Evo Morales afirmó este jueves que aún es el presidente de Bolivia porque, si bien presentó su renuncia ante el golpe de Estado del 10 de noviembre último, la Asamblea Legislativa Plurinacional no ha aceptado su dimisión.

Morales, quien se encuentra en Argentina en calidad de asilado político, acerca de la orden de aprehensión girada el miércoles último contra él por la Fiscalía boliviana aseguró que, de acuerdo con la Constitución de su país, al presidente le tienen que hacer un juicio de responsabilidad y no un proceso ordinario.

“La orden en mi contra es inconstitucional, ilegal y deben cumplirse los procedimientos”, subrayó Evo, quien fue obligado a renunciar a su cargo el pasado 10 de noviembre presionado por altos mandos militares y de la policía.

Aunque el parlamento de Bolivia recibió la carta de la renuncia obligada del mandatario, en la que explicaba que con su decisión buscaba evitar la violencia y un baño de sangre en su país, hasta el momento los legisladores no se han pronunciado.

“Mi responsabilidad como presidente indígena y de todos los bolivianos es evitar que los golpistas sigan persiguiendo a mis hermanos y hermanas dirigentes sindicales, maltratando y secuestrando a sus familiares”, señala el texto enviado al Senado.

Agregó que “legalmente sigo siendo Presidente. Mi renuncia no fue considerada por la Asamblea Legislativa como dispone el Artículo 161 Numeral 3 de la Constitución”.

Añadió que de haber sido aceptada, tampoco se cumplieron los procedimientos para una sucesión constitucional por lo que Jeanine Áñez se autoproclamó ilegalmente.

En la conferencia esta mañana señaló que se trata de un tema político externo e interno, un golpe internacional.

“El gobierno de facto plantea elecciones transparentes y libres, pero tiene que terminar la persecución política”, subrayó el gobernante al referirse al nuevo proceso electoral tras la anulación de los comicios del 20 de octubre en los cuales resultó ganador.

“Vamos a demostrar jurídicamente que esta orden no es constitucional ni legal y si los golpistas quieren elecciones libres tienen que dejar de perseguir a los exfuncionarios de mi gobierno y a miembros y simpatizantes del Movimiento Al Socialismo (MAS)”, recalcó.

En su opinión, los nuevos comicios en Bolivia a los cuales debe convocar el Tribunal Supremo Electoral en enero próximo, será una elección sin democracia porque el país está bajo una dictadura.

Consideró que con la persistente persecución, aprehensión, denuncias de supuesta corrupción de exmiembros de su gabinete, el gobierno de facto está haciendo una campaña interna para eliminar al MAS.

Sin embargo, Evo expresó su confianza en que el pueblo defenderá el proyecto de cambio iniciado en 2006 en Bolivia.

“Aquí es patria o muerte y como trabajar por los más humildes. Esta batalla jurídica la vamos a ganar”, enfatizó.

Aseguró tener mucho miedo y pena de que después de levantar Bolivia la destrocen, las nuevas generaciones juzgarán cómo la están destrozando.

(Con información de Prensa Latina)

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