Por Arthur González.

Buscando como llenarse los bolsillos de dinero, mientras intentan desprestigiar a la Revolución cubana, varios miembros de la mafia terrorista anticubana hacen campañas para enviar a Cuba “ayuda humanitaria” y paliar la “profunda crisis económica” por la que atraviesa debido a la Covid-19.

Hipócritas que apoyan cada medida que aprueba la actual administración de Donald Trump, para incrementar la cruel y despiadada guerra económica, comercial y financiera que pretende matar de hambre y enfermedades a once millones de personas.

Entre los organizadores de esa colecta “humanitaria”, están la organización contrarrevolucionaria Fundación para la Democracia Panamericana(FPLDP), fabricada en el 2015 por un grupo de “preocupados por la opresión y la violación de los derechos humanos en Cuba”, junto al connotado terrorista Ramón Saúl Sánchez Rizo y a Rosa María Payá Acevedo, quienes carecen de moral al apoyar públicamente cada sanción que imponen los yanquis contra el pueblo cubano.

Ramón Saúl tiene denegada su residencia permanente en Estados Unidos por sus antecedentes terroristas y Rosa María es una marioneta al servicio de la mafia anticubana y la CIA, para acciones subversivas contra la Revolución.

En Cuba existe un potente sistema de salud pública gratuita para todos, y al detectar los primeros casos de contagios el 11 de marzo 2020, estableció una estrategia para su enfrentamiento con procedimientos médicos que evitaron el colapso de hospitales, como ocurrió en Estados Unidos, Europa y Latinoamérica.

A pesar de la situación económica que enfrenta la Isla por la guerra económica y financiera, solo reporta 4 mil 309 casos contagiados, 101 muertes y 2 mil 345 personas recuperadas. No hay muertos entre el personal médico y paramédicos, ni en menores de edad.

Sin embargo, Florida acumula 646 mil 431 contagiados y 11 mil muertos, hasta el 07.09.2020, la mayoría de los enfermos no reciben atención hospitalaria; son enviados sus casas sin supervisión médica, ni se investigan sus contactos, lo que amplía el nivel de contagios en una cadena indetenible; situación enmarcada dentro del contexto de esa nación que es el epicentro mundial de la pandemia, con más de un millón de contagios confirmados, más de 60.000 muertes y más de 30 millones de nuevos desempleados.

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