Si usted tenía alguna duda del verdadero rostro de los supuestos «opositores» del gobierno revolucionario, basta con las recientes actividades escenificadas para constatar no solo sus verdaderos objetivos desestabilizadores y destructivos, sino una conducta oportunista, baja, ruin y traicionera. Por muy doloroso que sea, muchas veces es conveniente que sucedan estas cosas y que no venga nadie a contarlo, sino que usted mismo, con sus propios ojos, lo pueda ver. Somos testigos de cómo los odiadores continúan cavando su propia tumba.

Sí, así mismo. El restablecimiento de los daños causados por el huracán Ian es complejo, lleva tiempo y cuantiosos recursos materiales para lograrlo.

Paralelamente escuchaba las noticias de los daños causados por el propio fenómeno atmosférico en los Estados Unidos, en particular en el sector eléctrico. Solo en el Estado de la Florida, más de 2.5 millones de habitantes quedaron sin electricidad. El presidente solicitó ayuda federal, declarándolo como el mayor desastre en la historia de ese territorio. Por su parte, el Gobernador del Estado declaraba que la recuperación llevaría mucho tiempo. Y estamos hablando del país más rico del planeta, donde el registro de muertos llegó a 77 personas y restan decenas de desaparecidos.

Ante este triste escenario a nadie se le ocurriría convocar a ciudadanos estadounidenses para que salieran a las calles a protestar. Además de no tener lógica de ningún tipo, por la falta de sentido común, sería una clara expresión de odio hacia ese pueblo. Desde la Revolución cubana siempre se ha educado a nuestro pueblo estimulando el amor por los demás. Con el pueblo estadounidense nos unen lazos históricos, sociales y de sangre.

Por eso, frente a este desastre natural, una vez más me hago eco de la convocatoria del profe Carlos Lazo para tender puentes de amor entre ambas orillas.

Dejar respuesta

¡Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí