En varios artículos hemos afirmado con fundamentos irrebatibles que Donald Trump, el corrupto presidente de EE.UU, es un campeón de las mentiras, además de otras aberradas desviaciones de su controvertida personalidad narcisista. Sin embargo, tal parece que su Secretario de Estado, Mike Pompeo, intenta quitar a su jefe la primacía en lo que a calumnias, descaro y cinismo se refiere, imponiendo un nuevo récord en materia de engaños, falacias y desinformación.   

Para ello, acaba de decir que las protestas populares en Latinoamérica no son democráticas

Si tal expresión parece ridícula y descabellada, peor es que añadió que Washington no permitirá que dichas protestas se conviertan en revueltas.

En concreto el secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, acusó el lunes a Cuba y Venezuela de intentar sacar provecho de las protestas democráticas en América Latina, y dijo que Washington apoyará a los países que intenten impedir que la agitación que vive la región se convierta en revueltas.

¿Qué significa esta brutal amenaza? ¿Acaso anuncia que la Casa Blanca está dispuesta asacar de nuevo los gorilas de sus jaulas como en la época de Pinochet y el Plan Cóndor para reprimir a los pueblos latinoamericanos y preservar sus intereses inundando de sangre y desaparecidos la región?.  

Lo que sucede hoy en Bolivia, Ecuador, Chile y Colombia parece confirmar esta triste realidad.

El preocupante anuncio fue hecho este lunes por Mike Pompeo, durante una conferencia de prensa en el marco de una visita a la sede de la Universidad de Louisville, localizada en el estado de Kentucky.

Pompeo afirmó que la protesta pacífica contra las políticas neoliberales de los mandatarios de Ecuador, Chile y Colombia – aliados a la administración Trump- «no expresan la voluntad democrática del pueblo».

En paralelo, el mandatario estadounidense Donald Trump firmó una orden ejecutiva para sancionar a una entidad de Nicaragua y a 10 altos miembros del Estado nicaragüense, como parte de su estrategia para perjudicar a la administración del presidente Daniel Ortega.

Al final, hay que agradecer a Pompeo por estas descarnadas declaraciones, pues con ellas acaba de quitar de una vez la careta al Imperio yanqui.

Si alguien tenía dudas sobre las verdaderas intenciones de la Casa Blanca en América Latina ahora todo está claro: aplicar la injerencista Doctrina Monroe hasta sus últimas consecuencias, lo que equivale a extender su dominación fascista cueste lo que cueste.

O sea, ¡todo lo contrario a la democracia que asegura defender!.

Odio visceral contra la revolución cubana

Desde hace semanas, la Casa Blanca ha realizado declaraciones responsabilizando a Cuba de promover la ola de manifestaciones que se han desarrollado en varias naciones latinoamericanas, como protesta a las recias medidas económicas impuestas por los gobiernos derechistas del continente.

El Secretario de Estado incrimina a la nación caribeña por su política de principios de respaldo al proceso bolivariano en Venezuela y de rechazo al golpe de Estado en Bolivia, durante el cual, los médicos cubanos que prestaban servicio solidario en el país andino fueron acusados de financiar las protestas que se sucedieron tras la renuncia forzosa de Evo Morales.

Al respecto Bruno Rodríguez Parrilla, ministro cubano de Relaciones Exteriores, calificó este lunes de mentiroso al secretario de Estado norteamericano, Mike Pompeo, quien acusa a la Isla de provocar protestas y rebeliones en Latinoamérica.

En su cuenta oficial en Twitter, el Canciller antillano escribió:

“Pompeo miente de forma desvergonzada cuando imputa a #Cuba la justa y legítima protesta de los pueblos latinoamericanos vs las salvajes políticas neoliberales y la brutal represión. Cesen la Doctrina Monroe, la dominación y la intervención imperialista en AL.”

— Bruno Rodríguez P (@BrunoRguezP)

Una siniestra campaña de sucias falsedades

La campaña de infames falsedades contra la mayor de las Antillas forma parte de la nueva estrategia imperial para desmoralizar y tratar de socavar la imagen del país antillano ante la comunidad internacional, con el fin de arreciar aún más los daños bloqueo económico, comercial y financiero que por casi seis décadas asfixia a los cubanos.

El miércoles pasado Cuba acusó a Estados Unidos de implementar una secuencia irracional de medidas de recrudecimiento del bloqueo y mentiras en busca de pretextos que conlleven al cierre de sus respectivas embajadas, abiertas en 2015.

Rodríguez Parrilla advirtió que el eventual cierre de las misiones diplomáticas es contrario al deseo de ambos pueblos, de los cubanos residentes en territorio estadounidense y de la comunidad internacional.

Un Imperio Antidemocrático

Los Estados Unidos venden al mundo que ellos son los campeones de la democracia y las libertades civiles de sus ciudadanos.  Según los voceros del gobierno de este país, ellos les pueden dar lecciones de cómo se deben de respetar los derechos humanos a todas y cada una de las naciones que se reparten el planeta.  

Pero en ese país, en honor a la verdad, lo que existe es la tiranía de una plutocracia, es decir, un sistema en el cual el gobierno lo ejerce el dinero y aquellos que lo tienen en abundancia.

Y esta afirmación no se desprende simplonamente de una crítica sin base del modelo político de ese país, sino del análisis de cómo se triangulan los recursos económicos de los contribuyentes estadounidenses, a fin de que sigan mandando los que siempre lo han hecho, por los siglos de los siglos.

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