«Siempre que se hace una historia

se habla de un viejo, de un niño o de sí,

pero mi historia es difícil: no voy a hablarles de un hombre común».

Así comenzaba Silvio Rodríguez su canción dedicada a Abel, en el año 1968. Hoy todavía emociona.

Se acerca el 26 de julio, Día de la rebeldía nacional en Cuba, y es oportuno recordar a quien con solo 25 años de edad combatió hasta el último minuto en el ese día de 1953, para luego ser brutalmente torturado y asesinado por la tiranía batistiana.

Lo haremos con una anécdota:

El 21 de septiembre de 1953, iniciado el juicio del Moncada, se supo públicamente que Abel Santamaría había sido designado por Fidel segundo jefe del movimiento revolucionario que asaltó los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes.

Entre las diatribas del fiscal contra Abel había dos a las cuales el tribunal atribuía mayor importancia: Una, que entre las piezas de convicción requisadas en la Granjita de Siboney había un libro de Lenin con la firma de Santamaría. Por lo tanto, era un comunista, y el comunismo era algo proscrito en esa época en Cuba. La segunda ignominia: El fiscal  le preguntó a Fidel: ¿Conoció usted el hecho de que ese Abel que usted acaba de mencionar extrajo dinero de la casa donde trabajaba para engrosar los fondos de la Revolución? Fidel respondió indignado: “Es una calumnia infame. La memoria de Abel Santamaría no la pueden manchar. Había que conocerlo, Abel era el más valiente, el más recto, era honesto; no puede pensarse nada deshonroso de su persona. Quieren manchar su recuerdo después que se ensañaron en él de la forma brutal que lo hicieron, para luego asesinarlo”. Declaró que Abel era el alma del movimiento revolucionario.

Luego en su alegato La Historia me Absolverá, el 16 de octubre de aquel mismo año, fue más contundente en relación con los méritos de Abel al calificarlo como “el más generoso, querido e intrépido de nuestros jóvenes, cuya gloriosa resistencia lo inmortaliza ante la historia de Cuba”.

Así habló Fidel de Abel Santamaría. Así ha de trascender su nombre en la Historia.

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