¿Cómo Estados Unidos puede cometer tantos errores al aplicar copias de viejos planes que han fracasado?

Evidentemente no sacan experiencias de sus descalabros, como fueron sus planes que pretendían derrocar a la Revolución cubana y asesinar a su líder Fidel Castro.

60 años después vuelven a cometer los mismos errores.

La denominada “Operación Gedeón”, contra Venezuela el pasado 3 de mayo del 2020, organizada por Estados Unidos en complicidad con el gobierno de Colombia, fue liquidada por el ejército venezolano junto al pueblo, evidenciándose la injerencia de esos gobiernos, incluso el plan para asesinar al presidente constitucional, Nicolás Maduro, y a otros dirigentes venezolanos.

Al revisar la historia de las operaciones de la CIA contra Cuba, saltan rápidamente las similitudes en su organización, financiamiento y objetivos a lograr.

El pasado 29 de abril 2020, el secretario de Estado, Mike Pompeo, declaraba:

“Estados Unidos considera que “el cambio está llegando” en Venezuela y por eso está acelerando los planes para reabrir su Embajada en Caracas, una vez empiece la transición”. “Maduro no puede aguantar para siempre, y la presión contra el régimen es mayor que nunca”.

Hace un año, Estados Unidos rompió relaciones con Caracas y fabricó al títere Juan Guaidó, como presidente interino, a la vez que preparaba el golpe militar que “derrocaría” a Maduro, al amanecer del 30 de abril de 2019, donde participó el contrarrevolucionario Leopoldo López, personaje financiado por la CIA y preparado políticamente por Lesch Walesa en Polonia.

La intentona militar fue un fracaso total, porque las Fuerzas Armadas Bolivarianas no se sumaron a la traición soñada por Washington. Guaidó y López quedaron en ridículo, sin el menor respaldo del ejército ni del pueblo.

En Cuba quisieron hacer lo mismo desde el propio año del triunfo revolucionario. Para eso contaron con el apoyo del dictador dominicano Rafael Leónidas Trujillo y organizaron desde aquel país, una invasión a Cuba por la ciudad de Trinidad, el 13 de agosto de 1959, aspirando a contar con el respaldo de la contrarrevolución interna, financiada y orientada por la CIA.

Fidel Castro personalmente dirigió toda la acción de enfrentamiento, junto al ejército y al pueblo. La tentativa duró solo horas, siendo detenidos sus participantes, incluidos agentes de la CIA norteamericanos. Estados Unidos, como siempre, negó toda participación en el hecho, pero las pruebas desenmascararon sus planes.

Al igual que declaran ahora sobre Venezuela el presidente Donald Trump y Mike Pompeo, en 1959 el entonces presidente de Estados Unidos, Dwight Eisenhower, afirma en sus memorias:

“En cuestión de semanas, después que Castro entró en La Habana, el 9 de enero de 1959, nosotros en el gobierno, comenzamos a examinar las medidas que podían ser efectivas para reprimir a Castro”.

La fallida operación de infiltración en Venezuela estuvo diseñada por Estados Unidos, desde el pasado, y para ir creando condiciones de lo que ejecutarían, Mike Pompeo declaró semanas antes del 3 de mayo:

“Hemos dejado claro que la gente con la que trabajamos en Venezuela, son el pueblo venezolano y su representante electo, Juan Guaidó”.

El pasado mes de marzo 2020, Estados Unidos inicio el show mediático, que le permitiría capturar y secuestrar al Presidente Maduro y a un grupo de altos funcionarios venezolanos, al formular oficialmente una acusación penal por narcotráfico, ofreciendo una millonaria recompensa a cambio de información que condujera a su detención.

El 31 de marzo, como parte evidente de las medidas de la “Operación Gedeón” contra la Revolución bolivariana, el Departamento de Estado publicó un plan de Transición, para la supuesta salida de la llamada “crisis política” en Venezuela, encubriendo la guerra económica, comercial y financiera impuesta por ellos y las acciones de desestabilización política creadas contra Maduro, plan que contó con respaldo de un grupo de países latinoamericano y europeos, presionados por los yanquis.

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