norteamericanas de inteligencia y los órganos encargados de hacer cumplir la ley”.

Conclusiones preliminares

Generalmente estas agresiones han sido concebidas, organizadas y financiadas por la extrema derecha de origen cubano radicada en la Florida, y ejecutadas por organizaciones anticubanas de carácter terrorista entrenadas por los servicios de inteligencia norteamericanos, que extendieron su radio de acción por naciones de América Latina y la región del Caribe, incluyendo el territorio de los Estados Unidos, llegando a naciones de Europa, Asia y África.

Mientras ocurrían estos acontecimientos contra Cuba en diversas latitudes, en La  Habana y otras ciudades del interior, las representaciones diplomáticas extranjeras han disfrutado de todos sus derechos para realizar su labor, y ninguno de sus funcionarios ha sido molestado. La larga historia de más de 90 agresiones contra nuestras embajadas y unas 30 contra nuestros consulados en distintos países, donde más de 40 funcionarios cubanos han sido agredidos, ya es demasiado extensa. Esperamos que no continúe incrementándose.


[1] Informe desclasificado del FBI. Reporte of William J. Davis, 11 de mayo de 1968. Field Office File 105-16324, Bureau File 97-4194, Title: Cuban Nationalist Movement, Character: Internal Security Cuba, Registration Act Cuba, Neutrality Matters.

[2] Informe desclasificado del FBI. NM 105-1742, p. 6 y 7. Documentos originales enviados al Archivo Nacional de Seguridad JFK ARCA. 2 de agosto de 1996. (Orlando Bosch Ávila).

[3] Departamento de Justicia de Estados Unidos, Buró Federal de Investigaciones, Miami, Florida, 16 de agosto de 1978, Desclasificado por 5668/SLO/JC el 14 de agosto de 1991, 86-0132.

[4] Documento A/AC 154/178 del 4 de enero de 1979.

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