Muy poca gente en Cuba sabía quién era José Daniel Ferrer antes de que su nombre y rostro fueran utilizados por los de siempre, en una nueva campaña mediática contra la Revolución.

La respuesta del Estado cubano y de nuestros medios fundamentales de comunicación fue un contundente reportaje que, a modo de denuncia, desmintió las febriles declaraciones sobre torturas, desapariciones y violaciones de derechos humanos que trataban de endilgar a nuestro país.

Ferrer no es un “preso político”.

Actualmente, está en prisión provisional, a espera de juicio por un delito de lesiones. La denuncia fue hecha por un ex miembro de Unpacu, la organización que “dirige” Ferrer. El reportaje, que fue exhibido por primera vez en el Noticiero Estelar, contiene también declaraciones de otros ex miembros de dicha “agrupación” sobre el carácter violento e irascible del contrarrevolucionario.

La denuncia pública también sirvió para mostrar a un Ferrer saludable, con buen peso corporal, visitado por sus familiares; todo lo cual desmiente por completo las falacias que intentaban vender los enemigos de la Revolución: que si Ferrer estaba muriendo de inanición, que si enfermo, que si nadie de su familia sabía dónde estaba, que si ilegalmente detenido e, incluso, secuestrado.

Pero claro, lo más sonado del reportaje no fue eso.

La imagen que sin dudas quedó prendida en la memoria de todos aquellos que vieron la denuncia fue la de José Daniel Ferrer autoagrediéndose para incriminar a otro oficial. Tras pegarse par de cabezazos contra una mesa, Ferrer pronunció la infame frase: “Quiñones me está metiendo”.

Las redes sociales tuvieron a bien reseñar ese pasaje y los memes abundaron. Etiquetas (#QuiñonesMeEstáMetiendo), memes, chistes, videos satíricos… Se puede decir con seguridad que José Daniel Ferrer es un cadáver político: se puede regresar de muchas cosas, pero no del ridículo.

Sin embargo, para su eterno escarnio, el Parlamento Europeo, en su última sesión, aprobó una resolución “exigiendo” la liberación de Ferrer. La habitual retórica de acusar a Cuba de violar los derechos humanos se complementó esta vez con amenazas expresas a “romper” con el Tratado de Cooperación entre nuestro país y la Unión Europea.

Muchos diputados de este Parlamento se expresaron en contra (la Resolución fue aprobada por un 56%) y la Asamblea Nacional del Poder Popular la rechazó por “su contenido injerencista y lesivo a la soberanía cubana,  con absoluto desconocimiento de nuestra realidad”.

Pero para nuestro pueblo ha quedado claro como el agua que sujetos como José Daniel Ferrer no son más que delincuentes de poca monta, metidos al “negocio” de la subversión contra Cuba por intereses materiales.

Y, de paso, ha quedado ratificado que Ferrer podrá tener la cara dura (literal y metafóricamente hablando), pero se queda corto cuando se compara con esos políticos europeos, que convenientemente atacan a nuestro gobierno pero se hacen los desentendidos cuando de Bolivia, Ecuador o Chile se trata.

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