El pensamiento martiano forma parte de la Ideología de la Revolución Cubana. Fidel Castro, amplio estudioso de sus ideas y pensamiento, llevó a la práctica todo su legado.
Después del golpe de estado del 10 de marzo de 1952, creó un movimiento revolucionario, que se conoce con el nombre de la Generación del Centenario.
Fidel en su histórico alegato “La historia me absolverá”, dedicó al pensamiento Martiano varios momentos en relación a Martí, (…) Traigo en el corazón las doctrinas del maestro y en el pensamiento las nobles ideas de todos aquellos que han luchado por la libertad de los pueblos (…). Parecía que el Apóstol iba a morir en el año de su centenario, pero no, no ha muerto, vive hoy más que nunca en el corazón de todos los cubanos (…).
Durante el exilio, Fidel Castro rememora las acciones de Martí en la organización de la Guerra Necesaria, como recaudar fondos, organizar la expedición, organizar el plan de alzamiento, entre otras. Al triunfo revolucionario, todos los preceptos martianos fueron cumplidos por el líder de la Revolución:
«Yo quiero que la ley primera de la República sea el culto de los cubanos a la dignidad plena del hombre», eso está presente en la campaña de Alfabetización, los preceptos de la Constitución de la República.
La Batalla de Ideas impulsada por el Comandante, nos hace pensar en la idea de Martí en (…) Ser cultos para ser libres (…)
Martí decía (…) Toda la Gloria del mundo cabe en un grano de maíz (…) y Fidel Castro lo cumplió a cabalidad hasta sus últimos momentos.
Ese es nuestro Fidel, Martiano y Marxista-Leninista y que será nuestro Líder indiscutible durante muchas generaciones de cubanos.
