por Cristóbal León Campos[1]

El fascismo desenfrenado en Bolivia antes y después del golpe de Estado contra el gobierno legítimo de Evo Morales, comienza a poner en práctica el manual impuesto desde Washington; la calumnia como recurso político; la represión a cualquier manifestación solidaria; la creación imaginaria de un enemigo externo que justifique (según ellos) el incremento de la violencia en las calles y de las formas represivas en todos los niveles de la vida pública y privada; la provocación abierta y descarada contra aquellos que considera sus adversarios; la ruptura de relaciones diplomáticas con países socialistas u opositores del imperialismo; la salida de Bolivia de organismos internacionales cuyo eje central es el apoyo común y el desarrollo regional como el ALBA y la UNASUR; además, del reconocimiento y establecimiento de alianzas con grupos opositores al interior de naciones contrapuestas al fascismo tal y como se ha efectuado con el ridículo auto-reconocimiento de dos auto-impuestos, Jeanine Áñez y Juan Guaidó (dos verdaderos guasones vestidos de traje imperial), todo esto, con el silencio beneplácito de la Organización de los Estados Americanos (OEA) y el aplauso apasionado del imperio estadounidense.

En ese contexto de aceleración conservadora y de exacerbación fascista, el poder usurpador e ilegitimo de Bolivia, ha atentado contra la integridad física, moral y ética, de los integrantes de la Brigada Médica Cubana, que desde el 2005 con el inicio de la Operación Milagro, ejercen la solidaridad internacionalista y revolucionaria otorgando atención y cuidados de salud a toda la población boliviana.

El pasado 13 de noviembre, cuatro integrantes de la brigada médica fueron detenidos de forma arbitraria e ilegal; Amparo Lourdes García Buchaca; Idalberto Delgado Baró; Ramón Emilio Álvarez Cepero y Alexander Torres Enríquez.

Posteriormente, fue detenida la coordinadora de la brigada, Yoandra Muro Valle, quien fue liberada horas después de haber sido interrogada y revisada bajo procedimientos propios para criminales.

Ante estos hechos, el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, denunció el acoso y los malos tratos sufridos por los médicos diciendo que: “Cuba denuncia acoso y maltrato a nuestros médicos en Bolivia. En nombre de ninguna ideología política, el odio puede dañar a quienes se han consagrado a dar vida y salud a los humildes”.

Cuba ha decidido por cuestiones de seguridad retirar a los 725 médicos que prestan sus servicios en Bolivia.

El Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba, mediante un comunicado: “llama a las autoridades de Bolivia a detener la exacerbación de irresponsables expresiones anticubanas y de odio, difamaciones e instigaciones a la violencia contra los cooperantes cubanos, quienes han brindado su aporte solidario a la salud de ese hermoso pueblo boliviano. Los millones de bolivianos que han recibido la altruista atención de los cientos de médicos cubanos, conocen perfectamente que las mentiras no podrán ocultar la meritoria contribución y noble propósito de nuestros profesionales de la salud”.

Los médicos cubanos son reconocidos internacionalmente por sus actos de humanidad, por su integridad moral y ética, por su lealtad a los profundos valores revolucionarios inculcados bajo el ideal fidelista de compromiso con los desposeídos. Son reales servidores del bienestar, exponen su propia salud para ingresar a territorios olvidados por los gobiernos, las grandes trasnacionales que comercian con las medicinas y los partidarios de la privatización de la salud.

Nadie como ellos arriesga todo por atender a la población de cualquier país en lugares absolutamente adversos. Van sin miedo o duda a donde ni los médicos de los propios países en que se encuentra la brigada van. Son reales continuadores del ejemplo de José Martí quien dijera: “Hacer es la mejor forma de decir”.

Los médicos cubanos no andan presumiendo actos: hacen los actos heroicos en silencio, sin cámaras o propaganda; lo hacen porque esa es su forma de amar a la humanidad, pues el postulado revolucionario es ante todo una puesta de amor para todos los pueblos del mundo.

La agresión fascista ha generado un ambiente hostil contra la Brigada Médica Cubana. La proliferación de noticias falsas que los pretende inculpar de la provocación, agitación y financiamiento de las manifestaciones de repudio al golpe de Estado a través del desvío de recursos destinados a los cuidados de salud, es una burda charada desesperada, una estrategia mediática para distraer la atención de las reales causas de la inconformidad de la sociedad boliviana.

Desde luego es, también, la ejecución del manual imperialista desestabilizador en la región.

Los fascistas quieren con estos actos, dar varios golpes de un tiro: culpar a Cuba como responsable de las protestas, provocar la ruptura de relaciones diplomáticas para poner a Cuba en la mira de las agresiones militares imperialistas y cultivar un ambiente de tensión que pudiera desembocar en guerras civiles y entre naciones, una intensión que los Estados Unidos viene generando desde principios de año con las agresiones a Venezuela y la complicidad de países gobernados por la ultra-derecha.

Los fascistas no han comprendido que meterse con Cuba es hacerlo con toda la humanidad.

La moral que sostiene a la revolución cubana es garante de solidaridad internacionalista. Cuba ha llevado a gran parte del mundo, a los rincones más olvidados, el ejemplo, el compromiso y la integridad de hombres y mujeres que no se quiebran ni en lo físico ni en lo espiritual. Las acusaciones contra los médicos cubanos son una burda prueba del grado de ignorancia e inhumanidad que representa el fascismo, pues no les importa el aporte hecho a la salud de los desposeídos. Solo quieren desplegar el odio, el rencor por los procesos de cambio que ha vivido Bolivia y ser fieles a sus amos imperialistas en los Estados Unidos.

El pueblo boliviano con la resistencia sabrá dar la vuelta a los tiempos de oscurantismo que sobrevuelan su nación. Cuba como siempre, sin caer en provocaciones vulgares, dará otro golpe moral y político al capitalismo fascista.

La solidaridad internacional debe acompañar ambas cuestiones; es de los pueblos la responsabilidad de garantizar su propia sobrevivencia.

Desde esta trinchera, expresamos nuestra total e incondicional solidaridad con todas las Brigadas Médicas Cubanas en el mundo; exigimos a los golpistas bolivianos el respeto a la libertad e integridad física, moral y ética de los médicos cubanos; expresamos el apoyo total al pueblo boliviano en su lucha contra el fascismo; extendemos la solidaridad plena con la Revolución cubana; y llamamos a la solidaridad internacional para que se exprese, denuncie y exija el respeto total al pueblo revolucionario de Cuba.

Tomado de Rebelión


[1] Cristóbal León Campos es integrante del Colectivo Disyuntivas

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