La Política de la Vivienda cumple un año de su implementación con resultados palpables, gracias al esfuerzo que ha realizado cada territorio del país, lo que demuestra que en este 2020 podemos hacer más y mejor, aseguró el Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, durante la segunda jornada de trabajo en comisiones de la Asamblea Nacional del Poder Popular.

Aun cuando son muchas las insuficiencias que tenemos que superar, los logros han tenido el doble de mérito, al ser este 2019 un año atípico. Tuvimos grandes tensiones, pues la producción de cemento estuvo afectada por problemas tecnológicos y la ausencia de combustible, que impidió su traslado desde las fábricas hasta los puntos de venta. Asimismo, se tuvieron dificultades para adquirir todo el acero que necesitábamos para el plan, entre otros contratiempos, resaltó Díaz-Canel.

Pero, gracias a la implementación de la Política –que se aplicará durante un periodo de diez años– vamos eliminando a mayor ritmo el déficit de viviendas en la Isla, principal problema social acumulado que enfrenta Cuba hoy, agregó.

«El programa muestra avances –añadió–. Si pudimos cumplir el plan en un año tan complejo como este, podemos hacer más en los años por venir. Cuando nos sensibilizamos con el problema, cuando llegamos a todos los factores comunitarios, se soluciona todo».

El Presidente de la República reconoció que el Plan debe ser concebido «según las necesidades y prioridades de cada territorio, porque de lo contrario nunca vamos a resolver los problemas. También seamos realistas, la situación de la vivienda no podremos resolverla en un año».

Pero si hacemos las cosas con más calidad y construimos viviendas robustas, «seremos menos vulnerables ante las afectaciones climatológicas, aspecto en el que Cuba nunca dejará de estar vulnerable. A medida que el fondo habitacional esté mejor, estaremos más preparados para resistir el embate de ciclones. Habrá más derrumbes parciales y menos totales, porque las viviendas serán más resistentes», comentó.
 
¿QUÉ SE HA HECHO Y QUÉ QUEDA POR HACER?
La insatisfacción popular se concentra, sobre todo, en los trámites de Vivienda, explicó el mandatario. Perciben que son muy engorrosos y denuncian, reiteradamente, casos de corrupción. «No podemos dejar que un Programa como este se empañe con la actitud corrupta de algunos funcionarios. Los únicos beneficiados tienen que ser los que están en el plan. No podemos admitir ningún tipo de conducta nociva. No puede ser que dondequiera que se haga un trámite haya personas que se aprovechen de su posición en el sistema de la Vivienda. Es impermisible».

También persisten inquietudes en cuanto a la calidad de las obras, añadió Díaz-Canel. «Seamos enemigos de la chapucería. Antes de rehabilitar o levantar una nueva vivienda, hay que tener en cuenta, primeramente, su tipología, y, luego, asegurar que no falten la belleza, el confort… Lo más importante, además de la durabilidad, es que lo que hagamos cambie la vida de los necesitados, y que mejore, a su vez, el entorno urbano».

Aunque se avanzó en la construcción de células básicas habitacionales atrasadas, «aún queda pendiente un número importante de ellas sin un motivo de peso», lamentó. Urge realizar una revisión inmediata para resolver esta situación el próximo año, en el menor tiempo posible. Ellas pueden ser una solución más digna y permanente para las familias afectadas por fenómenos climatológicos, explicó.

Durante su intervención, el Jefe de Estado resaltó el impulso que ha tenido durante 2019 el trabajo por esfuerzo propio en la reanimación del sector de la vivienda en Cuba. «Pero esto es algo que debemos seguir estimulando (…). Tenemos que hacer conciencia de que la solución al problema de vivienda no puede recaer por entero sobre el Estado. La reparación debe ser entre todos, desde las comunidades».

Aunque en este 2019 se sobrecumplió el plan de rehabilitación de las viviendas, «en 2020 vayamos por más: más confort, resistencia, solidez», resaltó luego de hacer un llamado a impulsar aún más la eliminación de los pisos de tierra.

Tampoco podemos quedarnos atrás en la erradicación de las cuarterías, tema que ha quedado rezagado en este primer año de implementación de la Política de la Vivienda. «Es un tema difícil y duro. Aún hay más de 9 000 casos pendientes y, a este ritmo, tardaríamos cerca de cinco años para darles solución», comentó el Presidente de la República.

También es un asunto pendiente la rehabilitación de edificios. «Tenemos que trabajar diferente a como hemos hecho hasta ahora. Para ello, debemos apoyarnos en la participación popular», dijo.
Téngase en cuenta, añadió el mandatario, que el clima de Cuba es húmedo, y sus ciudades y pueblos costeros sufren mucho la salinidad; por tanto, «gastamos tiempo y recursos en pinturas que duran muy poco tiempo sobre la fachada de casas y edificios. Necesitamos soluciones constructivas, pensadas desde el diseño, que permitan embellecer las comunidades, como el uso de piedras jaimanitas y ladrillos a vista», agregó.

Aspiremos a construir más viviendas, incluso más de las que necesitamos hoy. Hagamos de este un sueño posible, concluyó.

Con información del Granma

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