La pandemia del Covid-19 ha desmoronado la economía mundial, debido al confinamiento necesario, el cierre de fábricas y centros de servicios para evitar contagios y muertes.

Quienes se opusieron a esa única forma real de evitar la expansión del virus, pagan caro su mala decisión y en eso Estados Unidos es el ejemplo evidente, al negarse su Presidente al empleo obligatorio de las mascarillas y el confinamiento, de ahí que, siendo el país más poderoso, es el que acumula más enfermos y muertos.

Para quienes tienen al turismo como fuente de sus ingresos, la situación ha sido terrible y Cuba es una de esas naciones, que unido a las fuertes sanciones que le impone continuamente Estados Unidos, hacen que el descenso de su Producto Interno Bruto sea mayor.

Las cifras actuales lo confirman:

Desde el 11 de marzo hasta el 20 de julio del 2020, 2 mil 446 cubanos diagnosticados con la enfermedad y solo 87 fallecidos, cifras muy diferentes a otros países, inclusos del primer mundo.

Hasta el 19 de julio se reportan 185 países con casos de Covid-19, 14 millones 267 mil 093 de casos confirmados, y 601 mil 934 fallecidos.

La región de las Américas acumula 7 millones 593 mil 083 casos confirmados, (el 53,22 del total de casos reportados en el mundo), con 309 mil 632 fallecidos.

El protocolo empleado por Cuba, incorporó medicamentos creados por especialista de la industria biotecnológica de la Isla, pero de esto no se escribe ni una sola letra en los grandes medios de información europeos y estadounidenses, al tener prohibido divulgar la verdad aplastante de un pequeño país, que lleva 60 años soportando las más cruel, inhumana y larga guerra económica, comercial y financiera que jamás haya resistido un pueblo en el mundo.

Sin embargo, como el deseo de los yanquis es que la Revolución cubana debe dejar de existir a 90 millas de ellos, los aliados de Washington cumplen sus instrucciones al pie de la letra, algo que se puede constatar en la decisión de la Unión Europea de no permitir la entrada de cubanos ni de los europeos a la Isla, al no considerarla “un sitio seguro” en estos momentos, a pesar de que, desde hace más de 30 días, no se reportan casos de contagios en 13 de las 14 provincias cubanas y solo La Habana mantiene entre uno y tres casos diario y los detectados, son contactos de contagiados que están ingresados en centros hospitalarios para su observación.

El turismo europeo tiene un fuerte peso en el movimiento hacia las playas cubanas, las que gozan de prestigio internacional por sus aguas cristalinas, arenas blancas y la seguridad que tienen los visitantes, algo poco común en estos tiempos.

Eso motiva que Estados Unidos les imponga a sus aliados que no permitan los viajes a Cuba. Prueba de ellos es la lista recientemente emitida por el Reino Unido, en el sitio web oficial del Gobierno británico, bajo el argumento de que, “la Oficina de Asuntos Exteriores de la Commonwealth evaluó a todos los países y descartó a los que representan un peligro para la nación, entre ellos Cuba”.

En dicho listado sólo permiten los viajes a las islas del Caribe, menos Cuba y República Dominicana.

Las islas del Caribe tienen muchos casos de contagios e incluso algunos de esos gobiernos solicitaron la ayuda médica cubana, ante el colapso de sus limitados sistemas de salud.

Falta de seriedad ante un país que tiene sus cayos paradisíacos y otras zonas de turismo, libres de la enfermedad.

Todo esto es parte de esa guerra económica yanqui para impedir la pronta recuperación económica de Cuba, y después culpar al sistema socialista, como si la gente no se diera cuenta de la crisis que afecta a la Unión Europea y a países latinoamericanos que nunca han sido socialistas.

La orden de Washington es más fuerte que el sentimiento de agradecimiento que tienen muchos británicos, ante el gesto humanitario de Cuba que se arriesgó a permitir el transbordo de un crucero con algunos contagiados, porque ningún país de la región, ni Estados Unidos, aceptó hacerlo.

Recientemente se inició en Londres una campaña promocional para el turismo hacia Cuba, lo que seguramente desató la rabia de los yanquis y la respuesta son las evidentes presiones sobre el gobierno de Boris Johnson, para que no permita los viajes a la Perla del Caribe.

No obstante, esas maniobras sucias, los cubanos mantendrán siempre el decoro, porque como dijo José Martí:

“Cuando hay muchos hombres sin decoro, hay siempre otros que tienen en sí, el decoro de muchos hombres”.

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