Enclavado en la carretera Beltrán, del municipio de Bejucal, en Mayabeque, el Centro Nacional de Biopreparados (BIOCEN) mantiene sus altos estándares de calidad y cantidad en la producción del fármaco que, desde hace un tiempo, se impone como uno de los medicamentos más efectivos en la batalla mundial contra el nuevo coronavirus.

En sus plantas parenterales (medicamentos inyectables), nuestro Interferón Alfa 2b recombinante termina su cadena productiva antes de salir al mercado en sus dos presentaciones, la líquida y la liofilizada (polvo que se reconstituye antes de inyectarse), y durante este proceso es tratado por manos altamente calificadas, que garantizan un producto puntero en el tratamiento al virus sars Cov-2, cuando aún en el mundo no se encuentra una vacuna.

De acuerdo con Tamara Lobaina Rodríguez, directora general de la institución, el complejo científico industrial, desde su fundación en 1992, ha llevado adelante el cometido de darle salida productiva a un conjunto de investigaciones generadas por nuestros principales centros de biotecnología, entre los que destacó al Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB), al Centro de Inmunología Molecular y al Instituto Finlay.

«Entre las misiones que se le ha dado al Biocen, desde el momento en que apareció la covid-19, que afecta a nuestro país y al mundo, está la fabricación de dos de los 22 productos para combatirla: el Interferón líquido recombinante, del cigb, y la Biomodulina t, un producto propio de nuestro centro», aludió.

Lobaina Rodríguez insistió en la efectividad antiviral del interferón que se produce en el Biocen, probada desde el año 1982, según refieren las investigaciones del centro y las experiencias relativas a su uso contra múltiples afecciones.

Producciones del Biocen: sin prisa, pero sin pausa

De cara a la batalla contra la pandemia, que en Cuba tiene a este centro de referencia como asegurador insigne de varios fármacos, Gabriel González García, director de producción del Biocen, explicó que esa institución «tiene una alta responsabilidad con cada producto que aquí se fabrica, ya que son fármacos inyectables que requieren un alto control higiénico y de esterilización. Actualmente contamos con la capacidad necesaria para producir todo el Interferón alfa 2b recombinante que se requiera para combatir la covid-19, y nuestros niveles productivos alcanzan los 50 000 bulbos diarios en la forma líquida del compuesto; en tanto, del liofilizado, se logran 40 000 semanalmente», puntualizó.

Asimismo, el directivo añadió que este centro es el único del país con la licencia para producir Interferón en sus dos formas, y que, para el mes de abril, se validará una nueva línea de llenado que hará posible la producción de 100 000 bulbos diarios de la variante líquida del fármaco.

Por su parte, Humberto Pérez de la Concepción, jefe de las plantas de producción de parenterales del Biocen, se refirió a las estrictas normas de seguridad que se acatan en las instalaciones, las cuales son sometidas anualmente a una inspección por parte del Centro para el Control Estatal de Medicamentos, Equipos y Dispositivos Médicos (Cecmed), de modo que se garantiza la óptima calidad del producto final. Aludió a elementos puntuales de la producción de este fármaco, que valida a Cuba como potencia biotecnológica a nivel mundial.

«La producción de Interferón alfa 2b recombinante consta de varias etapas. Primero se formula el producto con el ingrediente farmacéutico activo, que nos llega del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (cigb). Después del proceso de formulación –donde se le añaden aditivos al ingrediente farmacéutico para que mantenga su estabilidad en el tiempo–, se pasa a la zona de llenado, donde se vierte el interferón en los viales (bulbos), y finalmente se inspecciona», explicó.

De acuerdo con el ingeniero, el 100 % de las unidades pasa por una inspección visual donde se rechazan los viales que tengan algún tipo de anomalía, tanto interna como externamente. Los bulbos aceptados –dijo–, son los que pasan al proceso de envase final, donde se les añade la presentación del producto para su salida a los mercados nacional e internacional.

Pérez de la Concepción acotó que el Biocen acoge un gran surtido de compuestos de los principales centros biotecnológicos del país, entre los cuales se encuentran algunos de los fármacos que Cuba utiliza en el tratamiento a la covid-19. «Acabamos de producir un lote de Surfacen –dirigido tradicionalmente al síndrome de dificultades respiratorias de los recién nacidos–, que constituye uno de los medicamentos para tratar la enfermedad en la isla».

«No podemos dejar de mencionar que este es un centro con un sistema de calidad establecido por más de 20 años, basado en las buenas prácticas de fabricación farmacéuticas, y que es inspeccionado tanto por el Cecmed, como por autoridades regulatorias de otros países adonde exportamos nuestros productos».

Como respuesta a la interrogante de si el centro estaba preparado para producir y garantizar los encargos de la exportación en tiempos de pandemia, el directivo refirió: «No es nada nuevo para nosotros trabajar bajo presión y contra demanda. Se ganan licitaciones en varios países, y estos términos incluyen las cantidades pactadas y el tiempo límite para la entrega».

El también máster en biotecnología, añadió que la entidad contratante, el cigb, ha solicitado un pedido inicial del fármaco para cubrir la demanda internacional del producto, solicitado hasta la fecha por 45 países de todo el mundo. Señaló que esta cifra puede materializarse o no en dependencia de cómo se manifieste la pandemia de la covid-19, al tiempo que destacó que el Interferón alfa 2b se utiliza normalmente en el tratamiento de infecciones virales.

El especialista ratificó que la demanda nacional, la cual incluye estimados del fármaco a utilizar en caso de que la enfermedad se esparza más de los previsto, está totalmente garantizada.

En los últimos años, en las plantas productivas de Biocen, se han fabricado productos de alto valor agregado como son: Heberprot-P, Heberbiovac hb, Heberferon, Heberkinasa, Heberpenta-l, Quimi-Hib, Heber-Nasvac, del CIGB; las vacunas Vax men (acw y acw 135), VAMENGOC bc®, vax (tet y tet-5), del Instituto Finlay;  iorEpocim, cimaher (Nimotuzumab), CIMAVax e iorLeukocim, del CIM; entre otros.

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